Entre los distintos métodos se incluyen las licencias, la publicidad y los impuestos y el financiamiento gubernamental directo. En varios casos, se opta por sistemas mixtos
En medio del debate por el recorte del gasto público, uno de las discusiones más escuchadas está relacionada a los medios de comunicación públicos. Estas empresas en todo el mundo, como la BBC en Reino Unido, la Deutsche Welle en Alemania y la KBS en Corea del Sur, han encontrado en distintos momentos de su historia los esquemas de financiamiento que mejor resultados les brinden, a veces por prueba de error y otras en disputa constante.
Sin embargo, un punto que los caracteriza a los medios públicos fuertes en los denominados "países desarrollados" es un reconocimiento que los lleva generalmente a ser líderes de audiencias internas, y un sólido posicionamiento a nivel mundial gracias a sus servicios internacionales en múltiples idiomas y plataformas. Un claro ejemplo es el servicio británico, que no es el medio que mejor paga a sus trabajadores pero es el más codiciado por su prestigio.
Existen distintos métodos de financiación de los medios públicos, que incluyen la publicidad, los impuestos, las licencias, el financiamiento gubernamental directo, las suscripciones, los sistemas mixtos o el financiamiento privado o con donaciones, como ocurre en Estados Unidos.
Publicidad
El ejemplo de la publicidad en los medios públicos suele significar un método viable de financiamiento adicional que cuando se incorporó en la BBC representó una reducción en la licencia que pagan los británicos desde 1923. La KBS surcoreana también tiene en la publicidad uno de sus principales ingresos.
En Sudáfrica, la SABC solicitó límites en cantidad y alcance de los ingresos por sponsors comerciales. También hay topes para la publicidad en compañías de medios como la Deutsche Welle, en Alemania, así como otras provenientes de los Países Bajos.
En el primer caso, suele existir un impuesto alternativo que recauda fondos destinados en forma específica para los medios de comunicación públicos. Quienes lo abonan son las industrias y no el público, como sucede en España para la RTVE. Allí, hay una combinación de subsidios gubernamentales, impuesto a los canales privados, empresas de servicios on demand y del sector de las telecomunicaciones.
De este modo la Radio y Television Española obtiene entre 500 y 600 millones de euros, que sumado a lo recaudado con publicidad conforma los 900 millones de euros que RTVE tuvo de presupuesto durante 2022. El gobierno español tiene pensado sumar un impuesto a los servicios de transmisión durante el año 2023.
Actualmente, este servicio estatal español tiene 6.600 empleados en la actualidad. En los últimos años los balances financieros de RTVE oscilaron entre ganancias y pérdidas. Concretamente, registró beneficios de 2 millones de euros en 2018 pero en 2019 tuvo pérdidas por casi 30 millones y en 2020 las pérdidas fueron de 31,5 millones de euros. En 2021 logró dar vuelta la tendencia con un resultado positivo de casi 30 millones, el mejor resultado en al menos una década.
Un caso curioso es el de Tailandia donde los medios públicos se sostienen en buena medida de gravamen del 1,5% de los ingresos que tienen las industrias de bebidas alcohólicas y el tabaco (se lo conoce como popularmente como “impuesto al pecado”).
En el segundo caso, referido a los Impuestos Directos a los Medios Públicos, es el sistema preponderante en los países nórdicos. En Finlandia, se incluye dentro de lo que aquí llamamos Impuesto a las Ganancias, con un maximo de 163 euros anuales por persona.
Suecia, en tanto, adoptó una tarifa de Medios Públicos desde 2019 considerando que desempeñan un papel fundamental para la nación y por lo tanto deben financiarse colectivamente. El importe representa el 1% de los ingresos de toda persona mayor de 18 años con un limite de 1300 Coronas Suecas (127 dólares) por persona al año. Por su parte, La Radio y TV de Dinamarca también adoptó este sistema en 2022.
Hay modelos de financiamiento done los fondos provienen directamente del Estado, como parte del llamado Gasto Público General del Gobierno. Esto implica un vinculo más directo entre el gobierno y los medios lo que en algunos casos, como el de CMG de China, se interpreta como medios estatales y no como medios públicos.
Sin embargo, muchas organizaciones de medios públicos que reciben su dinero en forma directa del gobierno disponen de otros mecanismos legislativos y regulatorios que ayudan a garantizar su independencia. Por ejemplo Radio Nueva Zelanda (RNZ) recibe sus fondos por una organización intermedia y autónoma - entre la emisora y el gobierno (NZ ON AIR). La ERR en Estonia se financia con una partida presupuestaria pero mantiene su independencia mediante la figura de un Asesor de Ética de Prensa.
Modelo solidario
En otros países se aplica un gravamen doméstico, como suma fija, de aplicación universal a todos los residentes, es decir, no depende ni de los ingresos, ni de la cantidad y calidad de los dispositivos. El impuesto tiene el mismo costo para cada hogar, sin importar cuantas personas vivan en él o si usan o no los medios públicos.
Este método es aplicado en Alemania desde 2013, tiene algunas excepciones para sectores vulnerables, y equivale a poco más de 18 euros al mes. Las empresas, instituciones y organizaciones de bien público también están obligadas a contribuir a la financiación.
Es el mismo “modelo solidario” que se usa en Suiza y se estudia implementarlo proximamente en Sudafrica donde se registra una fuerte baja en el cobro de los derechos de licencia.
Licencias
Es el método tradicional y que de alguna manera se expandió con la BBC que fue fundada en 1922 y un año después comenzó a aplicar la tarifa de licencia vinculada desde entonces al tipo y cantidad de dispositivos. El canon anual que pagan actualmente los ingleses por la BBC es de unos 170 euros. Sin embargo, la empresa estatal británica anunció que dejará de utilizar este sistema en el año 2027.
Actualmente la BBC tiene 22.200 empleados y un presupuesto anual que oscila entre los 4500 y los 5000 millones de euros (cinco veces mas que la RTVE española, por ejemplo)
El sistema de licencias también se utiliza en SABC de Sudáfrica, KBS en Corea del Sur (junto a la publicidad) o la GBC de Ghana. Según el la Unión Europea de Radiodifusión (EBU) el 60% de la financiación de los medios públicos del continente proviene del pago de licencias (incluyendo casos como France Television o la ORF de Austria).
La mayoría de las organizaciones opera con modelos mixtos, sin embargo es en los casos de la BBC y también la NHK de Japon donde lo recaudado por el pago de licencias representa casi la totalidad de su financiación. En el período 2021/2022 la BBC obtuvo 1.384 millones de libras esterlinas por ingresos comerciales. La NHK en Japón tambien trabaja en la reduccion de las cuotas de licencia en base a la suba de ingresos por comercializacion de sus contenidos.
Respecto a la cantidad de trabajadores la BBC tiene 22.200 (con un servicio internacional transmite en 28 idiomas), la RTVE 6.600 (REE transmite en 7 idiomas), Radio France 4.800 (RFI transmite en 17 idiomas) y la NHK 10.300 (con 54 estaciones en todo Japon y servicio internacional de Radio en 17 idiomas).
Financiamiento privado
También son fuertes y descentralizados los medios públicos en Estados Unidos, destacándose las cadenas de PBS y NPR, donde el financiamiento es de privados, donaciones, filantropía, entre otros. Los mismos representan una red que cubre todo el país y tiene presencia en otras latitudes especialmente en formatos Podcast como los de Radio Ambulante que financian sus propios oyentes, además de los servicios internacionales de la Voz de América y sus emisoras hermanas como Radio Marti, Radio Free Europe y Radio Free Asia.
El fin de los medios públicos es, en todo el mundo, social y no comercial
Escuchamos periódicamente voces altisonantes que con indignación hablan sobre el "gasto" que significan los medios públicos, o la necesidad de cerrarlos, privatizarlos o dejarlos funcionando con lo que recauden asimilándolos a una empresa con fines de lucro
“La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”, Edmond Thiaudière. Desde los sectores de la oposición al actual gobierno, en plena campaña electoral, se ha vuelto a instalar con fuerza el nada "novedoso discurso" del achicamiento del Estado. Una campaña sistemática, permanente y sin contenido sustancial.
En el caso de las empresas públicas en general, y de nuestra empresa de medios públicos en particular, las propuestas de reducción o cierre se radicalizan al extremo, proponiendo despidos de trabajadores, o la pérdida de derechos y beneficios sociales de las comunidades a las que estas empresas les brindan servicios.
En este contexto, escuchamos o leemos periódicamente voces altisonantes que con indignación hablan sobre el “gasto” que significan los medios públicos, o la necesidad de cerrarlos, o privatizarlos, o dejarlos funcionando exclusivamente con lo que recauden asimilándolos a una empresa con fines de lucro. Muchas veces, esas mismas voces, se lamentan de que nuestros medios públicos no sigan el ejemplo de la BBC, o de la RAI, o de la RTVE, o de alguna otra de las grandes empresas de medios públicos de distintos países de Europa Occidental, que, para conocimiento de todos, son deficitarias porque su fin no es comercial sino de servicio a la comunidad.
Ningún gobierno, aún de derechas extremas se le ocurriría cerrar los medios públicos. Los datos que muestra un reciente estudio basado en cifras de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU), echan luz sobre la insubstancialidad de algunos argumentos: Radio y Televisión Argentina (RTA) es la empresa que administra la Televisión Pública, las 49 emisoras de Radio Nacional distribuidas en todo el país, el servicio de Radiodifusión Argentina al Exterior. el canal 12 de Trenque Lauquen y el Archivo Histórico Prisma que preserva y difunde el mayor patrimonio audiovisual y sonoro de la Argentina.
En la presente gestión, encabezada por la Licenciada Rosario Lufrano, se ha creado, a instancia del Vicepresidente de RTA Osvaldo Santoro, un Laboratorio Audiovisual destinado a la innovación y experimentación que es inédito en el sector, aprobado y puesta en marcha el Código de Ética de la Televisión Pública que es el primero en 70 años de historia; una Dirección de Género y Diversidad que desarrolla una extraordinaria tarea de igualación de oportunidades; y por fin, un Área de Transparencia que conduce un representante de oposición política.
Además, se ha jerarquizado los medios digitales, generando programación propia para llegar a las audiencias en múltiples plataformas como por ejemplo los 3,13 millones de seguidores en YouTube o más de 1 millón de seguidores ven Twitter, llegando a más de 1.500.000 de conexiones en la final del Mundial.
Todo esto se lleva adelante en una empresa que tiene un Directorio plural (con representación del PRO y la UCR), que cumple con todos los obligaciones y funciones que la Ley le exige, que garantiza una cobertura federal para que todos los habitantes de nuestro país puedan acceder a sus servicios, que cuenta con un presupuesto aprobado por el Congreso de la Nación y en el que 2395 trabajadores y trabajadoras con una alta capacitación llevan adelante sus tareas cotidianamente.
*Director de Radio y Televisión Argentina
Fuente: Diario Perfil