Por: Paola Obelleiro
"No somos piratas, somos las ONG de la comunicación". Y un imprescindible canal para garantizar la libertad de expresión y permitir que tengan voz en las ondas las comunidade

Son un centenar en España en peligro de desaparición y más de un tercio ya se han agrupado en una red, con sede en A Coruña, para emprender unidos la batalla contra los políticos para conseguir su supervivencia.
La existencia de medios de comunicación que no tengan un fin comercial responde a un derecho recogido en la Declaración de los Derechos Humanos, en diversas normativas europeas y en la Constitución española. Pero, a pesar de todo ese aparente respaldo, están "indefensos", según destaca Tomás Legido desde la coruñesa Cuac FM, una de las seis radios libres de Galicia y la más activa de todas ellas.
Uno de sus fundadores, Mariano Fernández, es el coordinador de la red española de medios comunitarios, que ha alzado la voz contra una nueva ley del audiovisual, que considera el espacio radioeléctrico y los medios como un mercado, no como un servicio accesible a toda la población para garantizar la pluralidad informativa y la libertad de expresión.
"El proyecto del Gobierno no nos cierra las puertas, pero tampoco garantiza nuestra existencia y nos dejan como una mera posibilidad a merced de las autonomías", explica Legido. "Y resulta alarmante dada la horrible tendencia de las administraciones" a reducir garantías y derechos en el campo de la comunicación y la información, añade. Que la futura ley pretenda prohibir cualquier "tipo de comunicación audiovisual comercial" cuando dependen de los patrocinios para pagarse los equipos, o que limite sus gastos anuales a un máximo de 100.000 euros es para las comunitarias motivo de batalla por la supervivencia.

Es una emisora "consolidada y respetada" del dial coruñés. Y es afortunada al contar con una frecuencia fija (103.4 de la FM), un estudio cedido en el campus de Elviña y el apoyo de los poderes locales, como la universidad o el ayuntamiento. Otras radios no lo tienen tan fácil. Muchas son las emisoras libres que andan vagando por el dial en busca de una frecuencia. En un pequeño municipio de Granada, el alcalde cerró la emisora comunitaria porque era crítica con su gestión y le impuso una sanción de 100.000 euros por emitir, "a pesar de ser un derecho legal", según sus defensores.
Sólo una radio comunitaria, en Valencia "y por despiste", logró del Gobierno autónomo permiso legal para emitir. "Pero no somos piratas, no somos como las 3.000 sin licencia que emiten con fines comerciales y de lucrarse", aclara Tomás Legido. Hace hincapié, además, en que muchas de las radios comunitarias son a la postre una "cantera" de profesionales o de formatos de programas novedosos que acaban adoptando radios comerciales.
Suelen cumplir además una función social que resulta difícil de encontrar en otras emisoras, como la batalla abierta por Cuac FM, con gran respuesta en redes sociales de Internet, para que A Coruña deje de ser una de las pocas ciudades universitarias que carece inexplicablemente de un albergue juvenil para ofrecer a visitantes pernoctaciones a precio reducido.
Fuente: Diario El País