Elsa González llegó a presidenta de los periodistas españoles encabezando una candidatura que señalaba como principal problema de la profesión el altísimo índice de desempleo
Por: Pedro Ingelmo
Qué quejosos somos los periodistas
Es posible, pero ahora tenemos razones más que sobradas para la queja, razones para la crítica y para la autocrítica y hacer ambas cosas con fuerza y sin piedad. Qué sería un periodista si no hiciera autocrítica.
Pues venga, hágala, hágala. ¿Qué hemos hecho mal los periodistas?
Haber transigido con casi todo, con la dependencia no sólo del poder, que también, sino, lo que es peor, con la complacencia con la situación, para lo que no había motivo porque, en realidad, los años prósperos no lo fueron para los periodistas, que no han abandonado la precariedad ni cuando las empresas de comunicación ganaban mucho dinero.
Es que el periodismo ha tenido mucho de burbuja con facultades abriéndose en lugares insólitos y generando licenciados que el mercado no demandaba
Sí, hemos sido una burbuja de la que los periodistas hemos sido víctimas. Ahora pagamos un cambio estructural que las empresas no vieron venir. En la situación actual de descrédito del periodismo tienen mucho que ver, principalmente, los políticos y los editores.
Y alguno con carné de periodista pontificando desde el púlpito
Los opinadores que se han creído sustitutos de los políticos han hecho muy poco por la profesión, por la ciudadanía y por la sociedad, sin duda. El deterioro democrático de la política, las instituciones y de la empresa ha pasado ante ellos sin que lo hayan señalado. Ahora la sociedad pide cuentas, pero ya no vale hablar a toro pasado. La sociedad tiene derecho a preguntarse por qué no se lo contamos antes.
8.000 periodistas al paro. Han emprendido la campaña Sin periodismo no hay democracia
Estamos ante la peor crisis que ha sufrido el periodismo y este oficio es un contrapoder que denuncia y evita abusos.
Pero muchos de esos 8.000 han sido asalariados de los poderes públicos. No eran contrapoder, sino la voz del poder
Claro, hemos viciado el periodismo, por eso hablaba de la culpa de los políticos. Yo creo tanto en los medios privados como en los públicos, si los primeros no se mercantilizan y los segundos aceptan la independencia que necesita un servicio público. Ya sé que no ha sido así. Nos hemos dejado arrastrar por el espectáculo, por el amarillismo, hemos perdido, en buena medida, el tren de la ética. ¡Hay facultades de Periodismo en las que ni existe la asignatura de Ética! Pero también es cierto que no hemos sido los periodistas los artífices de esta situación. Tenemos que recuperar nuestro papel.
Hum... ¿y eso cómo se hace?
En la FAPE no nos hemos quedado cruzados de brazos. Hemos creado la Comisión de Quejas, Arbitraje y Deontología, que está compuesta por profesionales de gran renombre de distintos sectores de la sociedad, un equipo de sabios. Ya han emitido 70 informes. Caminamos hacia la autorregulación y las principales empresas de comunicación se están adhiriendo. Aceptan sus resoluciones porque hay una parte del mundo del periodismo que sabe que nuestra única salvación es recuperar credibilidad.
La credibilidad que ofrecen gratis buscadores como Google
Es increíble. Google cuelga información, el trabajo de un periodista, sin consultar a nadie. Google se beneficia del trabajo que paga otro, pero, al tiempo, echo en falta editores que planten cara, editores adaptados a los nuevos tiempos. El periodismo de hace 15 años ya no tiene sitio en el mundo actual, no tiene nada que ver, pero los editores recortan gastos sin planes de futuro pensando en que quizá mejore la situación. Pero no va a mejorar. Nada volverá a ser como antes.
Aventure un futuro
Verá, la sociedad no es inocente del todo. Contamos con unas maravillosas redes sociales que nos permiten estar comunicados, pero no informados. La sociedad no puede confundir una cosa con la otra si realmente quiere alzar su voz, una voz que no sea ruido, una voz argumentada, una voz informada. El ciudadano tiene derecho a voz, voto, apagar, comprar, seleccionar. Nunca ha habido tanto ciudadano interesado por la información, pero ¿va a poder acceder a ella o se va a creer informado por los mensajes que se multiplican en las redes sociales sin control?
Un futuro negro
No, no. El futuro no pinta tan mal. Cada vez se abren más medios digitales, el soporte no importa, y cada vez son mejores, aunque haya muchos que todavía no den la talla. Vamos a un futuro híbrido, en el que no tiene cabida el gratis total, híbrido en el soporte, de papel, internet y cualquier otro, como pasó en su día con la televisión y la radio. El papel no tendrá la preponderancia, pero habremos aprendido que los beneficios que nos den los nuevos soportes deben ir destinados a reinvertir porque la buena información es cara. Ahí es donde se tiene que reconquistar el crédito. El futuro del periodismo será ético o no será.
¿Y el presente?
Nos queda un desierto en el que vamos a sufrir, pero será la propia sociedad la que demande esa información, la que se haga consciente de que el empobrecimiento del periodismo pone en riesgo nuestras libertades, nuestras conquistas. Hemos perdido referentes en la política, la judicatura, la economía... también en el periodismo. Todo eso se recupera si la sociedad vuelve a confiar en la información que recibe.
Fuente: Diario de Sevilla