Coordinan sus críticas a la prensa y a algunos dirigentes de la oposición. Del mismo modo que, en 1997, lo hacía el Grupo Rating a favor de Carlos Menem.
Como el menemismo durante la década pasada, los kirchneristas también tienen su comando mediático. Funciona como una estructura organizada de acuerdos para, escalonadamente y con distintos matices, salir a fijar posiciones sobre los temas que instalan en la agenda. Así lo hicieron la semana pasada: un diputado -fanático de los archivos- sale a hablar por la mañana, lo refuerza un dirigente piquetero por la tarde y, a última hora, emite su comunicado una agrupación juvenil.
Cuando Carlos Menem estaba en la Casa Rosada, en el tramo final de su gestión, se creó el llamado "Grupo Rating". Se juntaban todas las mañanas en el despacho del entonces ministro del Interior, Carlos Corach. Participaban de esos encuentros el secretario de la Presidencia, Alberto Kohan, el de Medios, Raúl Delgado, y algunos legisladores de lengua filosa como Eduardo Menem, Oscar Lamberto, Augusto Alasino o Humberto Roggero.
El "Grupo Rating" salía a fijar la posición oficial del menemismo ante las críticas de la oposición en los medios de comunicación. El comando mediático kirchnerista operó de ese modo el jueves, luego de que Clarín publicara un artículo del periodista Julio Blanck titulado: "La construcción del relato oficialista volvió a tropezar con la dura realidad".
El primero en contestar fue el diputado Carlos Kunkel. Lo hizo temprano, tras irrumpir en la emisión de Radio Nacional. Kunkel es un veterano militante pero nista que incluso sufrió la cárcel durante la dictadura. Pese a eso, saca a relucir antecedentes personales. Hace dos semanas, al gobernador socialista de Santa Fe, Hermes Binner, lo acusó de "gorila" y lo comparó con Américo Ghioldi, un histórico dirigente de su partido que -dijo Kunkel- apoyó a la dictadura militar. Lo mismo intentó con el ruralista Eduardo Buzzi y con Blanck.
En coordinación con Kunkel, el polémico piquetero Luis D'Elia dijo lo suyo. A su estilo. Con virulencia, esta vez también se refirió a Blanck y al Grupo Clarín. A la Federación Argentina de Municipios (FAM) le quedó la versión más lavada de las críticas. Y a La Cámpora, el grupo de militantes rentados que conduce Máximo Kirchner, el hijo de la Presidenta, le reservaron las palabras más informales o pretendidamente irónicas. De esta manera, el comando mediático kirchnerista logra reproducir varias veces al día, de distintos modos, una posición con un mismo eje.
El menemismo estrenó este mecanismo en 1997, con la carpa docente frente al Congreso, con la figura creciente del empresario Alfredo Yabrán y las internas del gabinete. Sus espadas mediáticas no pudieron evitar aquel desgaste político.
El Grupo Raiting
El Grupo Rating es el nombre que se le dio a los legisladores que, en el último tramo del gobierno de Carlos Menem, salían a defender su gestión en los medios de comunicación. Eduardo Menem, Augusto Alasino, Jorge Yoma, Oscar Lamberto o Humberto Roggero eran algunos de sus integrantes. Se reunían en el despacho del entonces ministro Carlos Corach.