Centenares de periodistas pendientes de la historia, comparada a un 'reality', generan mucha bulla
"Estoy feliz, feliz", comenta Carla Herrera, de 34 años, hermana del minero Daniel Herrera, quien se desempeñaba como chofer de camiones en la mina donde quedó atrapado el 5 de agosto.
"Pero también estoy harta de toda esta bulla. Quiero que termine ya", dice, mientras lucha a duras penas por abrirse paso con un carrito en el que pasea a su bebé, junto a centenares de periodistas que corren de un lado a otro, desesperados por saber cuándo finalmente ocurrirá el rescate.
Según Tomás Urzúa, encargado de prensa oficial de la cobertura, hay "unos 700 periodistas de todo el mundo acreditados". De ellos "cerca de 400 son chilenos".
La mayoría ha llegado en estos últimos tres días. Casi todos transitan en un espacio de cien metros, rocoso, lleno de polvo y piedras, bajo un sol sofocante en el día y gélidas noches.
En medio del furor nacional e internacional que genera el inminente rescate, todos aquéllos que se encuentran en el yacimiento desde el inicio del rescate en el campamento Esperanza muestran, algunos más, otros menos, señales de cansancio.
"Hoy día estamos cocinando para 400 personas. No damos abasto", cuenta la cocinera Rosa Rivera. En los pocos minutos que tiene ahora de tiempo libre, visita a la familia Avalos, que espera con ansiedad la salida a la superficie de los dos hermanos Samuel y Florencio Avalos. Rosa toma un mate con ellos.
A los Avalos "los noto tensos, demasiado cansados", murmura Rosa. A su lado, Wilson Avalos, tío de los dos mineros atrapados, explica que ya no quiere hablar con la prensa. "Al menos por hoy".
A pocos metros de allí, alguien grita que comienza la rueda de prensa de la primera dama, Cecilia Morel, quien acudió a la mina, para "apoyar a grupos de mujeres" organizadas y evitar que se corran más "rumores" sobre el día del rescate.
"Ocurren rumores, los nervios y tensiones están a punto de explotar", contó la esposa del presidente Sebastián Piñera en una conferencia de prensa atiborrada de periodistas.
Llegar hasta el punto de prensa es una tarea titánica. Hay decenas de cámaras y periodistas apiñados. "Te estoy guardando el lugar", grita un periodista chileno.
"Esto parece un siquiátrico", dice a su lado en inglés un periodista de un canal británico.
En el campamento también circulan productores y directores de cine. La odisea de los mineros ya atrapó a realizadores nacionales e internacionales, como
Discovery Channel o el cineasta chileno Rodrigo Ortúzar, que planea una película sobre "Los 33".
El papá del minero Carlos Barrios, que lo espera en el Campamento Esperanza desde el 6 de agosto, un día después de que un derrumbe provocara la tragedia, se queja de que "los periodistas se han puesto realmente pesados".
"Algunos no son respetuosos con las personas. Vienen, nos hacen preguntas: '¿Qué siente?' ¿Qué se sabe?'... nosotros sabemos lo mismo que ellos", explica.
Barrios comparte un comedor improvisado en una carpa con los familiares del minero Víctor Zamora. Griselda, la mujer del papá de Barrios, es la que cocina para todos.
Para Nelly Burgueño, la mamá de Victor Zamora el asunto ya está un "poco descontrolado". Pero de todas maneras agradece la labor de la prensa. "Fue muy importante. La tragedia se dio a conocer en todas partes y ahora hay que intentar que algo así no vuelva jamás a suceder", subrayó Burgueño.
Y luego, un amigo de ellos pide: "Oye, ¿me traes si tienes las fotos de la prensa en que hemos salido?".
Fuente: AFP