jueves, 1 de mayo de 2008

Medios complicados

Por: Claudio Andrés De Luca*
Una tarde, allá por 1986 en Cruz Alta, charlaba con Ricardo Horvath sobre la Ley de Radiodifusión. Horas antes en la presentación de su libro "La Trama secreta de la radiodifusión Argentina" demostró como fue el "tongo de las licitaciones efectuadas por la dictadura" y quienes participaron de ella. Le pregunto a Horvath si no era hora de reclamar la sanción de una ley de la democracia y su respuestas fueron ¿quien se encarga de redactar una nueva Ley?, ¿la dejamos en mano de los iluminados de turno?, ¿de un grupo élite? o ponemos a toda la sociedad a debatir que proyecto de país queremos y que política de medios pensamos para complementar ese proyecto de país.

La aparición de Aire Libre, Radio Comunitaria, en agosto de 1988, me llevó a mantener innumerables reuniones con los interventores del ComFeR reclamando un marco legar para nuestras radios.

En Pizzería Americana, a cuadras del Congreso, lo abordo a León Guinzburg antes de que atacara una empanada ¿Y la Ley para cuando? "No es fácil hay muchos intereses y necesitamos tiempo". Carlos Menem había abierto las sesiones de la Cámara y en su discurso no había mencionado el tema, pese a que días antes se aseguraba que ese sería uno de los puntos a exponer.

Después Menem mediante los decretos de necesidad y urgencia habilitó que las editoriales u otras empresas periodísticas pudieran acceder a licencias de servicios de radiodifusión, eliminando la prohibición contenida en el anterior art. 45 inc. e) de la Ley 22.285, sumado a que la reforma admite que las sociedades estén formadas por otras, allí el Estado permitió la instalación de multimedios.
Otro artículo, el 65 de la mal llamada Ley Dormí, dice: "autorícese al Ejecutivo Nacional a normalizar hasta una nueva Ley de Radiodifusión".

No tenemos ni Ley, ni orden. La Iglesia Católica y las Universidades reciben licencias vía decretos presidenciales. Los permisos precarios y provisorios seguían aumentando a pesar de que años atrás se había cerrado su entrega después de censar a las radios que estaban en el aire. Los canales y radios cambiaban de dueños y ellos, los interventores, se enteraban por los medios.

La Alianza pareció traer vientos de cambio. Gustavo López demostró ser un tipo de puertas abiertas. En su despacho no estaba el cuadro del presidente, ni de ningún personaje de su partido (UCR). Armó su proyecto de Ley y salió a debatirlo en audiencias públicas hasta que le dijeron basta. En el 2001 me dijo "este será el año de la Radiodifusión"… ¡lo estoy esperando! En el camino permitió que Telefónica siguiera teniendo Telefe y el Canal Azul (9), cuestión que la ley prohíbe, que el Grupo CIE tuviera más de 9 radios en una misma zona, o que el Multimedios La Capital tenga en Rosario LT8 y LT3.

Carlos Caterbetti llegó con Duhalde y prometió transparentar el ComFeR, buen chiste. Julio Bárbaro arribó con el señor "K". A su lado puso a uno de los suyos, Sergio Fernández Novoa, que decía "necesitamos una ley que les diga no a los monopolios" y a cinco años… ¡la estoy esperando!

El gobierno de Néstor Carlos Kirchner no había hecho demasiado para cambiar esa situación. Con los 21 puntos de la recientemente conformada Coalición por una Radiodifusión Democrática durmiendo en un cajón de su escritorio y después de muchas promesas de sanción de una nueva ley, en el 2005 sorprendió a propios y extraños con el decreto 527. Por esta vía le otorga una extensión de licencias por un plazo de 10 y 15 años de explotación del espectro radioeléctrico, que nos pertenece a todos, para que refinanciaran sus deudas a cambio de nada.

El propio gobierno kirchnerista antes de irse le dio vía libre a la fusión de Multicanal y Cablevisión, en manos del Grupo Clarín.

Julio Bárbaro, antes de que lo fueran, dijo sobre la Ley que nos rige "yo le puse 207 reformas. Es más lo que le puso la democracia, que lo que había. Hoy el 70 % de los hogares tiene televisión por cable, Argentina es uno de los países más "cableados" del mundo, y el tema no está en la Ley de Radiodifusión" (pero cuando se le pidió alguna acción para cambiarla dijo que no hacía falta otra Ley).

La discrecionalidad con que se manejaron desde el ComFeR merece un libro aparte pero para muestra solo basta un botón: El ComFeR autorizó la transferencia de la frecuencia de FM 96.1 a la familia Aldrey Iglesias. Ellos son dueños de cuatros radios en Mar del Plata (Atlántica AM 760, Atlántica Latina FM 93.3, Mar del Plata AM 670 y FM Universo 103.3 MHz.), además del diario, una señal de cable y otras empresas. Todo a cambio de tapas favorables para los abonados Daniel Scioli y Cristina Fernández.

¿Por qué discutimos este tema ahora? Gabriel Mariotto, el actual interventor del ComFeR hizo historia como nació este impulso por la Ley: La Facultad de Ciencias Sociales generó un documento con críticas a la cobertura de medios en el marco del conflicto del campo. Esto lo reflejó la presidenta y decidió darle un mayor impulso al Observatorio contra la Discriminación en los medios, hubo críticas de los medios observados y allí llegó la intención de trabajar en un proyecto Ley de Radiodifusión.

Mariotto dijo en Rosario: "El otro día daba vergüenza ajena cuando la presidenta de la nación estableció por qué un medio cuestionó tanto a Romina Picolotti. Había osado hacerle una inspección a una planta de papel, entonces después aparecen páginas, páginas y páginas donde nos enteramos que el hermano de Romina Picolotti: trasnocha, digamos, y tuvo la osadía de hacerle una inspección a la fábrica de papel (Papel Prensa de la que el Estado también es socio), entonces no podemos más estar rendidos ante ese monopolio informativo".

Llega el momento de cerrar la nota. En un correo que llega a mi casilla un conocido me advierte "Se acabó la discusión por la Ley de Radiodifusión, va al freezer, Cristina y Clarín retoman la senda que transitaron juntos meses atrás. Se acabó la guerra". Ese sábado lo cuento en las Señales y algunas respuestas que me llegan hablan de que eso sería una locura: "¿Y las reuniones de la presidenta por el tema?", "Perdoná Claudio pero ¿Clarín no mentía?", "La ley tiene que salir ahora. El año que viene tenemos elecciones y allí si que no pasa…"

La respuesta llega desde el ComFeR: "no se frenará la reforma de la Ley, que en días será enviada al Congreso, en absoluto cajonearemos la Ley de Radiodifusión" sostuvo Mariotto.

Si finalmente sale una norma que reemplace a la Ley, que nuestros dirigentes no se animaron a modificar, todo apunta a cambiar lo que se armó en estos años de democracia en lo referido a la constitución de los multimedios. Queda por ver si los 21 puntos consensuados estarán presentes en este proyecto.
*Publicado originalmente en El Eslabón, de la Cadena Informativa

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