jueves, 29 de junio de 2023

Bolivia: El diario Página Siete anuncia el cierre de sus operaciones

El diario paceño Página Siete, de propiedad de la familia Garafulic, dejará de circular a partir de mañana 30 de junio, según el anuncio hecho en su propio medio por el presidente de su directorio Raul Garafulic, a través de una carta dirigida a sus lectores.

El; matutino paceño que circuló desde hace trece años fue altamente cuestionado desde diferentes ámbitos por un poco serio y carente de ética de la información que difundió. En su relativa corta existencia, comparada con la de otros medios impresos del país, fue cuestionado por manipular y falsear la información con fines políticos.

En este tiempo, Página Siete, no ocultó su identificación con los sectores más reaccionarios y conservadores de la vida política del país, jugando un rol de primer orden junto a otros medios como El Deber y Los Tiempos, en la oposición al gobierno de Evo Morales, pero fundamentalmente jugó un papel fundamental en el golpe de estado de 2019 y fue protagonista del gobierno de facto encabezado por Janine Añez.

Página Siete es un nuevo intento fracasado de hacer política desde el periodismo de la familia Garafulic, la cual estuvo ligada a las dictaduras militares, primero, y luego a los gobiernos más antinacionales que tuvo Bolivia. El fracaso de este medio de comunicación, más allá de la plañidera explicación de su propietario, se debe a que la población boliviana nunca creyó en ese medio y más bien rechazó en todo momento sus detestables formas de hacer periodismo.
Fin del camino. Carta de despedida a los lectores de Página Siete
"Este es un momento duro que me llena de tristeza y angustia porque soy consciente de que el periodismo independiente y la democracia pierden un aliado importante"
Después de 13 años de periodismo independiente al servicio de la sociedad y la democracia, Página Siete publica hoy su última edición. La explicación es tan simple como dolorosa: nuestros gastos son superiores a los ingresos y después de agotar todas las instancias para conseguir capital de trabajo, nos quedamos sin recursos económicos para seguir operando.

Una combinación de circunstancias adversas creó lo que podríamos calificar como una tormenta perfecta, que nos llevó a esta situación:

• El partido de Gobierno bloqueó sistemáticamente la pauta publicitaria para el periódico, pese a que ella se financia con recursos de todos los bolivianos. Incluso presionó a empresas privadas del sistema financiero para que no publiquen sus avisos en Página Siete.

• El oficialismo puso en marcha una estructura de hostigamiento público por redes sociales contra el periódico que hasta hoy está impune.

• Auditorías y multas recurrentes de una diversidad de instituciones del Estado se ensañaron año tras año contra Página Siete, mientras nuestros competidores de línea oficialista fueron tratados con guante blanco.

• El acoso judicial infundado derivó en el bloqueo de mis cuentas bancarias y el embargo de mis bienes, lo que limitó mi capacidad de acción.

Aparte del acoso del poder contra este diario independiente, existen otras razones que obligan a su cierre:

• La pandemia de COVID cambió los hábitos de lectura de noticias de la gente, generando una fuerte caída en la venta de periódicos impresos, lo que disminuyó nuestros ingresos.

• La crisis económica del país redujo el presupuesto publicitario de muchas empresas, lo que redujo el flujo financiero del periódico.

• Y, para colmo, el precio internacional del papel y otros insumos de impresión se incrementó por efecto de la guerra en Ucrania.

• Si bien Página Siete apostó este año a la captación de suscriptores digitales, su crecimiento resultó más lento de lo esperado.

La lista podría continuar, pero con lo dicho queda claro que estamos ante un callejón sin salida.

Frente a esta difícil situación, los accionistas de la empresa efectuamos importantes aportes de capital, hasta el límite de nuestra capacidad, durante los últimos años. Yo mismo recurrí a créditos personales en la banca para cubrir gastos esenciales, como el pago de aguinaldos y otros.

Recientemente, intentamos conseguir una capitalización importante que nos hubiera permitido salir adelante, pero a último momento los inversores dieron un paso al costado por temor a represalias políticas.

Por todo lo expuesto, hemos decidido suspender la publicación de Página Siete desde hoy. En adelante, se seguirá estrictamente el procedimiento establecido por el Código de Comercio y la normativa legal aplicable para estos casos, el cual otorga prioridad al pago de sueldos adeudados y beneficios sociales de nuestros trabajadores, a quienes agradecemos por su compromiso y resistencia.

De todo corazón, agradezco a nuestros lectores por la confianza recibida durante todos estos años. Cada uno de ustedes ha hecho de Página Siete una marca fuerte e influyente, aunque incómoda para el poder.

Este es un momento duro que me llena de tristeza y angustia porque soy consciente de que el periodismo independiente y la democracia pierden un aliado importante.

Lastimosamente, esta es una decisión responsable que no podía dejar de tomar.

Atentamente,
Raúl Garáfulic Lehm
Presidente del directorio de Página Siete 2010-2023

La última nota para nuestros lectores
Donde vayamos, mantendremos nuestro compromiso de continuar con esta labor, con la firme convicción de hacer periodismo independiente y aportar con ello al fortalecimiento de la democracia.

Hoy concluye una agotadora batalla para nosotros. Fueron muchos años de un duro trabajo comprometido con el periodismo independiente en el que creemos, años de esfuerzo que nos llenaron de satisfacciones, pero también de angustias. Con todo, estuvimos aquí hasta que el agua nos cubrió la cabeza y nos dejó sin la posibilidad de hacer ningún movimiento más para seguir a flote. Se acabó, y al elaborar este documento a manos compartidas, aún no terminamos de digerir la noticia que nos llegó a las 08.30 de este jueves: Página Siete publicó su última edición después de 13 años.

Lo esperábamos, es cierto, pero hasta el último minuto quisimos creer que las cosas serían de otro modo y seguíamos pegados al teclado cumpliendo con nuestros lectores. Pero las cosas no siempre salen como uno sueña.

A los trabajadores de Página Siete no nos queda más que agradecer a los lectores y seguidores que cada día nos regalaron su fidelidad y nos eligieron para informarse, que confiaron en la seriedad de nuestro trabajo, más allá de algunos errores que pudimos cometer y que son parte de este y cualquier otro oficio.

Los periodistas nos debemos a nuestros lectores y en ese afán es que, junto con diseñadores, fotógrafos y correctores, formamos un equipo con valores comunes que trabajó día a día para informar con transparencia, honestidad y responsabilidad. Así lo reconocieron miles de lectores que día a día felicitaron nuestra labor mediante mensajes directos, llamadas telefónicas y comentarios en las notas que publicamos en nuestra página web y en redes sociales.

Donde vayamos, mantendremos nuestro compromiso de continuar con esta labor, con la firme convicción de hacer periodismo independiente y aportar con ello al fortalecimiento de la democracia.

Queremos recordar que Página Siete fue uno de los medios más premiados a lo largo de sus 13 años de vida y también uno de los pocos que marcó huella con revelaciones que destaparon hechos de corrupción y otros delitos. Desde el gran desfalco del Fondo Indígena, las barcazas chinas hasta el caso Neurona y la injusticia contra el médico Jhiery Fernández, el trabajo periodístico fue clave para que la sociedad boliviana abra los ojos ante hechos de corrupción y todo tipo de injusticias. No solo eso, Página Siete fue uno de los medios pioneros en realizar reportajes en temas de género, con los cuales ganó al menos cuatro premios y además creó un observatorio de feminicidios que ayudó a varias instituciones a tener actualizados sus datos.

¿Cómo vive un país sin prensa independiente? Los periodistas de Página Siete batallamos hasta el último momento para seguir formando parte de este lado de la balanza, conscientes de que el otro lado cobra más peso cada día. Los medios de comunicación independientes contribuyen a formar ciudadanos críticos que fortalezcan las sociedades democráticas y siempre apostaremos a ellos. Con el cierre de Página Siete pierde también la democracia.

Y sí, hubo una tormenta perfecta que asfixió a este medio, como graficó en su momento el presidente del directorio, pero cumplimos hasta el final con nuestro compromiso con los lectores, hasta que, reiteramos, a las 08.30 de este jueves nos comunicaron que ya no iba más y que, consecuentemente, se rompía nuestra relación laboral con la empresa.

Hasta esa hora, quienes firmamos este documento de despedida, manteníamos la esperanza de que se hubiera concretado una capitalización que nos mantuvo en vilo durante meses. No llegó y tampoco llegaron nuestros salarios, en algunos casos desde hace siete meses.

Los valores, el cariño y el compromiso que señalamos al inicio de este texto nos impulsaron a seguir de pie pese a estas condiciones. ¿Quién trabaja siete meses sin cobrar salario? Nosotros lo hicimos por el sueño de mantener en pie este proyecto, al que defendimos con nuestro trabajo desde la trinchera periodística.

Ahora nos queda esperar unidos que se cumpla el compromiso asumido por la parte ejecutiva para que se paguen nuestros salarios y beneficios adeudados, porque no somos solamente nosotros, son nuestras familias las que se unieron a este sacrificio.

Agradecemos a los lectores de Página Siete y esperamos que vengan tiempos mejores.
Firman todos los trabajadores y trabajadoras del diario

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