En el boletín de prensa emitido el 22 de enero de 2022, Televisa se definía como: "una empresa de medios líder en la producción de contenido audiovisual en español". Nunca más volvió a usar esta descripción en sus comunicados subsecuentes.
Su maquinaria de producción de contenidos, la llamada "fábrica de sueños", se separó –a principios de 2022– del consorcio para unirse a Univision y crear una nueva compañía en la que Televisa retiene la mayoría de las acciones.
El último clavo en el ataúd de Televisa se hincará a lo largo del primer semestre de 2023, cuando también sean separados los negocios de futbol, el Estadio Azteca, juegos y sorteos, así como la publicación y distribución de revistas y con ellos, crear otra nueva empresa, "la cual tendría la misma estructura accionaria que Televisa", según se informó en un comunicado emitido el pasado 27 de octubre.
Se termina así con una historia que comenzó en 1973, cuando fruto de la asociación entre Telesistema Mexicano –intereses de las familias Azcárraga, O’Farrill y Alemán— y Televisión Independiente de México –bajo la tutela de la familia Garza Sada— se creó Televisión Vía Satélite, más tarde llamada simplemente Televisa o Grupo Televisa.
La tercera generación de los Azcárraga, encabezada por Emilio Azcárraga Jean, lleva varios años reorganizando el capital de la familia y sus aliados en los medios y el entretenimiento hasta llegar al desmantelamiento del consorcio en el que su abuelo puso los cimientos y su padre le dio su máxima proyección.
La reorganización
Las grandes empresas modernas –y Televisa forma parte de este grupo— están sujetas a un constante rediseño con tal de enfrentar los cambios técnicos, del mercado y las necesidades de capital y, al mismo tiempo, ofrecer ganancias crecientes a sus accionistas. Esta última exigencia es más acentuada aún en el caso de las compañías que cotizan sus acciones en las bolsas de valores –los títulos de Televisa se intercambian en los mercados de México y Nueva York— debido a la presión para entregar dividendos crecientes cada trimestre.
Al realizar un recuento histórico de su desarrollo es posible establecer que Grupo Televisa habría llegado a su máximo esplendor hacia 2016, cuando terminó la etapa de la adquisición de las empresas de televisión por cable. Estas adquisiciones, junto a su posición en la televisión satelital (Sky) le permitió convertirse en la principal empresa de televisión de paga en el país y transformarse paulatinamente en una firma de telecomunicaciones.
Al finalizar ese año, además de sus negocios en televisión abierta y televisión de paga –en este último, tanto el servicio de acceso como la producción de contenido— desplegó inversiones para ofrecer servicios de acceso a internet y la telefonía fija (para usuarios finales y servicios empresariales), y en dos ocasiones –fallidas—por extender sus dominios a la telefonía móvil: Nextel e Iusacell.
Televisa contó con el decidido apoyo del Estado mexicano para su entrada y fortalecimiento del mercado de las telecomunicaciones y a su empeño para mantener a América Móvil –de Carlos Slim— fuera del mercado de la televisión de paga. Incluso, la multicitada reforma en telecomunicaciones de 2013 contribuyó al fortalecimiento de Televisa en las telecomunicaciones. Además, el conglomerado de Azcárraga se benefició de los recursos fiscales que llegaban a sus arcas por medio de la publicidad oficial.
Así, además de su participación en la televisión abierta y su incorporación a las telecomunicaciones, el consorcio mantenía su presencia en la radio, la edición y distribución de revistas, el futbol profesional, producción y distribución cinematográfica, juegos y sorteos, impulsaba su división digital y mantenía tres coinversiones significativas: con OCESA en México, Univision en Estados Unidos e Imagina en España.
Pero a partir de 2016 se perfila ya un cambio en la conducta de las audiencias que afectaría especialmente a los negocios tradicionales de medios –televisión y radio abierta y publicaciones impresas—, viejos pilares del consorcio. Los ingresos de estas fuentes comenzaron a disminuir y los esfuerzos de inversión en telecomunicaciones, al tiempo de que cobraba importancia profundizar su presencia en Univision, obligaron a un cambio de rumbo en Grupo Televisa.
Emilio Azcárraga Jean encabezó la reorganización que llevó a la venta de su participación en España (Imagina), las estaciones de radio y su participación en OCESA, entre los cambios más significativos.
Para finales de 2021, Televisa se había transformado, al grado que 6 de cada 10 pesos que ingresaban a su caja tenían su origen en actividades de televisión de paga y telecomunicaciones (acceso a televisión de cable, satelital, internet, telefonía fija y servicios de telecomunicaciones empresariales). Por su parte, la televisión abierta y la producción de contenido para televisión de paga apenas aportaban 3 de cada 10 pesos, las estaciones de radio habían sido vendidas y les negocios de apuestas y espectáculos aportaban el resto de los ingresos.
Los términos del reparto reciente
El siguiente paso fue la consolidación de la alianza histórica con Univision por medio de la formación de empresa conjunta (TelevisaUnivision). Se cumplía así el viejo objetivo del fundador de la dinastía, Emilio Azcárraga Vidaurreta, de contar con una firme presencia el mercado de la televisión en español en Estados Unidos. La nueva compañía comenzó a funcionar en 2022.
El último reporte financiero del Grupo Televisa íntegro fue el que se presentó a las autoridades bursátiles en el cuarto trimestre de 2021 y en el que se da cuenta de las cifras económicas anuales de la compañía.
Para ese año, cuando se facturó 103 mil 522 millones de pesos, como ya habíamos adelantado, el 33 por ciento de los ingresos fueron aportados por los negocios de televisión abierta (publicidad), producción y venta de las señales para la televisión de paga y cobro de derechos por venta de contenido, en este último caso sobresalían las regalías que pagaba Univision por la transmisión del contenido de Televisa en Estados Unidos. Todos estos ingresos quedaron a partir de los primeros meses de 2022 integrados en TelevisaUnivision. De esta forma, Grupo Televisa perdía una tercera parte de su facturación.
A finales de octubre de 2022 se informó que el consorcio sufriría una nueva escisión. Esta vez se trata de segregar los negocios de futbol profesional (Estadio Azteca y Club América) en México y el extranjero, juegos y sorteos y los remanentes de la edición y circulación de revistas. Este segmento solamente aportó el 4 por ciento de los ingresos totales de Grupo Televisa a finales de 2021. Por cierto, el negocio editorial está en franco proceso de extinción, al finalizar el ejercicio recién señalado apenas representó el 0.7 por ciento de los ingresos totales del consorcio.
Una vez que se separe este nuevo segmento, Grupo Televisa se habrá convertido básicamente en una empresa de telecomunicaciones y, bajo esta estructura, en la principal oferente del servicio de televisión de paga en el país (cable y satelital) y con una importante participación en el servicio de acceso telefónico y a internet. La cirugía mayor habrá concluido.
¿Y el futuro?
En principio existe el propósito de fortalecer su presencia en las telecomunicaciones. Para tal efecto, se acaba de informar que Televisa ofreció combinar su segmento de televisión por cable (Izzi-Cablevisión) con Megacable para crear una empresa conjunta que facturaría 75 mil millones de pesos y en la que Televisa tendría el 55 por ciento del capital y los accionistas de Megacable el 45 por ciento restante. En principio, Megacable rechazó la oferta pero no es posible asegurar que la alianza esté muerta.
Adicionalmente, es posible que la nueva compañía, donde se agruparán los negocios de deportes, apuestas y editorial, tenga una existencia efímera. En primer lugar debido a que el negocio editorial del consorcio está en proceso de extinción.
Por otra parte, no existe certeza sobre lo que pasará con el Estadio Azteca y el Club América, una vez que el modelo de negocio del futbol profesional en México está exhibiendo serios límites y que la compañía parece apostar sus esfuerzos a una fusión del futbol profesional mexicano con el de Estados Unidos, tanto para afrontar el compromiso del próximo campeonato mundial (2026) como para fincar una perspectiva de largo plazo.
Al fin y al cabo, además de las telenovelas, el futbol mexicano es parte del contenido que se puede ofrecer a las crecientes audiencias hispanas en Estados Unidos, principal objetivo de TelevisaUnivision.
Azcárraga Jean tiene que contar con una estrategia que satisfaga a sus diversos aliados, de una parte los inversionistas institucionales que eran los principales accionistas de Univision: los estadounidenses Searchlight Capital Partners y ForgeLight, a los que se unieron SoftBank Latin America Fund, Google y The Raine Group una vez que se formó TelevisaUnivision.
En el caso de Grupo Televisa, los Azcárraga mantienen un matrimonio empresarial con las administradoras de inversiones estadounidenses Harris Associates, Dodge & Cox, FPR Partners y BlackRock –la firma más importante en su ramo en el mundo—, así como con Melinda French Gates. Estos últimos también serán accionistas de la nueva empresa que se creará para agrupar los negocios de deportivos, de apuestas y editoriales.
Seremos testigos así, en los próximos años, de las subsecuentes transformaciones de lo que alguna vez fue el consorcio de medios y entretenimiento del país, el Grupo Televisa.
Profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM Correo: francisco.vidal@politicas.unam.mx
Fuente: Revista Zócalo