lunes, 28 de octubre de 2024

Información pública: todas las solicitudes de organizaciones y periodistas que el Gobierno denegó

El decreto 780/2024, que modificó la reglamentación de la Ley de Acceso a la Información Pública, ya se usa como argumento habitual para evitar rendir cuentas de la gestión
Por: Luis Villanuevay
El Decreto 780/2024, que limita el derecho a acceder a la información pública, ha empezado a producir los efectos esperados: un gobierno cada vez más opaco y menos dispuesto a rendir cuentas ante la sociedad. A medida que pasan los días, nos enteramos de que diversos organismos han utilizado este decreto para negar solicitudes de acceso a la información presentadas por ONGs, periodistas, académicos e incluso legisladores. Lo preocupante de esta situación es que no se trata de un fenómeno aislado, sino de una estrategia institucionalizada que se ha formalizado y “legalizado” con el mencionado decreto.
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Uno de los casos más notables de denegación de información ocurrió con Aerolíneas Argentinas y es especialmente preocupante. La periodista Giselle Leclercq, de Perfil, solicitó información detallada sobre los gastos de publicidad y propaganda de la empresa durante los primeros meses de 2024. La respuesta fue una negativa amparada en el artículo 8° del decreto, alegando que se trataba de "información comercial cuya revelación podría perjudicar la competitividad de la empresa". Este tipo de denegaciones plantea serios interrogantes sobre la verdadera naturaleza de la información solicitada y sobre los intereses que se buscan proteger. Aerolíneas Argentinas, una empresa estatal, utiliza ahora el Decreto 780/2024 para ocultar detalles sobre su gestión, una práctica que pone en entredicho la transparencia y la rendición de cuentas que deberían caracterizar a una empresa financiada con recursos públicos. Este pedido, y su rechazo, ya se encuentra judicializado mediante una acción presentada por Leclercq con el patrocinio de Poder Ciudadano.

Estos casos ya tenían un criterio consolidado por la Agencia de Acceso a la Información Pública en donde, por ejemplo, la periodista Mariel Fitz Patrick había solicitado información sobre las campañas de publicidad contratadas por el Banco Nación y la autoridad de aplicación resolvió intimar a la empresa para que ponga a disposición de la solicitante dicha información. La restricción al acceso a la información de las empresas que gestionan recursos públicos debe ser extremadamente limitada. Sobre esto ya se expidió la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el famoso fallo del acuerdo YPF con Chevron sobre Vaca Muerta, puesto que lo que debe primar es si la empresa desempeña importantes y trascendentes actividades en las que se encuentra comprometido el interés público. No puede admitirse, en el marco de los principios de una sociedad democrática, que se niegue a brindar información que hace a la transparencia y a la publicidad de su gestión dijo en aquel momento el máximo tribunal.
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Otra denegatoria trascendente ocurrió con la diputada nacional Natalia Zaracho, quien solicitó información al Ministerio de Capital Humano sobre una auditoría que reveló, supuestamente, que casi el 50% de los comedores comunitarios no existían o habían dejado de funcionar. Este relevamiento fue mencionado al pasar por el propio ex Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en una de sus presentaciones en el Congreso de la Nación.

También su contenido se pudo ver, filtrado y sesgado, en notas periodísticas que justificaban el cese en la provisión de alimentos a los comedores populares. Las notas periodísticas no se privaron de publicar datos que podrían catalogarse como sensibles, como nombres y direcciones de personas humildes beneficiadas por las obras, e incluso de las propias trabajadoras del Ministerio que trabajaron en el relevamiento territorial, motivando las críticas del sindicato que las agrupa por la exposición a las cuales se las sometió.

La respuesta al pedido de información realizado por la diputada Zaracho fue contundente: no se podía proporcionar la información debido a que estaba incorporada a una causa judicial en trámite. Esta respuesta se amparó en el artículo 8° de la Ley 27.275 y en las excepciones del nuevo decreto, que permiten denegar información cuando su divulgación pueda frustrar investigaciones en curso o afectar el debido proceso, lo cual no se ha explicado por qué podría ocurrir en el caso Y claro está que bien podría haberse entregado una versión pública del documento de auditoría testando la información que podría resultar sensible, algo que la ley permite. Sin embargo, eso no fue lo que se decidió. Lo curioso es que los datos sobre presuntas irregularidades en los comedores son los que el propio gobierno filtró sin reparos a cierta prensa amigable. La negativa, con argumentos pueriles, a aportar información completa y documentada parece la muestra más cabal de que, una vez más, la supuesta corrupción sólo fue la excusa para recortar prestaciones estatales o derechos.
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Este tipo de justificaciones para negar el acceso a información de interés público, que en el pasado se esgrimía como una medida defensiva ante pedidos incómodos, ahora cuenta con una base “legal” mucho más amplia. Lo que antes era una táctica para evitar la exposición de irregularidades o decisiones poco transparentes, ahora se ampara en una normativa que buscan consolidar el secreto y la opacidad dentro de la gestión pública mediante la creación de un nuevo tipo de información pública, la de “naturaleza privada”, casi un oxímoron que es funcional en el marco de incentivos para el desguace del Estado. En efecto, tanto para el impulso del RIGI como para impulsar los procesos de privatizaciones, el gobierno usó como excusa los supuestos pedidos molestos de información sobre los perros de Milei para lograr instaurar y sostener una norma que concede a los privados, textualmente, la seguridad de que nadie les exigirá explicaciones sobre sus actividades en el país pues a partir del decreto 780/24 los documentos en su poder ya no se podrán considerar información pública.

Otra grave aplicación del Decreto 780/2024 viene sucediendo con las negativas a brindar información relativa a los antecedentes que derivan en la aprobación de normas elaboradas por el Poder Ejecutivo. Las resoluciones y decretos deben tener, previamente a su sanción, elementos jurídicos y de hecho que los sustenten y justifiquen. Hacen a la racionalidad de las decisiones del gobierno y desde ya son de interés para la ciudadanía. Se trata de acceder a la cocina de los actos de gobierno, cómo se construyen, bajo cuáles consideraciones, quiénes los preparan. Pues bien, con el Decreto 780/2024 se cerró el acceso a información, ya no es posible conocer la cocina de los actos administrativos.
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Entre estas denegatorias, el caso que más llamó la atención resultó ser aquella que evitó dar los antecedentes que sustentan al Decreto 846/2024, el cual permite al Ejecutivo reestructurar deuda en moneda extranjera sin cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Administración Financiera. Se trató de un pedido efectuado por el abogado y especialista en acceso a la justicia y causas de interés público, Francisco Verbic. El Ministerio de Economía negó el acceso a la información de los informes técnicos y dictámenes jurídicos previos a su dictado. Secretismo peligroso si uno piensa que dicho Ministerio ya tiene antecedentes de no haber cumplido con los procedimientos necesarios para la toma de deuda externa, algo que en su momento también fue puesto en su conocimiento por un pedido de acceso a la información pública.

No fue el único caso de este tipo. Según viene argumentando el Ejecutivo nacional, las deliberaciones preparatorias y los papeles de trabajo, como los dictámenes previos, ya no se consideran documentos públicos. Esto implica que los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil e incluso los representantes legislativos no pueden acceder a los datos y razonamientos que fundamentan decisiones clave del gobierno. Este tipo de prácticas imposibilita conocer la construcción del razonamiento del Estado, lo que obstruye gravemente la transparencia en la toma de decisiones y mina la confianza pública en las instituciones. Sin acceso a estos antecedentes, se hecha un manto de opacidad sobre todo procedimiento administrativo y es entonces imposible saber si las decisiones estatales se basan en datos objetivos o si responden a intereses particulares, lo que compromete el derecho a una rendición de cuentas efectiva. La opacidad en la elaboración de las normas cobra más importancia cuando se conoce, por ejemplo, que importantes estudios jurídicos han participado activamente en la redacción de la Ley Bases o el DNU 70, el cual, de paso, vale recordar que descansa en la Corte Suprema de Justicia.
Por decreto, el Gobierno restringe el acceso a la información pública
Otra negativa a dar información pública ocurrió estos días ante un pedido realizado al Ministerio de Seguridad por parte de Amnistía Internacional. Se solicitaron informes relativos a los operativos de seguridad en las manifestaciones, incluido los responsables de los mismos y el armamento utilizado. El Ministerio de Patricia Bullrich se negó a dar información argumentando que son “expresamente calificados como reservados o secretos por razones de defensa o política exterior”. Se trata de un límite a la publicidad de la información prevista para casos verdaderamente excepcionales, que no es de aplicación al caso pero que se utiliza como excusa para evitar que se conozcan abusos de las fuerzas de seguridad. Aquí, la falta de transparencia es también funcional a la política represiva del Estado.

Pero no solo el Poder Ejecutivo ha utilizado este decreto para negar el acceso a la información. El Ministerio Público Fiscal (MPF) también ha recurrido a esta normativa, lo hizo en el marco de un juicio iniciado por la Fundación Transparencia Activa. Esta ONG había identificado anteriormente que varios organismos públicos imponían requisitos excesivos de identificación personal para acceder a la información, como el nombre, DNI y domicilio, en contra de lo dispuesto por la Ley 27.275, que fomenta el acceso libre y sin formalismos. Con la implementación del Decreto 780/2024, estas exigencias se han consolidado, introduciendo aún más restricciones al acceso a la información y vulnerando derechos fundamentales como la privacidad y la protección de datos personales.

La Fundación Transparencia Activa ha denunciado que este nuevo marco normativo crea un entorno de vigilancia estatal, en el que los solicitantes de información pueden ser monitoreados y registrados. Creando el riesgo de que se formen "listas negras" de solicitantes considerados abusivos o sospechosos de mal uso del derecho y que además el Estado no cumple con las obligaciones legales para proteger los datos personales de los individuos en estos casos. Esto podría derivar en sanciones e incluso represalias contra ciudadanos que simplemente ejercen su derecho de acceder a información pública, lo que evidencia la incompatibilidad del Decreto 780/2024 con las garantías constitucionales de privacidad y acceso libre a la información.
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La constitucionalidad del Decreto 780/2024 ya ha sido impugnada por diversos actores. Presentaciones judiciales cuestionan tanto la norma en su conjunto como artículos específicos que han sido utilizados para negar información. En estos casos, se argumenta que el decreto es incompatible con la Ley 27.275 de Acceso a la Información Pública, así como con la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales, al permitir un monitoreo excesivo de los solicitantes y restringir el acceso bajo pretextos ambiguos que lo único que hacen es afectar la transparencia y el control de cuentas de los ciudadanos sobre el Estado.

Vale recordar que la información pública pertenece a las personas, la misma no es propiedad del Estado y el acceso a ella no se debe a la gracia o favor del gobierno, éste tiene la información sólo en cuanto representante de los individuos.

La Agencia de Acceso a la Información Pública, un organismo clave en la defensa del derecho a la información, indicó que no participó en la elaboración del decreto en cuestión y ha expresado su preocupación sobre su impacto en el ejercicio efectivo del mismo. Es de esperar que en las resoluciones ante los reclamos que lleguen a sus manos, la Agencia resuelva con claridad por la defensa del derecho, que tiene por mandato legal proteger, y lo haga con la contundencia que este ataque gubernamental merece. No hay razones para mantener una postura distinta.

Por otro lado, el Congreso no parece abordar el tema con la proactividad que se necesita. Si bien se presentaron proyectos en diputados para derogar el Decreto, se encuentran todos ellos frenados en la Comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por el oficialista Nicolás Mayoraz, y cuentan para ello con cierto apoyo de sus aliados del PRO, destacándose en ese rubro la diputada Silvia Lospenato. Muchos de quienes en otros tiempos se alarmaban por estas cuestiones hoy hacen un lacónico silencio que sólo evidencia cuánto les importaba realmente la transparencia en la gestión pública.
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La justicia ha empezado a dar algunas señales alentadoras. El juez Walter Lara Correa dictó recientemente un fallo significativo donde deja asentado un precedente importante: las decisiones de la Agencia de Acceso a la Información Pública son de cumplimiento obligatorio. Se trata de un caso en el que el BNA pretendió desoir una resolución de la Agencia y no entregar información que había sido solicitada por la diputada Karina Banfi. Es el mismo juez, a cargo del Juzgado Contencioso Nro. 10, que tiene que decidir sobre otros casos trascendentes de acceso a la información e incluso tiene en sus manos un planteo de inconstitucionalidad del decreto 780/24.

La situación actual es grave y requiere de una intervención urgente de diversos actores. La sociedad civil está accionando y la justicia debe pronunciarse sobre la constitucionalidad de una norma que claramente violenta derechos adquiridos por todos, y sobre los cuales creíamos que no habría vuelta atrás. La transparencia es un pilar fundamental en cualquier democracia, y el Decreto 780/2024 representa una amenaza directa a este principio. Es imprescindible que todos los actores involucrados actúen de manera coordinada para detener esta peligrosa tendencia hacia la opacidad institucionalizada y garantizar que los ciudadanos puedan acceder libremente a la información pública, como un derecho constitucional esencial.
*Abogado, especializado en políticas anticorrupción
Foto: Matías Baglietto/NurPhoto via Zuma Press
Fuente: Diario Perfil

Javier Milei busca vaciar ARSAT

Con el desfinancimiento de la empresa estatal de telecomunicaciones y tecnología satelital ARSAT, el Ejecutivo parece querer vaciarla para avanzar en su privatización, una idea que ya manifestó. El congelamiento de proyectos, la falta de ejecución de créditos ya asignados, el atraso salarial y un programa de retiros parecen apuntar en esa dirección
Por Matías Alonso
ARSAT es la empresa estatal que opera los satélites de telecomunicaciones nacionales (ARSAT 1 y 2), la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO), las transmisoras de televisión digital abierta (TDA) y un data center de gran capacidad que gestiona la información que maneja el Estado y también da servicios a privados. Desde la llegada del Gobierno de Javier Milei, la empresa se encuentra en una crisis que solo se fue profundizando a lo largo del año.

El año pasado, los trabajadores de esta sociedad anónima del Estado habían acordado aumentos en paritarias de acuerdo a lo firmado por la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA). Sin embargo, con el cambio de Gobierno estos acuerdos no fueron respetados porque consideraba que los trabajadores debían adecuar su paritaria a la de la Administración Pública Nacional (APN) aunque tampoco se les hicieron los aumentos de los trabajadores de ese agrupamiento. Recién en febrero se acopló su paritaria a la APN pero sin recuperar los meses perdidos.

Ezequiel Mc Govern, responsable de Innovación IT y delegado de FOETRA en ARSAT, le dijo a TSS: "Como somos una sociedad anónima pero el accionista es el Estado, ellos tenían que dar el visto bueno para aprobar el convenio paritario. Siempre se hacía en forma automática, esta vez no lo aprobó y nos desacopló de la paritaria del sector. Estuvimos sin aumentos en diciembre, sin cobrar el bono de enero y recién empezamos a tener aumentos en febrero pero de la APN, que no tiene nada que ver con el trabajo que hacemos nosotros. Estamos con sueldos un 50% menores de lo que corresponde a nuestra actividad. APN había tenido aumentos en diciembre y enero pero a nosotros no nos los aplicaron y por eso iniciamos una causa judicial por discriminación, ya que dicen que somos APN pero a nosotros no nos dieron esos aumentos, lo mismo que hicieron con Aerolíneas y con los universitarios".

Muchos de los trabajadores de esta empresa son ingenieros y técnicos en telecomunicaciones e informática con mucha demanda de trabajo en el sector privado, por lo que siempre fue muy difícil para el Estado retener a estos especialistas. A partir de la llegada a la presidencia de Javier Milei, se activó un programa de retiros voluntarios que, sumado al congelamiento de los salarios, hizo que más de 100 trabajadores (de un total de 720) renunciaran a la empresa, lo que afecta su funcionamiento. ARSAT tiene grupos operativos en todo el país ya que la REFEFO tiene 35.000 kilómetros de extensión, de La Quiaca a Ushuaia, lo que incluye al único cable submarino de fibra óptica que conecta Tierra del Fuego con el continente.

"Muchos se van porque no hay expectativas de proyectos interesantes. Teníamos el proyecto para hacer cuatro nuevos data center, había créditos del Banco Mundial aprobados después de dos años y medio de trabajo. Esa plata nunca nos la entregaron, lo congelaron completamente. En al área de satélites pasó algo similar, con créditos asignados que no se entregan entonces no podemos reservar el lanzador satelital. El satélite SG1, que tiene que reemplazar al ARSAT-1, quedó al 50% de desarrollo y en cuanto a la REFEFO pasó lo mismo, tenemos créditos internacionales asignados para extender la red y no se están ejecutando, lo que hace que se resienta la infraestructura y haya que canibalizar elementos de un equipo para tener otro funcionando", explicó Mc Govern.

Con respecto a la TDA, el Gobierno todavía no definió si su gestión va a pasar a Medios Públicos. "El servicio lo tenemos que seguir dando, el costo lo sigue pagando ARSAT y el Estado no está pagando ninguno de los servicios que usa desde el cambio de gobierno, nos debe más de 100 millones de dólares. El GDE (sistema de Gestión de Documentación Electrónica) está alojado en ARSAT, ahí está toda la información de Estado y no están pagando ese espacio. Es parte del vaciamiento, estamos dando el servicio pero si no se paga no se puede mantener la calidad. Una empresa privada hubiera cortado el servicio pero la empresa no está tomando esa decisión política aunque legalmente corresponda. El Ministerio de Economía no habilita ningún fondo para ARSAT, tenemos dólares asignados por créditos pero no nos dejan usarlos. Sirven para engrosar las reservas pero no para aumentar la producción. De la misma forma, nos están reteniendo las ganancias del ARSAT-2 también", explicó Mc Govern.
ARSAT es la empresa estatal que opera los satélites de telecomunicaciones nacionales (ARSAT 1 y 2), la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO), las transmisoras de televisión digital abierta (TDA) y un data center de gran capacidad que gestiona la información que maneja el Estado y también da servicios a privados.

ARSAT es una sociedad anónima en la que el 51 % de sus acciones deben pertenecer al Estado. Por el otro 49% se pueden emitir acciones para que sean compradas por privados pero no más del 30% pueden ser compradas por extranjeros, ya que está protegida por la Ley de Industrias Culturales. El Gobierno anunció que se derogaría esta ley para poder entregar la empresa de telecomunicaciones del Estado a capitales extranjeros.

Trabajadores de la empresa están teniendo reuniones con senadores y diputados nacionales para poder proteger a la empresa mediante una ley. "Tuvimos reuniones con diferentes legisladores para que nos dieran su colaboración para proteger a ARSAT pero por el momento solo encontramos proyectos de declaración, nada concreto. No hay una oposición firme que pueda poner un límite a la destrucción de las instituciones. Íbamos a hablar con Rodrigo De Loredo (UCR, ex presidente de ARSAT en la gestión de Macri) pero después dijo que había que privatizar la empresa", dijo Mc Govern.

"Yo entré para trabajar en el data center en 2010, cuando acá (por la sede central en Berazategui= había un barrial. A los nueve meses estaba terminada la obra y a los 24 meses ya estaban los servidores funcionando y dando servicios a América Latina. Es un gran valor el que damos, es rentable, da servicio a la comunidad y está a nivel internacional, con certificaciones, las cosas se hacen con compromiso, con pasión y por eso estamos acá. Tenemos más de 1200 localidades conectadas gracias a la REFEFO y durante la pandemia muchos lugares no hubieran tenido banda ancha si no hubiese sido por ARSAT. Las pymes del país que brindan Internet piden que continúe ARSAT porque si no pasan a ser rehenes de las empresas de telecomunicaciones como pasaba antes", agregó el especialista.

ARSAT también es dueña de frecuencias de telecomunicaciones que se reservaron cuando se pensó en que la empresa podía ser prestataria de comunicaciones por celulares. En 2013, se había pensado en crear una compañía estatal que compitiera con Claro, Personal y Movistar pero el proyecto nunca avanzó. Esta semana, el Gobierno anunció que le sacaría el espectro que ARSAT tiene reservado. "No queda claro cómo van a sacarnos los megas que teníamos reservados. Teníamos el proyecto de usar ese ancho de banda para poder hacer enlaces inalámbricos entre puntos de fibra óptica, para atravesar accidentes geográficos como quebradas o valles en enlaces cortos. Si ahora nos lo sacan vamos a tener que alquilarle la frecuencia a alguien. También se podía usar para que los satélites den telefonía, que es un gran conflicto que estalló en Brasil. Esto limita los negocios posibles de ARSAT y es una quita de capital" dijo Mc Govern.

Arsat y las frecuencias vacantes de 5G, Podrían pasar a manos de Starlink de Elon Musk
En tanto, el portal tynmagazine.com publica: El Gobierno tomó también esta semana una decisión vinculada al negocio de las telecomunicaciones: poner a disposición los 100 megahertz (MHz) de espectro que el Estado le había reservado a la empresa Arsat para comunicaciones móviles y que no se están utilizando, además de los 50 megahertz que pertenecían al Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom), que serán destinados al servicio de telefonía 5G. Sin embargo, según explica desde el Gobierno, el procedimiento de licitación "todavía no está definido".

"Tenemos habilitados el ingreso de capitales privados en ARSAT hasta el 49%. Tiene cuatro unidades de negocio: la fibra, el espectro, el data center y el satélite", dijo el titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, Diego Chaher, una figura clave en las pretenciones privatizadoras del gobierno de La Libertad Avanza. "Mientras más competencia, más vas a facilitar que haya jugadores, servicios, tarifas", añadió.

Desde el comienzo de su gestión, el Presidente busca centralizar el control sobre las relaciones con las empresas del sector de telecomunicaciones y dirigir el proceso de licitación del 5G, un terreno en el que ya pisan fuerte Claro, Telecom y Telefónica. Para ello, fue fundamental una maniobra: la intervención del Enacom, encabezado desde enero por Juan Martín Ozores. Un mes más tarde, a través de un decreto, el oficialismo autorizó a empresas como Starlink, del magnate estadounidense Elon Musk, a prestar servicio de internet vía satélite en el país.
Fuentes: Agencia TSS, Universidad Nacional de San Martín, tynmagazine.com

Las redes sociales han reemplazado el debate por la creencia

Por: Paulo César López paulo.lopez@nacionmedia.com
El próximo jueves 31 de octubre, a las 19:00, en el hotel Sheraton de Asunción, el periodista y asesor comunicacional Augusto dos Santos presentará su último libro, titulado "Hay un mito en la nevera. Asesoría de comunicación política en medio de la diversidad". En este diálogo con La Nación Media, Dos Santos comparte algunos de los conceptos fundamentales desarrollados en el material, enfatizando el rol esencial de la comunicación en las políticas públicas y no como simple elemento accesorio de difusión o propaganda.

En tu labor periodística he notado una preocupación recurrente sobre la aplicación de la inteligencia artificial al trabajo creativo, pero en esta ocasión has elegido una portada generada por esta tecnología. ¿A qué se debe esta aparente paradoja?
Sí, y aunque lo fuera sería muy rico porque el mundo está poblado de contradicciones. A lo que yo me refiero es a reivindicar que los procesos sean culturales y no sean impositivos. En el caso de la inteligencia artificial hay cierto temor. En la década del 90, cuando había un proceso de resistencia a las políticas neoliberales, se instaló algo con el nombre de síndrome NHA, que era el síndrome de no hay alternativas. Nada está bien cuando se plantea que no hay alternativas. Lo importante es cuando los procesos tienen una validación y una apropiación que pasa por la incorporación cultural. Y en ese sentido me parece que es una herramienta extraordinaria para generar mayor proximidad de las personas a recursos que terminarán ayudándoles en su tarea, no solamente de periodistas, no solamente de gráficos, porque hay también un concepto como que inteligencia artificial es el dibujito o el videíto y en realidad es mucho más que eso. Yo creo que es una prueba más a la cultura civilizatoria que habrá que asumirla, que habrá de absorberla y habrá de hacer que ella sea parte de sus herramientas.

Empezando por el mismo título, un tópico al que te remitís con frecuencia es al concepto del mito, pero no entendido como algo ficticio o quimérico, ¿no?
El concepto de mito que se plantea en la comunicación política es de alguna manera una forma de expresar aquello que comúnmente también se puede llamar legado de gobierno. Creo que hay un grado de incitación en la expresión de mito porque primero mito tiene la posibilidad de ser asumido de forma peyorativa también. Pero en este caso estamos hablando de aquel proceso comunicacional y político que acompaña una tarea de gobierno y cuyo objetivo final va a ser que las comunidades que existan en ese momento y las que vengan posteriormente comprendan cuál ha sido la impronta de ese gobierno, comprendan cuál ha sido el legado de ese gobierno. Y el mito no es una campaña publicitaria. El mito tiene mayor fuerza en la medida en que tales consignas se encarnan y se internalizan en los ciudadanos.
La apropiación del mito
¿Cuál sería un ejemplo emblemático que podrías citar de mito en la política?
Pongo como ejemplo siempre el consenso que hasta hoy se recuerda durante el gobierno del expresidente Fernando Lugo y el mito de la salud para todos. Probablemente en tal gobierno no se construyó la mayor cantidad de hospitales en este siglo, probablemente en tal gobierno no se hizo la mayor cantidad de inversión en materia de salud, pero sí se instala un mito de proximidad de la salud, que es un elemento suficiente para generar un mito. ¿Por qué? Porque en la construcción de un mito hay varios factores que convergen. Factores objetivos como que lo que prometés termines haciendo. El factor emotivo, que la gente vea como un síntoma de proximidad por parte de las administraciones, de los gobiernos, y todo eso construye. Y el tercer aspecto es en qué medida los ciudadanos se apropian de tal mito. ¿Y para qué sirve? Pues sirve no solamente para la recordación de determinado gobierno, sino para una mejor comunicación entre los gobiernos en curso y los ciudadanos. Actualmente hay un grave drama de comunicación entre los gobiernos y los ciudadanos a consecuencia de factores nuevos como el maremágnum de mensajes vía redes sociales.

¿Te preocupa la incidencia que tienen las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial respecto a la manera de hacer comunicación política?
Sí, me preocupa cuando se relacionan con otro factor que son las redes sociales. ¿Qué ha pasado con las redes sociales? El mundo crítico ha basado su criticidad en un elemento que es el debate. Y eso nos honró por décadas y por siglos el ser una comunidad de debatientes con relación a diferentes aspectos de su realidad. ¿Qué han hecho las redes sociales?, y en esto han tenido muchísima preponderancia las nuevas fórmulas políticas como las libertarias y compañía. Han reemplazado el debate por la creencia. Y reemplazar el debate por la creencia hace que las consignas que se planteen desde redes sociales y afines sean muy difíciles de rebatir porque ya no es una cuestión de razón, es una cuestión de fe. Y al ser una cuestión de fe, estamos a medio metro de que sea un dogma. Yo creo que en la medida que pasa el tiempo va a seguir viéndose con mayor nitidez la diferencia que habrá entre las propuestas, incluso políticas, basadas en la razón y las propuestas políticas basa­das en la creencia. A su vez, eso va a generar otro problema. Es mucho más fácil que los elec­tores crean en un dogma que crean en una razón. O sea, el panorama es bastante desa­fiante. No digo ni incierto ni desalentador, sencillamente desafiante.

Promesa y realidad
Otro eje importante que desarrollás en el libro es la diferenciación entre la comunicación de campaña y la comunicación de gestión.
Es un error permanente que ocasiona siempre muchas turbulencias en el primer año de los gobiernos, hasta que advierten y cambian el chip. Resulta que la comunicación de campaña, al ser una comu­nicación victoriosa, al provo­carte la victoria en las eleccio­nes, lo que hace es generar un gran entusiasmo en la nueva burocracia, en los ganado­res. Entonces, no es muy fácil para ellos desprenderse de una comunicación que les provocó tantas satisfacciones. Y se que­dan muchas veces varados por un buen tiempo hasta que asu­men que hay una falla en esa comunicación y que deben cambiarla por la comunica­ción de gestión. Durante una campaña presidencial, lo que preside el discurso es la pro­mesa. Durante la gestión de gobierno, lo que preside el dis­curso tendría que ser la reali­dad, el hecho. ¿Qué es lo que pasa cuando la comunicación de campaña desborda en la etapa de gestión? Los propios ciudadanos dicen a los gobier­nos "no queremos escuchar más el discurso de campaña". Es más, les dicen "no quere­mos más críticas al candidato opo­sitor". Y ya empiezan a demandar que los gobiernos en curso cumplan sus promesas. Enton­ces, la diferencia es tan grande como la promesa y la realidad.
¿Te parece que ha cambiado la agenda de exigibi­lidad de la ciudadanía?, ¿en qué ámbito está más pre­sente y más ausente la socie­dad a la hora de presentar demandas a los gobiernos?
Sí y no. Te diría que hay mayor masividad, mayor alcance, mayor potencia, mayor forta­leza, mayor instantaneidad en tales demandas, pero proba­blemente no es la misma cali­dad que hace diez años. ¿Por qué? Porque la línea de base de las demandas estaba mucho más debatida por la sociedad civil y por el actor político hace diez años que ahora. Enton­ces, el sitio donde se encuen­tra el debate suele ser el Con­greso y ese ya es un debate que encuentra a sectores polari­zados. Entonces, probable­mente va a acabar en el impe­rio de las mayorías. Hace 15 o 20 años había un hábito de debate. De hecho, hubo en algún momento un pacto de gobernabilidad. Tuvo sus debilidades, por ejemplo, en gran medida el clientelismo. El potenciamiento del clien­telismo vino de la fundación masiva de nuevas institucio­nes. Pero al margen de eso, el pacto de gobernabilidad dejó una lección muy potente, que es que los paraguayos poda­mos sentarnos a dialogar. Y eso es una ausencia. De hecho, en el libro hay un reclamo al respecto de la necesidad de fundar un estado de consenso que nos falta a todas luces.

¿Podrías ahondar en esa oposición que hacés entre lo clientelar y lo público?
Ese es un trabajo que no es fácil de instalar, que es bastante contracultural y que es explicarle a los ciudadanos que son sujetos de derecho de las polí­ticas públicas. ¿Por qué? Porque una parte importante del entramado clientelar tiene que ver con que lo que se aporte a una comunidad sea un ofrecimiento de la autoridad y no el ciclo natural de cómo tienen que funcionar las políticas públicas. Pero eso tiene que ver con procesos culturales, no va a solucionarlo la comunicación de gobierno, sino probablemente una nueva escuela, y me refiero a todo el proceso educativo, que trabaje el tema de la civilidad y las cuestiones que nos hacen falta. Yo creo que con un simple cambio de caracterización con relación a que los ciudadanos son sujetos de dere­cho y no beneficiarios podría cambiar bastante el concepto.

Visisbilidad Vs. Notoriedad
Otro de los núcleos en los que discurre el libro es el énfasis puesto en la impor­tancia de distinguir entre la visibilidad y la notoriedad.
Ese es un asunto que a mí me preocupa mucho porque en la medida en que pasa el tiempo se va consolidando como teoría que lo importante es que el líder esté presente en los medios de comunicación, esté visible en los medios y en las redes. Y en la medida en que ocurre se hacen esfuerzos, desesperados a veces, por lograr visibilidad. Yo aborrezco, por ejemplo, imágenes tales como personas en situación delicada, tales como inundados, y la imagen del político entregando una bolsa de víveres, que no tiene por qué ser un hecho fotográfico. Es cualquier cosa por la visibilidad.

¿Cómo opera una en detri­mento de la otra?
La visibilidad banaliza algo esencial como es la notoriedad, que es la competencia por ser reconocido a consecuencia de los méritos. La visibiliza­ción como una exacerbación tiene de nuevo su alianza en las redes sociales. Las redes le otorgan una presencia impre­sionante y les es grato ver al final del día que hubo tantos miles de me gusta, pero finalmente eso no significa nada porque con la misma oleada que mete una serie de imáge­nes, una serie de produccio­nes de sentido, perderá vigen­cia cuando entre otra oleada. Es de reemplazo permanente. Sin embargo, eso no pasa con la notoriedad. Ahora hay cada vez menos esfuerzos por trabajar la notoriedad de los líderes porque eso lleva más tiempo.

¿Te gustaría hacer una reflexión final sobre algún punto del libro que no hayamos abordado en esta charla?
Sí. Me gustaría mucho que se siga debatiendo a nivel de los gobiernos, del presente y de los que van a venir, la nece­sidad de asumir la comunica­ción de gobierno como política pública. Esa es una materia pendiente que tiene décadas. La comunicación no puede seguir siendo una cuestión ins­trumental en tanto puede ser una política pública, la comunicación no tiene que ser una herramienta en tanto tiene que ser una línea de acción, la comunicación no puede seguir estando en el último lugar en el eslabón de la planificación de los proyectos en tanto tiene que estar en la misma planificación y los comunicadores no pueden seguir enterándose de los grandes planes un día antes porque un burócrata le dijo "chicos, necesitamos mucho ruido para esto". Lo importante es que se asuma que la comunicación tiene que estar presente como alma de los procesos, porque se tiene que asumir finalmente que la comunicación produce sentidos y al producir sentidos construye culturas. Eso es lo que se tendría que estar buscando de ella y no simplemente la gacetilla de prensa.
Fotos: Eduardo Velázquez
Fuente: Nación Media

domingo, 27 de octubre de 2024

Josefina Licitra: El oficio de cronista está en crisis

Por: María Angélica Troncoso
La periodista, escritora y guionista Josefina Licitra, un referente de la crónica literaria en América Latina, dijo en una entrevista con EFE que la crisis que vive el oficio del cronista está obligando a los profesionales a migrar al mundo audiovisual para subsistir.

La escritora estuvo en Río de Janeiro para el lanzamiento en portugués de '38 estrellas: la mayor fuga de mujeres de la historia', elegido como uno de los mejores libros de 2018 por The New York Times en Español.

Cronista desde su juventud
Cronista de raíz desde su juventud, cuando ignoraba que su trabajo pertenecía a ese género literario, Licitra aseguró que su carrera tuvo un antes y un después luego de ganar, en 2004, cuando tenía 28 años, el premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI, hoy Fundación Gabo), por su crónica 'Pollita en Fuga', publicada en la revista Rolling Stones.

"A partir de ahí pude dedicarme a escribir crónicas, que es lo que a mí me gustó hacer siempre y a dar talleres y a vivir de eso", explicó.

Con tres libros más de no ficción -'El agua mala', 'Los otros' y 'Los imprudentes'- y un vasto número de crónicas publicadas en antologías y renombrados diarios y revistas del mundo, la situación de Licitra está lejos de reflejar la realidad de hombres y mujeres que se dedican al oficio.
Fotografía del 18 de octubre de 2024 de la periodista, escritora y guionista argentina Josefina Licitra, posando durante una entrevista con EFE en Rio de Janeiro (Brasil)

Según la escritora hay "un montón" de talentos que están trabajando en un oficio que hoy en día está "totalmente en crisis".

"Y cuando digo crisis -enfatiza- me refiero puntualmente a que se trabaja mucho y no se llega a fin de mes con lo que se gana".

Licitra critica el doble discurso que fomenta la producción de periodismo en profundidad, "hecho con tiempo, con responsabilidad, pero para el que después no hay una remuneración acorde".

"De hecho, muchos estamos migrando al mundo audiovisual", indicó.

Entre el intimismo y los guiones
Sin dejar de lado la escritura narrativa, Licitra dedica actualmente la mayor parte de su tiempo al mundo audiovisual, una labor en la que se inició desde ceros poco después de publicar "38 estrellas", luego de que los derechos fueran adquiridos para una serie, con ella como guionista.

La historia, que narra cómo escaparon de una cárcel en Uruguay un grupo de presas políticas, entre las cuales Lucía Topolansky, la compañera del expresidente José 'Pepe' Mujica, dejó atrás el sueño de convertirse en serie y, según la escritora, ahora mira hacia la pantalla gigante en un proyecto al que todavía le falta tiempo para ser realidad.

A partir de entonces comenzó a sumergirse en el mundo de los guiones en una labor en la que, dijo, perdura el trabajo sobre la realidad "pero con otros recursos y con una mirada mucho más visual".

Nuevos proyectos para Josefina Licitra
Actualmente, coescribe junto a su coterráneo Armando Bo -ganador del Óscar al mejor guión original por 'Birdman'- la adaptación cinematográfica de 'Las Malas', la novela de la también escritora argentina Camila Sosa Villada.

Licitra también encabeza el equipo de guionistas de 'Cromañón', serie de Amazon Prime que se estrena el próximo 8 de noviembre, inspirada en la tragedia ocurrida en el famoso club de Buenos Aires en 2004, cuando un incendio apagó la vida de 194 jóvenes que asistían a un concierto.

En cuanto a la escritura, Licitra está sumergida en un libro en el que lleva trabajando unos cuatro años y que se espera salga a la luz en 2025.

Se trata de un proyecto "más personal" e "intimista", que cuenta la relación que tuvo con su padre, un exiliado político de la dictadura.
Fotos: Antonio Lacerda, Agencia EFE
Fuente: Agencia EFE

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