La respuesta al bloqueo político y el respeto a los lectores
Por: Ricardo Kirschbaum: Editor General de Clarín
La tradicional revista Viva que acompaña la edición dominical de Clarín tiene hoy dos versiones. La de siempre, en papel estucado y formato de revista, hecha en los talleres de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR), y otra hecha en papel prensa mejorado, con otro formato más grande, impresa en nuestra planta de la calle Zepita.
La explicación de esta duplicidad de versiones, que tienen el mismo contenido editorial, es necesaria para nuestros lectores.
Desde la semana pasada, un grupo pequeño de sindicalistas y numerosos militantes políticos cercanos al Gobierno bloquean las entradas de AGR, una empresa gráfica del Grupo Clarín en la que no sólo se imprime Viva sino muchas otras revistas, como Rumbos que distribuyen 19 diarios del interior, fascículos, guías telefónicas, folletos comerciales, libros y otros productos.
El bloqueo a AGR, que quiere presentarse como una mera cuestión gremial que podría haberse superado si no hubiesen primado otros intereses hasta personales, tiene un carácter indudablemente político y se explica en la nunca abandonada ofensiva del Gobierno sobre el Grupo Clarín para tratar de seguir minando nuestra determinación de ejercer derechos constitucionales de publicar libremente informaciones, les gusten o no a las autoridades, y expresar ideas.
Pocos días antes, una asamblea del gremio de camioneros frente a las plantas impresoras de este periódico y de La Nación atrasó mucho la distribución de ambos diarios, metodología que ya habían aplicado otras veces. El objetivo de los asambleístas entonces –como lo es también ahora, además de la intención manifiesta de afectar de cualquier forma a Clarín– fue presionar para que no se publicaran más informaciones s obre la cada vez más comprometida situación de Hugo Moyano en la investigación judicial de las casos vinculados con la mafia de los medicamentos y los troqueles falsos.
Ese es, como está claro, también el motivo subyacente del bloqueo a la planta de AGR, cuyo personal ha seguido trabajando normalmente y no ha participado ni ha adherido a la protesta. Por eso, la impresión de la revista Viva, como de otros productos de distribución semanal, había sido completada normalmente y una parte alcanzó a ser distribuida antes de que militantes oficialistas y otros cercanos a Moyano bloquearan completamente los accesos.
Ninguno de los reclamos legales de AGR ha sido atendido por las autoridades, mostrando una sospechosa pasividad que certifica, otra vez, el padrinazgo político de esta nueva ilegalidad.
La impresión de Viva en otro formato y otro papel es, a la vez, una muestra de compromiso inalterable con nuestros lectores, que mantienen con Clarín una relación emocionante y una respuesta práctica a este atropello. También, una prueba de la voluntad inalterable de mantener nuestras publicaciones en la calle a pesar de los obstáculos que diariamente se nos ponen para dañarnos.
Ver anteriores: Preocupa a AdEPA el bloqueo a una planta impresora del Grupo Clarín y Denuncian aprietes a delegados de Artes Gráficas Rioplatenses (Clarín)