El sacerdote Jesús Olmedo denunció que en La Quiaca se está pasando “hambre de verdad” por la carestía, la especulación de los comerciantes y los bajos ingresos que recibe gran parte de la población, al tiempo que anunció que la semana próxima se harán crucifixiones para llamar la atención sobre el agravamiento de la pobreza en la región.
“Casi todo el mundo está pendiente del campo, que no son los pobres de este país y que por supuesto tendrán sus razones, pero a los pobres parece que los tienen olvidados unos y otros, vamos a ver si escuchan que acá en la Puna en general y en concreto en La Quiaca, se está pasando hambre de verdad y como han subido todos los artículos aparte de por la inflación porque los comerciantes como siempre abusan y además pasan mucho a la frontera y suben los precios por la oferta y la demanda, hay mucha gente que ya no puede comprar los productos de primera necesidad, aparte porque con 150 pesos -porque aquí la mayoría son planes sociales porque no hay trabajo- entonces la situación es extrema, ya no se da más”, explicó.
“Y parece que no han escuchado, hemos hecho mesas de diálogo y nosotros hemos dialogado; ha venido la gente del Gobierno pero nada de respuestas; ni siquiera mandan el dinero para seguir construyendo; están paradas muchas construcciones y ahí a la señora Milagro (Sala) le dan siete millones cada mes, le han hecho una fábrica textil cuando aquí en la puna es donde está la materia prima, están las ovejitas y las llamas para la lana”, denunció Olmedo.
Sostuvo que “se olvidan absolutamente de la puna; aquí podrían hacer inversiones; no digo las empresas porque aquí no van a venir porque no les interesa; pero el gobierno tiene obligación, incluso que invierta para arreglar las calles, para dar trabajo, que inventen algo para que la gente tenga trabajo”, reclamó el sacerdote.
“Ya no quieren solamente los planes sociales que no alcanzan, sino trabajo o que les aumenten los planes sociales”, añadió.
Olmedo dijo que otra de las demandas que motivará las protestas es la construcción de un puente sobre el río Santa Catalina, cerca de Cieneguillas, donde murieron cinco mujeres en el verano pasado arrastradas por la creciente: “dicen que no hay plata y hace cinco años que los pueblos están pidiendo esta obra”, resaltó.
El sacerdote también denunció la gran suba del gas envasado y cuestionó las prohibiciones para comprarlo en Villazón, que perjudica a los consumidores quiaqueños. Las inclementes condiciones climáticas imperantes todo el año en la región pero particularmente hostiles en el invierno, agravan la situación de las familias pobres que no tienen alimentos ni medios para calefaccionarse, señaló.
Acerca de la protesta anunciada, dijo que varios vecinos se someterán a una crucifixión y afirmó que él mismo lo hará si se lo piden.
Fuente: El Libertario