Sobre el mediodía de este miércoles 13, Ernesto Sosa de la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados, informó: "Falleció a los 94 años, el histórico e incansable luchador Enrique Gigena miembro de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados, Filial Rosario. No se realiza velatorio, se lo despide (brevemente). Estó será mañana, Jueves 14 de Abril, a las 9.30 hs. en el Crematorio del Cementerio de Granadero Baigorria
Enrique Gigena nació el 15 de Julio de 1927, en el barrio Ludueña, a una cuadra de los cruces de las vías de los ferrocarriles Mitre y Belgrano (Cabin 8) donde pasaba gran parte de su tiempo jugando a la pelota.
Luego de recibirse en una escuela técnica donde aprendió el oficio de tornero ingresó a trabajar en una empresa metalúrgica, y diez años más tarde en los talleres del Ferrocarril en Pérez. Siempre delegado y en contra de las injusticias, Gigena, en 1951, se afilió al Partido Comunista: "Siempre me gustó la política", expresó.
Por esas cosas del destino, cuando se le presentó la circunstancia de jugar en la Primera de Rosario Central por el talento que ostentaba como marcador derecho, un tremendo pelotazo en uno de sus ojos anuló esa oportunidad: "me dejó seis meses parado, tenía riesgo de desprendimiento de retina, no podía correr… y tuve que dejar. Tenía 16 años, mi mejor amigo y yo jugábamos al fútbol, él en Newell’s y yo en Central, éramos como hermanos, él militaba en el Partido Comunista", rememoró.
Se le reconoce su participación militante en importantes luchas y con un fuerte compromiso. Quienes conocieron a Gigena lo destacaban por ser un apasionado por la política, un líder nato interesado en los problemas sociales.
El 16 de mayo de 1969, 2.000 trabajadores ferroviarios del Taller de la localidad de Pérez iniciaban una huelga contra la suspensión de sus delegados Enrique Gigena y Roberto Forcatto por haber comunicado la adhesión al paro en repudio por la muerte de los dos estudiantes aprobada por la Comisión Coordinadora de la Unión Ferroviaria. Gigena era dirigente de la Unión Ferroviaria y encabezo una huelga y marcha del taller ubicado en Pérez a Rosario. Este conflicto que tendría continuidad y sería un eslabón de la lucha que engendraría el Segundo Rosariazo en el mes de septiembre de 1969.
"En esas luchas de los ferroviarios, que marcaron el reencuentro con los métodos propios y naturales de la clase obrera, hubo una importante contribución de las Comisiones Coordinadoras, que impulsaron y le dieron forma organizativa a la resistencia antidictatorial y contra el sindicalismo colaboracionista", dijo Gigena.
"Nuestras asambleas eran masivas. Recuerdo la del 22 de Mayo de 1969, que se realizó en los lugares de trabajo de las distintas seccionales del gremio y que culmino en la concentración junto al mástil de los Talleres de Pérez, donde se rindió homenaje al joven obrero y estudiante Luis Norberto Blanco y a las demás víctimas de la represión y se resolvió apoyar el paro activo del día siguiente. En el proceso de toda esa lucha se recuperó la democracia obrera a través de las multitudinarias asambleas que se hacían diariamente y hasta dos veces por día rescatando los principios naturales de organización, lucha clasista y restableciendo la unidad combatiente del gremio y su permanente movilización", recordó.
El exilio durante la última dictadura cívico militar*
En 1977 el Comité Central del Partido Comunista Argentino (PCA) decide enviarlo a Italia como representante del partido y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH). Enrique había sido cesanteado en Ferrocarriles desde 1976.
Durante todo ese año Gigena se prepara y familiariza con el trabajo de sus compañeros en la LADH. En diciembre de 1977 parte a Italia con el propósito de organizar allí y en España un equipo de trabajo que respondiese a la línea partidaria. La elección de Gigena como cuadro principal del comunismo argentino en Europa estaba ligada a su pertenencia al Comité Central, rol que le permitía debatir en paridad con las direcciones del resto de las organizaciones argentinas y con los partidos comunistas europeos.
Gigena llegó a Italia y al poco tiempo se trasladó a Madrid. Al principio molecularmente, comenzó a reagrupar a los militantes exiliados -a pesar de la posición oficial- y a estructurar una corriente de solidaridad en varios países de Europa. Los pocos militantes que se encontraban en el exilio habían salido tempranamente entre 1975 y principios de 1976. La mayoría eran personalidades reconocidas del mundo de la cultura, intelectuales y profesionales con mucha exposición pública. Entre fines de 1976 y 1978 salen algunos militantes más, sobre todo dirigentes del movimiento obrero que el partido evaluaba que corrían serios peligros. Aunque nunca fueron demasiados numerosos, la existencia de militantes comunistas en distintos países permitió que la posición del partido circulara por todo el continente e influyera en varias organizaciones políticas.
"Armamos un grupo bastante numeroso y activo dentro de Madrid, después en Barcelona. Ya teníamos un grupo de apoyo en Roma, en París con una compañera de la Liga por los Derechos del Hombre francesa que además era internacional y que además tenía estatus de organismo consultivo en Naciones Unidas. Por lo tanto, con ellos, todos los años íbamos a Ginebra a plantear las cosas. Y, teníamos muy buenas relaciones con Comisiones Obreras, Partido Comunista, con el Partido Socialista de España, con la Unión General de Trabajadores socialistas y con la Unión de Centro Democrática, la coalición que llevó a Adolfo Suárez al gobierno, teníamos llegada con dirigentes de primer nivel (…) Después organizamos grupos de apoyo en Bruselas, en Amsterdan, otro cerca de Londres, en Estocolmo", detalló Enrique y contó que Comisiones Obreras les editaba un periódico para contar lo que ocurría en nuestro país y organizar la solidaridad hacia Argentina. Esa publicación se distribuía a organizaciones de dieciséis países, algunas en idioma inglés.
La propia decisión de marchar al exilio constituía una marca fuerte que se contradecía con el clima benévolo que relataba el PCA. Con dificultad, el propio Enrique Gigena deslizó en una entrevista las dificultades que tuvo en el reclutamiento de los militantes en Europa, a quienes debía citar "más de una vez a tomar un café" para intentar "convencerlos", que lo que importaba era defender a los compañeros que habían quedado dentro del país trabajando por la solidaridad desde dónde estuviesen.
La Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario
En ese largo camino de lucha que ha transitado Enrique Gigena lo llevó a trabajar junto a otros y otras la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario. También conoció a su segunda mujer, Olga Márquez, docente, hoy jubilada: "estamos siempre juntos, en la primera línea", apuntó. En nuemerosas marchas y convocatorias para juntatar firmas la esquina de Córdoba y San Martín, se convirtió en un icono de la perseverancia de la lucha que llevan adelante. En diciembre de 2013, el Concejo Municipal de Rosario los reconoció y designó ese espacio como "La Esquina de la Dignidad"
"Seguimos demando un haber que nos permita vivir con dignidad. Basta de jubilaciones misarables", afirmó Gigena durante uno de los brindis que hacían para dat la bienvenida al nuevo año. Los definía cómo un "brindis simbólico, pero con un profundo mensaje al gobierno nacional y a los dirigentes de todas las centrales obreras del país. Queremos el 82 por ciento móvil y la devolución del PAMI a sus afiliados", pedía y recordaba: "En el año 58 los gremios de la Fraternidad de la Unión Ferroviaria reclamaron a Frondizi con una huelga de 48 horas la sanción de una ley que reconociera el 82 por ciento móvil que ningún trabajador lo tenía. A las 24 horas se estableció el compromiso y en octubre del 58 se sancionó la ley 14499, que fue la primera que estableció ese monto para todos los trabajadores ferroviarios que se jubilaron, y eso se derogó en 1994 de la mano de Domingo Cavallo".
En la calle sufrieron represiones y tienen muchas historias de forcejeo para lograr ser escuchados: "Las marchas que realizamos, más mil docientas, son una radiografía descarnada de la injusticia que padecemos. Conmemoramos estas marchas no con nostalgia, sino con el recuerdo en el corazón de los que ya no están y pelearon hasta el último día. Mientras tengamos fuerzas y haya incumplimientos de nuestros derechos, existirá nuestra lucha. Esperar que no tengamos que hacer 20 años más de marchas para obtener lo que nos corresponde", dijo Gigena.
En numerosas entrevistas con Aire Libre, Radio Comunitaria, relataba los famosos cinco puntos que marcaban la lucha: "Ninguna jubilación por debajo de la canasta básica de un adulto mayor. Reclamamos el 82% Móvil sobre el salario del trabajador activo en su mismo cargo, oficio o función. Los fondos de la Previsión Social deben ser administrados por representantes de los trabajadores activos, jubilados y la participación del Estado. Exigimos la normalización del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, el PAMI y con esto el fin de la Intervención. También pedimos viviendas en comodatos para jubilados y pensionados en situación de emergencia habitacional".
Ciudadano Distinguido
El 31 de agosto de 2017 el Concejo Municipal de Rosario propone declararlo "Ciudadano Distinguido de la ciudad de Rosario" y se lo homenajeó como un "luchador incansable por los derechos de los jubilados y por su invaluable aporte a la sociedad rosarina y la región". En los considerandos se destacó que la Mesa Coordinadora, a "excepción de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, no hay movimientos que tengan una lucha tan prolongada como las jubiladas y los jubilados que integran la Mesa Coordinadora" y destacó: "las personas mayores de 70, 80 o 90 años estén transitando las calles del país en demanda del reconocimiento de sus derechos en su orgullo y 25 años marchando con sus reclamos es una radiografía descarnada de la injusticia que padecen".
La entonces presidenta del Concejo Municipal, Daniela León, autora de la iniciativa, se refirió a Gigena: "Es un hombre muy particular. Para quienes militamos de toda la vida ha sido un referente social, con espíritu único que supera cualquier adversidad".
Luego prosiguió: "Es un luchador social que trasciende todas las fronteras del partidismo. Estos 25 años de lucha que encabeza en la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados son un ejemplo. Ojalá su lucha dé su frutos; es una lucha en la que nunca hay que detenerse".
Después fue el turno de Ernesto Sosa quien se refirió a la distinción a Enrique Gigena: "Es una justa decisión del Concejo Municipal. Enrique siempre actuó a favor de la vida y la solidaridad. Todo esto debe ser alegría, de orgullo y regocijo. Es un reconocimiento para todos los compañeros de lucha".
Por último, Gigena tomó la palabra tras los aplausos del auditorio de la Aociación Empleados de Comercio y dijo: "Esta distinción en realidad le corresponde, no a mi, sino a los compañeros de la Mesa (de Jubilados y Pensionados). Uno es uno más en esta lucha".
Además relató sus batallas y su militancia política desde sus 10 años de vida y en su adolescencia, su paso por la Liga de los Derechos del Hombre, y su militancia en el Partido Comunista (PC).
Gigena aprovechó ese momento para reclamar una nueva ley de jubilaciones, iniciativa que fueron presentadas hace años en la Cámara de Diputados de la Nación y duermen en un cajón.
"Luchamos por la reivindicación de los jubilados, pero sobre todo luchamos por una sociedad mejor, luchamos por tener dignidad, no solo más haberes. Mantengamos viva la llama de la vida y la lucha. Necesitamos un incendio social para poder avanzar en nuestros derechos", dijo Gigena y culminó: "mientras tenga fuerzas y haya incumplimientos existirá mi lucha".
Enrique Gigena nació el 15 de Julio de 1927, en el barrio Ludueña, a una cuadra de los cruces de las vías de los ferrocarriles Mitre y Belgrano (Cabin 8) donde pasaba gran parte de su tiempo jugando a la pelota.
Luego de recibirse en una escuela técnica donde aprendió el oficio de tornero ingresó a trabajar en una empresa metalúrgica, y diez años más tarde en los talleres del Ferrocarril en Pérez. Siempre delegado y en contra de las injusticias, Gigena, en 1951, se afilió al Partido Comunista: "Siempre me gustó la política", expresó.
Por esas cosas del destino, cuando se le presentó la circunstancia de jugar en la Primera de Rosario Central por el talento que ostentaba como marcador derecho, un tremendo pelotazo en uno de sus ojos anuló esa oportunidad: "me dejó seis meses parado, tenía riesgo de desprendimiento de retina, no podía correr… y tuve que dejar. Tenía 16 años, mi mejor amigo y yo jugábamos al fútbol, él en Newell’s y yo en Central, éramos como hermanos, él militaba en el Partido Comunista", rememoró.
Se le reconoce su participación militante en importantes luchas y con un fuerte compromiso. Quienes conocieron a Gigena lo destacaban por ser un apasionado por la política, un líder nato interesado en los problemas sociales.
El 16 de mayo de 1969, 2.000 trabajadores ferroviarios del Taller de la localidad de Pérez iniciaban una huelga contra la suspensión de sus delegados Enrique Gigena y Roberto Forcatto por haber comunicado la adhesión al paro en repudio por la muerte de los dos estudiantes aprobada por la Comisión Coordinadora de la Unión Ferroviaria. Gigena era dirigente de la Unión Ferroviaria y encabezo una huelga y marcha del taller ubicado en Pérez a Rosario. Este conflicto que tendría continuidad y sería un eslabón de la lucha que engendraría el Segundo Rosariazo en el mes de septiembre de 1969.
"En esas luchas de los ferroviarios, que marcaron el reencuentro con los métodos propios y naturales de la clase obrera, hubo una importante contribución de las Comisiones Coordinadoras, que impulsaron y le dieron forma organizativa a la resistencia antidictatorial y contra el sindicalismo colaboracionista", dijo Gigena.
"Nuestras asambleas eran masivas. Recuerdo la del 22 de Mayo de 1969, que se realizó en los lugares de trabajo de las distintas seccionales del gremio y que culmino en la concentración junto al mástil de los Talleres de Pérez, donde se rindió homenaje al joven obrero y estudiante Luis Norberto Blanco y a las demás víctimas de la represión y se resolvió apoyar el paro activo del día siguiente. En el proceso de toda esa lucha se recuperó la democracia obrera a través de las multitudinarias asambleas que se hacían diariamente y hasta dos veces por día rescatando los principios naturales de organización, lucha clasista y restableciendo la unidad combatiente del gremio y su permanente movilización", recordó.
El exilio durante la última dictadura cívico militar*
En 1977 el Comité Central del Partido Comunista Argentino (PCA) decide enviarlo a Italia como representante del partido y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH). Enrique había sido cesanteado en Ferrocarriles desde 1976.
Durante todo ese año Gigena se prepara y familiariza con el trabajo de sus compañeros en la LADH. En diciembre de 1977 parte a Italia con el propósito de organizar allí y en España un equipo de trabajo que respondiese a la línea partidaria. La elección de Gigena como cuadro principal del comunismo argentino en Europa estaba ligada a su pertenencia al Comité Central, rol que le permitía debatir en paridad con las direcciones del resto de las organizaciones argentinas y con los partidos comunistas europeos.
Gigena llegó a Italia y al poco tiempo se trasladó a Madrid. Al principio molecularmente, comenzó a reagrupar a los militantes exiliados -a pesar de la posición oficial- y a estructurar una corriente de solidaridad en varios países de Europa. Los pocos militantes que se encontraban en el exilio habían salido tempranamente entre 1975 y principios de 1976. La mayoría eran personalidades reconocidas del mundo de la cultura, intelectuales y profesionales con mucha exposición pública. Entre fines de 1976 y 1978 salen algunos militantes más, sobre todo dirigentes del movimiento obrero que el partido evaluaba que corrían serios peligros. Aunque nunca fueron demasiados numerosos, la existencia de militantes comunistas en distintos países permitió que la posición del partido circulara por todo el continente e influyera en varias organizaciones políticas.
"Armamos un grupo bastante numeroso y activo dentro de Madrid, después en Barcelona. Ya teníamos un grupo de apoyo en Roma, en París con una compañera de la Liga por los Derechos del Hombre francesa que además era internacional y que además tenía estatus de organismo consultivo en Naciones Unidas. Por lo tanto, con ellos, todos los años íbamos a Ginebra a plantear las cosas. Y, teníamos muy buenas relaciones con Comisiones Obreras, Partido Comunista, con el Partido Socialista de España, con la Unión General de Trabajadores socialistas y con la Unión de Centro Democrática, la coalición que llevó a Adolfo Suárez al gobierno, teníamos llegada con dirigentes de primer nivel (…) Después organizamos grupos de apoyo en Bruselas, en Amsterdan, otro cerca de Londres, en Estocolmo", detalló Enrique y contó que Comisiones Obreras les editaba un periódico para contar lo que ocurría en nuestro país y organizar la solidaridad hacia Argentina. Esa publicación se distribuía a organizaciones de dieciséis países, algunas en idioma inglés.
La propia decisión de marchar al exilio constituía una marca fuerte que se contradecía con el clima benévolo que relataba el PCA. Con dificultad, el propio Enrique Gigena deslizó en una entrevista las dificultades que tuvo en el reclutamiento de los militantes en Europa, a quienes debía citar "más de una vez a tomar un café" para intentar "convencerlos", que lo que importaba era defender a los compañeros que habían quedado dentro del país trabajando por la solidaridad desde dónde estuviesen.
La Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario
En ese largo camino de lucha que ha transitado Enrique Gigena lo llevó a trabajar junto a otros y otras la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Rosario. También conoció a su segunda mujer, Olga Márquez, docente, hoy jubilada: "estamos siempre juntos, en la primera línea", apuntó. En nuemerosas marchas y convocatorias para juntatar firmas la esquina de Córdoba y San Martín, se convirtió en un icono de la perseverancia de la lucha que llevan adelante. En diciembre de 2013, el Concejo Municipal de Rosario los reconoció y designó ese espacio como "La Esquina de la Dignidad"
"Seguimos demando un haber que nos permita vivir con dignidad. Basta de jubilaciones misarables", afirmó Gigena durante uno de los brindis que hacían para dat la bienvenida al nuevo año. Los definía cómo un "brindis simbólico, pero con un profundo mensaje al gobierno nacional y a los dirigentes de todas las centrales obreras del país. Queremos el 82 por ciento móvil y la devolución del PAMI a sus afiliados", pedía y recordaba: "En el año 58 los gremios de la Fraternidad de la Unión Ferroviaria reclamaron a Frondizi con una huelga de 48 horas la sanción de una ley que reconociera el 82 por ciento móvil que ningún trabajador lo tenía. A las 24 horas se estableció el compromiso y en octubre del 58 se sancionó la ley 14499, que fue la primera que estableció ese monto para todos los trabajadores ferroviarios que se jubilaron, y eso se derogó en 1994 de la mano de Domingo Cavallo".
En la calle sufrieron represiones y tienen muchas historias de forcejeo para lograr ser escuchados: "Las marchas que realizamos, más mil docientas, son una radiografía descarnada de la injusticia que padecemos. Conmemoramos estas marchas no con nostalgia, sino con el recuerdo en el corazón de los que ya no están y pelearon hasta el último día. Mientras tengamos fuerzas y haya incumplimientos de nuestros derechos, existirá nuestra lucha. Esperar que no tengamos que hacer 20 años más de marchas para obtener lo que nos corresponde", dijo Gigena.
En numerosas entrevistas con Aire Libre, Radio Comunitaria, relataba los famosos cinco puntos que marcaban la lucha: "Ninguna jubilación por debajo de la canasta básica de un adulto mayor. Reclamamos el 82% Móvil sobre el salario del trabajador activo en su mismo cargo, oficio o función. Los fondos de la Previsión Social deben ser administrados por representantes de los trabajadores activos, jubilados y la participación del Estado. Exigimos la normalización del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, el PAMI y con esto el fin de la Intervención. También pedimos viviendas en comodatos para jubilados y pensionados en situación de emergencia habitacional".
Ciudadano Distinguido
El 31 de agosto de 2017 el Concejo Municipal de Rosario propone declararlo "Ciudadano Distinguido de la ciudad de Rosario" y se lo homenajeó como un "luchador incansable por los derechos de los jubilados y por su invaluable aporte a la sociedad rosarina y la región". En los considerandos se destacó que la Mesa Coordinadora, a "excepción de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, no hay movimientos que tengan una lucha tan prolongada como las jubiladas y los jubilados que integran la Mesa Coordinadora" y destacó: "las personas mayores de 70, 80 o 90 años estén transitando las calles del país en demanda del reconocimiento de sus derechos en su orgullo y 25 años marchando con sus reclamos es una radiografía descarnada de la injusticia que padecen".
La entonces presidenta del Concejo Municipal, Daniela León, autora de la iniciativa, se refirió a Gigena: "Es un hombre muy particular. Para quienes militamos de toda la vida ha sido un referente social, con espíritu único que supera cualquier adversidad".
Luego prosiguió: "Es un luchador social que trasciende todas las fronteras del partidismo. Estos 25 años de lucha que encabeza en la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados son un ejemplo. Ojalá su lucha dé su frutos; es una lucha en la que nunca hay que detenerse".
Después fue el turno de Ernesto Sosa quien se refirió a la distinción a Enrique Gigena: "Es una justa decisión del Concejo Municipal. Enrique siempre actuó a favor de la vida y la solidaridad. Todo esto debe ser alegría, de orgullo y regocijo. Es un reconocimiento para todos los compañeros de lucha".
Por último, Gigena tomó la palabra tras los aplausos del auditorio de la Aociación Empleados de Comercio y dijo: "Esta distinción en realidad le corresponde, no a mi, sino a los compañeros de la Mesa (de Jubilados y Pensionados). Uno es uno más en esta lucha".
Además relató sus batallas y su militancia política desde sus 10 años de vida y en su adolescencia, su paso por la Liga de los Derechos del Hombre, y su militancia en el Partido Comunista (PC).
Gigena aprovechó ese momento para reclamar una nueva ley de jubilaciones, iniciativa que fueron presentadas hace años en la Cámara de Diputados de la Nación y duermen en un cajón.
"Luchamos por la reivindicación de los jubilados, pero sobre todo luchamos por una sociedad mejor, luchamos por tener dignidad, no solo más haberes. Mantengamos viva la llama de la vida y la lucha. Necesitamos un incendio social para poder avanzar en nuestros derechos", dijo Gigena y culminó: "mientras tenga fuerzas y haya incumplimientos existirá mi lucha".
Expresamos nuestras condolencias a los compañeros y compañeras, familiares y amigos por el fallecimiento del compañero Enrique Gigena.
Dirigente obrero, popular y comunista, con el cuál compartimos años de lucha en defensa de los intereses inmediatos e históricos de la clase trabajadora.
Nuestro homenaje a su memoria será continuar por el camino de lucha que transitó a lo largo de su vida.
Ha sido un orgullo para todxs nosotrxs haber compartido parte de su recorrido, acompañando a la Mesa Nacional Coordinadora de Jubilados y Pensionados.
¡Compañero Enrique Gigena: presente! ¡Ahora y siempre!Centro Cultural de La Toma
Fotos: Sofía Alberti, Concejo Rosario, Señales
Fuentes: Archivo Señales, Concejo Rosario. *material de la publicación: "El Partido Comunista de Argentina y el exilio en Europa durante la última dictadura militar", de Natalia Casola, Programa de Historia Oral. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires