"Esto fue una provocación intencionada, con punteros de Alicia Kirchner alrededor para organizar una operación de prensa" dijo a lavaca el presidente de la Asociación de Abogados de Río Gallegos, Javier Pérez Gallart, para definir su visión sobre la situación vivida por la ministra y hermana del presidente el sábado pasado en el restaurante Roco, de Santa Cruz. Nombres, denuncias cruzadas, cacerolazo con curitas y una noticia: los docentes siguen en huelga, esperando respuestas.
¿Qué ocurrió en realidad el sábado pasado en el restaurante “Roco” de Río Gallegos? La noticia publicada es que Alicia Kirchner, sus hijas, algunas amigas y un sacerdote estaban allí comiendo. Vecinos de la ciudad se congregaron, organizando un escrache tan veloz y espontáneo como los que ocurren cada vez que se ve a un funcionario provincial o nacional masticando o bebiendo cual si nada ocurriera en la provincia. La ministra de Desarrollo Social y hermana del presidente decidió salir, rechazó toda custodia y caminó un par de cuadras. Eso habría permitido que recibiera huevazos (con dudosa puntería), que la espolvorearan con algo de harina, y le dieran un tirón de pelo. Tomadas las fotografías del evento, subió a una camioneta y marchó. Durante todos estos días los medios de comunicación, los partidos políticos y organizaciones de toda laya han manifestado su repudio a la situación vivida por Alicia Kirchner.
En Santa Cruz, en cambio, las cosas se ven de un modo que los medios porteños (a los que curiosamente se llama "nacionales") tienden a omitir. "Acá nadie se cree nada de eso, pero afuera les venden cualquier cosa" dice a lavaca Rubén Lasagno de la agencia de internet OPI Santa Cruz que en estos días, en horas pico, cae colapsada por la cantidad de visitas que recibe. Para que se tenga una noción del tono con el que se tomó el hecho, el lunes hubo un cacerolazo con más de tres mil participantes que lucían curitas y apósitos en la cara, ironía dirigida a la ministra.
"Hemos encontrado elementos que muestran que todo lo del sábado fue armado, provocado. Es real que hubo un escrache, como hay cada vez que aparece alguien del Frente para la Victoria comiendo o haciendo compras por ahí. Pero te mandan dos o tres topos para alterar las cosas". (Topos se les decía a los espías y a los infiltrados en tiempos de la Guerra Fría; siempre se puede volver a leer a John Le Carré). "Para mi intentaron victimizarla y pensaron que así iban a ganar la simpatía de la gente. Alicia Kirchner es respetada en Santa Cruz, pero hubo un error de cálculo y una subestimación. La gente cambió la mentalidad. Evidentemente en el gobierno hacen una lectura distinta de la realidad. Armaron todo un circo alrededor para sacar un rédito político y lo lograron porque todos salieron a poner a Alicia como una mártir. Pero aquí ya te digo: no se la cree nadie".
El abogado acusado
Javier Pérez Gallart es presidente de la Asociación de Abogados de Río Gallegos, es abogado del gremio docente que motoriza la huelga y el cúmulo de movilizaciones, cacerolazos y escraches que gozan de un consenso mayoritario y parecen haber puesto en hora algunos calendarios: "Esto es el 2001 retrasado, con la gente gritando que se vayan todos" dice el doctor Pérez Gallart.
Desde su punto de vista, "esto fue una provocación; una provocación intencionada, con punteros de Alicia Kirchner alrededor para garantizar que el escrache se convirtiera en una operación de prensa".
Su relato sobre el sábado: "Cada vez que hay alguna manifestación yo me acerco para tratar de garantizar que no pase nada malo. Con los mensajes de texto del celular y el messenger, los escraches y los actos se hacen en cinco minutos. Fui al restaurante y me quedé afuera, viendo qué ocurría. La hija de Alicia Kirchner, Romina Mercado, me reconoció y me hizo un gesto desde adentro, como preguntándome qué hacía yo allí".
Alicia Kirchner habló con algunas docentes que se le acercaron y pronunció una frase extraña: "Yo busco el amor, no vine a provocar a nadie". La ministra ya lucía sobre su nariz un apósito, con el que luego apareció fotografiada (y que confundió a mucha gente, como si fuese producto del escrache).
Afuera se congregaron unas 400 personas. "La ministra no aceptó la custodia que le ofrecieron los docentes. Tampoco aceptó que se acercara un auto a la vereda para irse. El gobernador Peralta (asumido la semana pasada de modo un tanto enroscado) comentó que le quiso ofrecer custodia y ella no lo aceptó".
Resultado: Alicia Kirchner salió a la calle rodeada de periodistas y fotógrafos, pasó entre los vecinos que estaban reunidos en la vereda, y siguió caminando. Pérez Gallart: "Los docentes de todos modos iban detrás, como para contener cualquier descontrol. Pero no pasó nada: en el medio de 400 personas realmente agresivas o con intenciones de hacerle algo, la hubiera pasado muy mal en serio".
El abogado observó, en cambio, que alrededor de esa marcha de la ministra, había una cantidad de personajes inesperados: "Ahí estaba su secretario privado cuando ella era ministra en la provincia, un tal Ulloa (Pablo Ulloa). Estaba también Pablo Grasso (beneficiado por todos los dioses y el intendente local con tierras en El Calafate, tema que está siendo investigado), Jorge Ferreyra (subsecretario de Desarrollo Humano y Economía Social), y un doctor Ortiz, de la Fundación Ángeles Especiales" (dedicada a terapias de adolescentes y que recibió apoyo personal de Alicia Kirchner).
¿Zona liberada?
La presencia de estas y otras personas forman parte de una denuncia que el abogado Norberto Leserovich presentó este lunes ante la justicia, acusando además al jefe de policía Wilfredo Roque por haber dejado, a su criterio, una "zona liberada" para que se pudiera simular un ataque a Alicia Kirchner con el fin de montar luego todo una escena de repudio político.
En OPI Santa Cruz se sostiene que estas personas estuvieron fogoneando la protesta al empujar a los manifestantes hacia Alicia Kirchner, y hacer estallar petardos. Pérez Gallart: "Todos estos punteros de Alicia Kirchner iban acompañando como para que hubiera un escrache, y hacer algo sólo si se producía algún descontrol". Leserovich declaró a una radio de Santa Cruz: "¿Qué hacía esta gente que no estaba cuidando a Alicia y estaba corriendo por los alrededores tirando petardos y empujando a los manifestantes? ”
Pérez Gallart y otros dos abogados, Bernardino Zafrani y José Luis Janezac, fueron denunciados por haber estado en el escrache del sábado: "Yo creo que lo hacen para que la gente diga: si persiguen hasta a los abogados, ¿qué me queda a mi?" La denuncia fue acompañada por un rumor insistente sobre una orden de detención sobre los tres letrados, quienes concurrieron el lunes al despacho del juez Salvador Lozada, que los recibió de a uno.
Pérez Gallart relata su parte: "Le pregunté si iba a intervenir, ya que es público, según lo que sale en las revistas, que él tiene una relación sentimental con Romina Mercado, la hija de Alicia Kirchner. Se violentó, se hizo el áspero. Me preguntó si quería dejar sentado en un acta mi opinión, le dije que bueno, yo hablo conforme a lo que surge en las revistas. También hice unas apreciaciones sobre la velocidad que tuvo para gestionar esta causa donde secuestró de inmediato todos los "crudos" de las imágenes (sin editar). El miércoles de la semana anterior yo había hecho la denuncia de la represión a los municipales con más de 30 heridos, y esas cintas no fueron secuestradas. Pero esto del huevo y la harina fue de inmediato. Le dije: qué doble estandard que tenés Santiago, cuando denuncian algo del Poder Ejecutivo lo hacés a toda velocidad y qué lento vas en la otra. Me contestó mal, terminamos gritoneándonos y terminó la reunión".
OPI Santa Cruz agregó a esta denuncia la presencia en Río Gallegos de personajes bonaerenses desconocidos, y otros, como el caso de Marcelo Mallo y Walter Fava, reconocidos dirigentes del conurbano con un profuso pasado que se tramita ante diversos tribunales.
La cuestión de fondo
La situación provincial, en tanto, no parece salir del estancamiento. El flamante gobernador Daniel Peralta generó algunas expectativas: "Pero eso se va diluyendo porque no da respuestas", informa Pérez Gallart. "Se reunió con algunos gremios pero fue a dar lástima, a decir que no puede hacer todo lo que quisiera".
Se supone que un veloz viaje a Buenos Aires, este martes, podría hacer que el superavitario Estado nacional brinde los recursos para que los maestros reciban el reconocimiento salarial por el que vienen luchando. "Si eso se produce, otros gremios van a reclamar lo suyo, y si no se produce, seguirá el paro" dice Lasagno, de OPI Santa Cruz.
Mientras tanto, la carpa blanca de los docentes se multiplica: ya son ocho las carpas que albergan a diversos gremios, con sus celulares listos para enviar mensajes de textos y organizar escraches y cacerolazos que siguen siendo acompañados por una frase que parecía olvidada: que se vayan todos.