martes, 29 de julio de 2025

La libertad de expresión bajo ataque en la Argentina de Milei

El ataque a periodistas y el deterioro a la libertad de expresión en la Argentina. Las denuncias y advertencias sobre el tema de organismos nacionales y internacionales. La asimetría entre gobernantes y gobernados. La responsabilidad colectiva de salvaguardar el debate público
Por Diego de Charras* y Larisa Kejval**

El pasado 22 de julio en ocasión de lo que se denominó Derecha Fest, un evento del partido de gobierno, se impidió la cobertura informativa por parte de la periodista de este medio Melisa Molina y se la amedrentó. Hace poco tiempo, se calumnió para intimidarla a través de un video de contenido sexual generado con inteligencia artificial a otra periodista, Julia Mengolini. Unos días después el mismo presidente iniciaba causas judiciales contra la propia Mengolini, Jorge Rial, Fabián Doman, Mauro Federico y Nicolás Lantos vinculadas a sus análisis y opiniones. Dos meses antes lo había hecho contra Ari Lijalad, Carlos Pagni y Viviana Canosa. El año pasado su ministro de justicia, Mariano Cúneo Libarona, inició la saga contra Darío Villarruel y Nancy Pazos. Todo bajo la consigna “No odiamos los suficiente a los periodistas”. Esa diatriba sirvió de marco para que fuerzas de seguridad dispararan y pusieran en riesgo la vida del reportero gráfico Pablo Grillo o un grupo de partidarios del gobierno golpearan en un lugar público al periodista Roberto Navarro.

Hace medio año publicábamos el "Informe sobre libertad de expresión en Argentina 2024" elaborado conjuntamente por la Carrera de Comunicación de la UBA, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires. Allí se resumía: "Censura, hostigamiento, precarización y despidos a periodistas; violencia y criminalización contra personas que toman la voz pública; retracción de políticas de comunicación y desmantelamiento de medios y organismos públicos; obstáculos en el acceso a la información pública; asignación discrecional de fondos publicitarios; ciberacoso y vigilancia digital, son algunos de los grandes ejes a partir de los cuales es posible agrupar y dar cuenta de los hechos ocurridos desde la llegada de Javier Milei a la presidencia en materia de libertad de expresión".

En un sentido similar, en mayo de este año se divulgó el Informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la OEA que registró "un deterioro acelerado del ambiente para el ejercicio de la libertad de expresión en Argentina, caracterizado por la baja tolerancia del Poder Ejecutivo hacia las críticas y los procesos deliberativos (…) la Relatoría observó declaraciones oficiales que buscaban desincentivar la libertad de expresión y exaltar la represión policial".

En una línea similar, se manifestó la organización internacional Reporteros sin Fronteras en su Informe 2025: "Las injurias, la difamación y las amenazas por parte de la administración de Javier Milei hacia los periodistas y los medios críticos son una constante desde su llegada al poder". Del mismo modo, lo hicieron nueve relatores especiales de Naciones Unidas en una carta remitida al gobierno argentino donde expresaron su seria preocupación ante "el deterioro grave de las libertades fundamentales y del espacio cívico en la República Argentina desde diciembre del 2023".

En el plano nacional, el reciente monitoreo sobre manifestaciones públicas de la Comisión Provincial de la Memoria señala que "el incremento exponencial de los hechos de represión que ocurrieron en 5 de cada 10 movilizaciones en el primer semestre de 2025, contra 3 de cada 10 movilizaciones durante 2024, da cuenta de la decisión del Gobierno nacional de profundizar el camino represivo por sobre el diálogo y la construcción democrática".

En síntesis, la gravedad del deterioro del debate público en nuestro país es advertida por instancias nacionales e internacionales. Para los simpatizantes de Milei, sin embargo, se trata de que “habla como habla la gente”. En este tipo de afirmaciones se evidencia la negación cínica de la responsabilidad de la investidura presidencial y de la posesión del monopolio de la fuerza. En otras palabras, se expresa la negación de la asimetría entre gobernantes y gobernados.

Una preocupación central de las constituciones modernas ha sido limitar los poderes con contrapesos y fórmulas de equilibrio y, sobre todo, propulsar la participación y el debate social. La expresión de la diferencia y la crítica respecto de los gobiernos, así como el debate público sostenido en datos y argumentos, se constituyen en condiciones para la toma de decisiones de la ciudadanía y para la vida democrática en su conjunto.

Por el contrario, asistimos a una práctica sistemática de ataque dirigido específicamente a una de las instituciones que ha configurado su rol social en torno la producción de información, la argumentación y la prosecución de verdad como trabajo de cara a la sociedad: el periodismo. ¿Hasta cuándo? La responsabilidad por la salvaguarda de la información precisa en pos del debate público no es sólo del gobierno de turno, sino de todo el sistema político argentino que viene mirando hacia otro lado. En su defecto, sólo nos quedará el regodeo de tribus aisladas en burbujas algorítmicas de creencias. Quizás, ese sea el proyecto político ideológico de este tiempo.
* Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales UBA
** Directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación UBA

Fuente: La Ventana, PáginaI12

Juan Carlos Tizziani 1953 - 2025

Juan Carlos Tizziani, periodista santafesino con casi cuarenta años de trayectoria, falleció el lunes 28 de julio a los 72 años. Su nombre se convirtió en sinónimo de periodismo comprometido, riguroso y éticamente inclaudicable en la provincia de Santa Fe. A lo largo de su carrera, se consolidó como una figura clave en la cobertura política y judicial, especialmente en temas vinculados a derechos humanos, justicia, salud pública y educación.

Norteño, nacido en 1953 en Vera, Santa Fe, publicó su primera nota en la revista Ecos, dirigida por Agustín Luis Rossi, maestro y fundador del Colegio Nacional de Vera. Desde entonces, forjó un estilo propio: crítico, documental, meticuloso y profundamente independiente. Su cobertura constante de temas sensibles y estructurales lo distinguió dentro de un oficio que, para él, implicaba tanto una vocación como una forma de intervención política y moral.

En el ámbito radial, trabajó en LT9 Radio Brigadier López y LT10 Radio Universidad del Litoral, donde fue gerente de noticias y columnista político en programas como Puntos de Vista (1984), Hora de Retorno (1989) y Café y Bar (1990). También dirigió Radio Nacional Santa Fe durante los primeros años de la democracia, contribuyendo a consolidar medios públicos comprometidos con la pluralidad informativa.

En prensa escrita, fue secretario de redacción de los diarios El Matutino y El Litoral de Santa Fe, y corresponsal de Los Mejores (LT8) y del diario Castellanos de Rafaela. A partir de 1998, se incorporó como corresponsal del diario RosarioI12 en Santa Fe, donde trabajó hasta su jubilación en junio de 2023. Su pluma incisiva y su capacidad para conectar las pequeñas historias con los grandes procesos históricos marcaron una etapa del periodismo regional.

Durante décadas, Tizziani cubrió con precisión y compromiso los juicios por delitos de lesa humanidad en la provincia, contribuyendo a sostener la memoria y el reclamo de justicia. Una de sus investigaciones más recordadas ayudó a esclarecer el caso de María Carolina Guallane, quien gracias al trabajo periodístico recuperó su identidad como Paula Cortassa, hija de desaparecidos durante la dictadura.

Rechazó homenajes oficiales tras su retiro, como gesto de coherencia con su crítica a la falta de apoyo institucional hacia el periodismo independiente. Su legado trasciende lo informativo: es también ético y pedagógico. Juan Carlos Tizziani deja una marca profunda en el periodismo y en todos aquellos que lo leyeron, lo escucharon o trabajaron a su lado.

Un faro para tantos lectores
Periodista de raza, íntegro y vehemente, fue fundamental desde los medios de comunicación de Santa Fe para las investigaciones en derechos humanos, entre muchos temas que abordó.
Por: Sonia Tessa

Cuando me desperté, encontré el mensaje de Nélida Carbognani, su compañera: "Anoche falleció Juan". Y con esas tres palabras, entró la tristeza.

Juan Carlos Tizziani fue corresponsal de RosarioI12 en Santa Fe durante 25 años.

Se jubiló en junio de 2023; su salud estaba en riesgo: cada nota era, para él, una cuestión de vida o muerte.

No fue fácil para el periodista que dirigió Radio Nacional Santa Fe durante la recuperación democrática ser testigo de la degradación de la democracia que ayudó a construir.

Fue periodista político y se especializó en incomodar al poder.

Nació en 1953 en Vera, y jamás olvidó sus orígenes. Más de cuarenta años después, recordaba que su primera nota fue publicada en la revista Ecos, que dirigía el maestro y fundador del Colegio Nacional de Vera, Agustín Luis Rossi.

De nuestras comunicaciones cotidianas durante años, podría contar muchísimas cosas. Era un maestro de la argumentación.

Cuando escracharon en Laguna Paiva a Agustín Rossi —el hijo del maestro de Vera—, Juan lo tomó como una afrenta personal. Porque los dueños del país se atrevían a hacerle a un representante democrático lo mismo que repudiaban y perseguían si se trataba de reclamos de trabajadores.

Pero también porque no podía tolerar esa violencia. Un día me contó: "Mi hija se llama Raquel por la mamá de Agustín, que era maestra de la escuela de Vera". Lo personal, para él, era político.

La defensa de la escuela pública, de la salud pública, de las políticas de derechos humanos eran una cuestión personal. Le llevaron la vida.

Entre tantas otras, fue inolvidable su tapa: ¿Y si Carolina es Paula?*, el resultado de una investigación de meses. Fue su intuición y tenacidad periodística la que ayudó a develar que María Carolina Guallane era Paula Cortassa, hija de desaparecidos.

"María Carolina Guallane enfrentó ayer las cámaras y los flashes con la templanza que demostró estos días. A su lado estaban sus padres adoptivos, Jorge y María, pero le puso palabras a su historia. ‘Mi verdadero nombre es Paula Cortassa’, dijo al final del día que le cambió la vida. Rodeada de periodistas, mencionó a sus dos padres de sangre: Enrique Cortassa y Blanca Zapata, militantes políticos que cayeron en la masacre del '77. Contó su reencuentro con la abuela paterna, Delfina Cortassa, después de 22 años, y prometió visitar antes del fin de semana a la otra abuela, la materna, Isabel Zapata, para que ‘no se ponga celosa’. Con el corazón a los saltitos, Carolina dejó claro que su camino por conocer la verdad recién empieza: ahora quiere saber si tiene un hermano o una hermana".

Así escribía Juan.

Abordó todos los temas vinculados con los derechos humanos en la ciudad de Santa Fe, y en toda la provincia. Siguió los juicios por delitos de lesa humanidad, estudió expedientes con toda solvencia, honró el periodismo.

Cuando tomaba un tema, no lo soltaba.

Y escribió muchas notas buscando justicia. Era un justiciero.

Dice su descripción en PáginaI12: "Trabajó en LT9 Radio Brigadier López y en LT10 Radio Universidad del Litoral, donde fue gerente de noticias y columnista político en programas recordados: Puntos de vista (1984), Hora de retorno (1989) y Café y bar (1990). Dirigió Radio Nacional Santa Fe. Exsecretario de redacción de los diarios El Matutino y El Litoral. Excorresponsal de Los mejores (LT8) y del diario Castellanos de Rafaela".

Lo que no dice es que su integridad era proverbial.

Después de su jubilación, Carlos Del Frade quiso hacerle un homenaje en la Legislatura provincial. Lo rechazó sin atenuantes: no quería tener nada que ver con el estado actual de la política.

Era terco y cabrón, también. Desde su jubilación, ya nadie discute con su vehemencia el enfoque de una información, el seguimiento de un tema, la estricta evaluación de los efectos políticos de cada cobertura.

Trabajó hasta los 70 años. Hablé una sola vez con él después de que se jubiló. Me contó que estaba disfrutando de su patio, de los árboles, del tiempo libre.

Le repetí mi admiración y cariño.

Sé que no soy la única: fue el maestro de periodistas de la ciudad de Santa Fe, el confiable receptor de las noticias de cientos de fuentes y, lo que es más importante, el faro de muchos lectores.

Gracias por tanto, Juan.

Desde Santa Fe
Por: Horacio Vargas
"Mirá que yo no uso el off the record",  fue lo primero que me aclaró en un tono exageradamente dramático cuando le propuse trabajar como corresponsal de Rosario/12 desde Santa Fe. Habíamos hablado de que le gustaba el proyecto del suplemento local. Y lo que me generó esa charla, sus textos, era que estaba frente a un animal de la prensa escrita. Era de una honestidad intelectual inigualable, era un redactor como pocos.

Cuando publiqué la biografía de Carlos Reutemann lo primero que hice fue llamarlo para pedirle colaboración, aportó archivos sin dejar de criticar al biografiado, y luego le pedí que presentara el libro en una librería de Santa Fe, su ciudad. Una sobrina mía me envía ahora la foto de ese encuentro. Yo con barba negra tupida lo escucho atentamente; él siempre igual, serio, duro, riguroso…

Era fanático de River, del River que ganaba todo hace muchos años. Un día le conté por teléfono –porque en la historia del periodismo gráfico el jefe de Redacción hablaba diariamente a través de un aparato grande y negro con el corresponsal de Santa Fe para pautar notas- que mi hijo de 10 años me amenazaba con hacerse hincha de un equipo que ganara torneos. "Pasame tu dirección postal", me dijo. A los dos días llegó el regalo: la camiseta de River para el pibe.

Cuando se produjo la gran inundación de la ciudad de Santa Fe me llamó por teléfono con la voz triste. Me rogó que lo relevara de cubrir los hechos. "No puedo, Horacio, no puedo escribir…", se sinceró. Y durante días no supe nada de él. Después me enteré de que se había refugiado en su casita de las afueras de la ciudad capital para soportar la tristeza.

Tengo en mi oficina de la redacción una reproducción de una tapa de Rosario/12 con un título central que recuerdo haber hecho: "¿Y si Carolina es Paula?". "Las fotos que publicó Rosario/12 en su tapa con aquella pregunta, tuvieron su respuesta: María Carolina es Paula", escribió Juan Carlos Tizziani en alusión a un caso que, gracias a su capacidad para investigar por la verdad histórica, permitió identificar a María Carolina Guallane como Paula Cortassa, hija de desaparecidos. 

Chau Juan Carlos, espero tu llamado desde Santa Fe.

Juan Carlos
Por: Agustín Rossi
Juan Carlos Tizziani nació en Vera. Tenía 2 hermanos, Mario y Patricia, ésta ultima periodista igual que él.

Vivían a media cuadra de la plaza, cerca de la única bicicletería del pueblo.

Hizo su escuela secundaria en el viejo Colegio Nacional Mixto (así se llamaba), hoy Instituto superior Dr. Agustín Luis Rossi.

Mi padre, Agustín Luis era el Rector. Mi mamá, Raquel, era docente.

Allí en Vera y en el Colegio, se encontró con su novia de la adolescencia, Nélida Carbognani, quien se convirtió en su compañera de toda la vida:

Fue el primer Presidente del Centro de Estudiantes, llamado entonces Club Colegial, creo recordar en los años de la dictadura de Onganía

El Colegio publicaba una revista, ECOS. Juan Carlos contaba que allí escribió su primera nota.

En su paso por el Colegio, construyó (construyeron junto a Nélida) una relación entrañable con mis padres.

Recuerdo a mi padre, hablar con admiración y cariño de su alumno.

Periodista comprometido, con conciencia crítica, defensor e causas nobles, militante por los DDHH. honesto e insobornable.

Recuerdo la indignación que tenía cuando, en el contexto del debate sobre la resolución 125, fui agredido en Laguna Paiva y Reconquista.

En ocasión de presentar el libro de mi autoría "Hombre de Palabra" tuvo la generosidad de acompañarme en la Ciudad de Santa Fe. Sus palabras entre otras fueron: "venimos del mismo pueblo, Vera, en el norte postergado". Elogió el libro, habló de Vera y del Colegio, y quizás sin saberlo, expresó el mayor elogio que, como hijo, escuché de mi padre: "Rossi era una buena persona "

Hace un rato hablé con Nélida: "Los queríamos tanto a tus padres que nuestros hijos se llaman Agustín y Raquel, en homenaje a ellos".

Gracias por tanta honestidad y valentía, por tu defensa de ideas y valores. Y gracias por tanto afecto que vos y Nélida nos regalaron.

Allá va Juan Carlos, con sus alforjas llenas de sueños, que acuñó en Vera y sembró en toda la provincia, a desparramarlos por otros lares.

Vuela alto, querido amigo.

Despedida
El Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe expresa su pesar por el fallecimiento de Juan Carlos Tizziani. Periodista de una trayectoria admirable en medios radiales y gráficos que lo hicieron un protagonista clave de su profesión en nuestra historia reciente. 

Los temas que asumía se apartaban de lo efímero y cubrían las principales luchas por una sociedad más justa que supere los estragos genocidas de la última dictadura cívico-militar. 

Así contribuyó con la mayor solvencia profesional al sostenimiento de la memoria sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos en nuestra región y a la denuncia de sus cobardes perpetradores. 

Su ejercicio del periodismo nos hizo también conocer la nobleza e integridad de su persona. El movimiento de derechos humanos valorará siempre su ejemplar tarea contra los privilegios de la impunidad y por una democracia de real igualdad.

(*)¿Y si Carolina es Paula?
"Pero si ésta soy yo... ¿Qué me están mandando?", se preguntó Carolina Guallane cuando recibió la foto de Paula. Fue uno de los disparadores que llevaron a realizar estudios de ADN para establecer su verdadera identidad. "Los días parecen más largos", dijo. La similitud entre la imagen de la chiquita --que se publica en exclusiva en la tapa de esta edición-- con la que Carolina tenía hace 21 años, aceleraron estudios de ADN, adelantados por RosarioI12.
Por: Juan Carlos Tizziani, 28 de octubre de 1988
Cuando María Carolina Guallane recibió una foto de Paula, la nena de un año que desapareció en Santa Fe junto con su papá y su mamá embarazada, durante la masacre de 1977, creyó que era un broma de mal gusto. "Pero si ésta soy yo... ¿Qué me están mandando?", se preguntó. El parecido entre la imagen de esa chiquita --que se publica en exclusiva en la tapa de esta edición-- con la que ella tenía hace 21 años, las coincidencias en las fechas y otros datos que se mantienen en reserva, movilizaron entonces a dos familias -- una rosarina y otra entrerriana-- a realizarse los estudios de ADN, tal como lo reveló RosarioI12 el domingo último. Las muestras se tomaron el 1§ de setiembre y ahora están en manos del Banco Nacional de Datos Genéticos que funciona en el Hospital Durán de Buenos Aires, deberá verificar si la joven tiene lazos sanguíneos con esas familias que fueron diezmadas por la dictadura: entre las dos sufrieron el secuestro y asesinato de tres hombres, ignoran que pasó con la pareja que cayó en Santa Fe, alientan la esperanza de recontrar una nieta, y se preguntan dónde está el bebé que debía nacer en febrero del '77, época en que el Ejército depositó a María Carolina en la Casa Cuna.

"Todos estamos ansiosos por ver si estas abuelas son mis abuelas biológicas", dijo la joven al referirse a dos de las seis mujeres que aceptaron hacerse los ADN. Una tiene 83 años, la otra 69 años y se reencontraron hace casi dos meses en Rosario, después de no verse desde los tiempos del terror.

María Carolina ratificó ayer lo que adelantó este diario. "Estos meses que tardan los resultados del análisis son duros de pasar. Los primeros días pasan, pero ahora que estamos a punto de saber el resultado los días parecen más largos. Bueno, todos estamos ansiosos por saber el resultado de los ADN y ver si estas abuelas, una de Rosario y otra de Entre Ríos, son mis abuelas biológicas", afirmó la joven en un diálogo con el periodista Guillermo Tepper, por la emisora LT10.

--¿Ellas han tomado contacto con tu papá, con tu mamá? Tengo entendido que hay fotografías y parecidos.

--Claro, por el parecido. Cuando recibimos un llamado anónimo en mi casa, en Venado Tuerto, una mujer dejó un número de teléfono. Mi mamá en ese momento estaba en Rosario, se comunicó con esa señora y ella dio una dirección. Allí se dirigió mi mamá, acompañada por una ex militante, estos que están dispuestos a trabajar sin parar hasta que yo encuentre mi verdadera identidad. Fueron a ese lugar y se encontraron con una abuela de 83 años. Ella vive sola, su esposo murió y su único hijo está desaparecido. Fue difícil hablar de esa historia.

--Ya había cerrado la historia.

--Claro. Hasta que comenzó a mostrar fotografías.

--Hay parecidos físicos...

--En realidad la primera foto que mi mamá vio fue la de la nuera. Podríamos decir la mamá de Paula, la nenita en cuestión, no se sabe si soy yo o no. El parecido de la mamá con Paula y conmigo es...

--¿Es notable?

--Si, es notable. Y días después me mandaron una fotito de Paula que me pareció una broma de mal gusto. Cuando vi la foto dije: "si ésta soy yo, ¿que me están mandando?".

--¿Tan parecida son?

--Realmente yo lo sentí así. Por ahí, uno trata de ser frío en estas circunstancias, pero cuando vi la foto de la mamá de Paula dije: "no, no es parecida a mi". Uno quiere poner una barrera siempre...

--Claro, uno se escuda un poquito, por las dudas...

--Si, por supuesto, no me quiero ilusionar. No quiero decir, sí es parecida a mi, o yo soy parecida a ella. Pero cuando vi la fotito de la nena que no tenía ni siquiera un año de edad, cuando sus padres partieron rumbo a Santa Fe, realmente dije: "ésta soy yo". Y eso movilizó a las Abuelas de Plaza de Mayo a hacer con mayor rapidez los estudios de ADN.

--Esta historia podría coincidir con las que se investigan en Santa Fe sobre la misma época.

--Si, podrían coincidir, porque esta pareja partió rumbo a Santa Fe. En el diario Rosario/12 se publicó que esta mujer estaba embarazada, aparte de tener una hija, Paula, de menos de un año.

--¿Estas historias pueden coincidir en el tiempo y en el lugar?

--Claro.

--¿Y esta abuela qué recuerda del hecho, de la desaparición de la nieta?

--Sólo recuerda que una madrugada los encapuchados entraron a su casa y revolvieron todo. Que buscaban a su hijo, pero él, su esposa y su hijita ya no estaban en Rosario. Habían partido hacia Santa Fe, y después aparentemente mataron a la pareja.

--Por supuesto que los análisis científicos le darán certeza a la coincidencia, pero no deja de ser una esperanza.

--Seguimos con estas barreras, pero más allá de los parecidos en las fotos, que son impresionantes, está la posibilidad del no. Pero, bueno, estamos muy esperanzados y las dos familias también. Tenían mucho miedo al principio, fue muy difícil convencerlos de que se hagan el análisis, tenían terror.

--¿Por revolver el pasado, porque se reabren heridas?

--Si, la familia de Entre Ríos en aquellos años vivía en Rosario. Fue muy difícil para ellos volver a Rosario, pisaron la ciudad y temblaban de miedo. Es una familia muy diezmada, muy sufrida. Fue difícil revolver el pasado y decirle: "bueno, a lo mejor su nieta Paula puede estar viva". Pero, aceptaron hacerse los análisis y ahora están tan ansiosos como yo.

--¿Los conocés?

--No, no conozco a ninguno de ellos, pero estoy contenta porque si este resultado es positivo tengo dos familias que me aceptan. Que era uno de mis temores.
Denuncian el copamiento político de la Oficina de Investigaciones
Una declaración que es casi como una confesión
Uno de los testimonios en la causa contra Marcelo Sain dejó al desnudo una trama ubicada en el origen de la causa judicial que es un "lawfare a la santafesina"
El diputado Maximiliano Pullaro es considerado el mentor de funcionarios de la OI. . Imagen: Andres Macera

Por: Juan Carlos Tizziani, 6 de febrero de 2022
Uno de los declarantes en la causa contra Marcelo Sain reveló cómo fue el pacto entre el jefe del Ministerio Público de la Acusación Jorge Baclini y el ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro para colonizar el Organismo de Investigaciones del MPA con militantes de la UCR. El analista Laureano Gabriel Brufal aportó la prueba en un sumario interno en el que admitió su pertenencia al "pullarismo" y dijo que él y sus colegas no llegaron al Organismo de un "repollo", sino que su "génesis estaba dentro de la política". "Los soldaditos de Pullaro", los llamó el criminólogo Enrique Font al repasar el proceso de copamiento y politización del OI y se preguntó si esa estructura que entró "por la ventana que abrieron Baclini y Pullaro" es la misma que hoy está detrás de "las operetas y el lawfare a la santafesina contra Sain y su equipo". La confesión de Brufal generó varias reacciones. "El MPA es una institución judicial cooptada por Pullaro y sometida a sus intereses políticos". "La historia es mucho más oscura de lo que contaban", advirtió HIJOS Rosario.

Al describir lo que llamó la "realidad", Brufal dijo que los "analistas" del Organismo de Investigaciones del MPA accedieron a sus cargos desde el "palo civil, porque algunos, como en mi caso, venimos de la política. Otros vienen ya de una relación o de un trabajo previo en la Fiscalía, donde pasaron como practicantes. Esa es la realidad", contó.

"Nuestra génesis estaba dentro de la política", admitió Brufal. "Yo en su momento llego a la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos, que fue mi paso previo al Organismo (de Investigaciones), en agosto de 2016, por el pullarismo".

"Después, cuando (el fiscal Adrián) Mac Cormack decide prescindir de mis servicios, paso al Organismo de Investigaciones. Esa es la realidad. Más de uno de los analistas tienen todos algún tipo de raíz política. En el caso de (su colega) Facundo (Bonboni), era amigo del diputado Juan Cruz Cándido".

Esa es "la manera en que los analistas llegan" al Organismo de Investigaciones. "Si me preguntan, puedo decir de dónde viene cada uno. Por más que algunos quieran decir que vienen de un repollo, no, todos sabemos más o menos de dónde venimos", ratificó.

"La realidad nuestra era que hasta que no fuimos personal técnico criminalista, éramos contratados del Ministerio de Seguridad. Le facturábamos todos los meses al Ministerio de Seguridad. Hasta que en un momento (el subdirector del Organismo), Víctor (Moloeznik) y la (jefa de Inteligencia Criminal de la Zona Sur), Débora (Cotichini) nos dicen: ‘Chicos está la posibilidad de que sean planta del Poder Judicial, a través de la ley del Organismo". ¿Cómo era la operación? "Primero, tienen que pasar a la planta del Estado. La forma más fácil es que primero sean policías. Esto ya hablado entre Pullaro y Baclini". Y después, pasar a la plantilla del Poder Judicial.

"En ese momento, éramos todos analistas, no había personal policial de seguridad en el Organismo, que era mucho más chico. Obviamente, todos dijimos que sí. El objetivo estaba en pasar al Poder Judicial. Bueno, anotamos nuestros nombres".

-¿Dependían ustedes del Ministerio de Seguridad? –le preguntaron en el sumario.

-Yo, del Ministerio de Seguridad.

-Perfecto.

-Específicamente, yo dependía de la estructura policial de la Agencia de Investigación Criminal, la ex PDI -contestó.

-No tengo más preguntas –cerró el sumariante.

El criminólogo Enrique Font analizó los hechos en la escalada de la "degradación institucional" del MPA y el OI. "¿Saben por qué en Santa Fe tenemos los tremendos problemas de seguridad que tenemos?, se preguntó. Por políticos y funcionarios sucios como una papa que usaron la Fiscalía, el Ministerio de Seguridad y el Organismo de investigaciones, para:

"1. Darle empleo con estabilidad judicial a militantes radicales de su espacio, familiares y amigos. No importa si para eso llenaban de gente sin formación, experiencia y trayectoria la OI. O sea, arruinás un área clave del Estado para producir investigaciones e inteligencia criminal".

"2. Al colonizar con inútiles partidarios endeudados un área clave del Estado los ‘jefes’ como Pullaro tienen a sus soldaditos y a capangas como Moloeznik (que empezó de soldadito) para garantizarse impunidad cuando ellos y sus amigos son investigados".

"3. La colonización político partidarias con inútiles endeudados del MPA y de la OI también resulta esencial para hacer operetas pedorras como el caso de lawfare a la santafesina contra Sain y su equipo".

"El problema adicional de todo esto es que tenés un MPA y un Organismo de Investigaciones absolutamente inservible para cumplir con sus funciones manifiestas y entonces la seguridad está como está en Santa Fe".

Font recordó que la "colonización político partidaria" del MPA con "serviles, familiares y amigos" se remonta a su origen. "Por eso, tenemos la fiscalía que tenemos y las cosas están como están en la provincia. En la gestión de Antonio Bonfatti pasó lo mismo en Seguridad. Un ministro sin ninguna experiencia metió más de 90 militantes partidarios, familiares y amigos sin ninguna formación ni experiencia. ¡Así fue la gestión! Luego, se fueron al MPA, a la Defensoría del Pueblo y otros (asumieron como) jueces".

Asi que ante "la situación de la seguridad" en la provincia, lo "mejor" sería "cuestionar a los responsables de la degradación institucional que nos llevó adonde estamos. Y no olvidar ni repetir estás prácticas. Porque las consecuencias son catastróficas", concluyó.
Fuentes: RosarioI12, Archivo Señales

lunes, 28 de julio de 2025

Menem: un caso testigo sobre los límites entre el derecho a la imagen y la libertad de expresión artística

La autorización para emitir la serie reavivó la discusión sobre los límites del derecho a la imagen y la intimidad frente a la libertad de expresión artística
En los últimos años, la industria audiovisual argentina ha experimentado un auge de producciones biográficas −también conocidas como biopics ficcionadas− sobre figuras públicas. Casos como la serie sobre Diego Maradona, Monzón o Fito Páez han enfrentado objeciones y reclamos basados en la protección de la imagen y la intimidad. Este contexto plantea desafíos legales cada vez más frecuentes y complejos para productoras, plataformas y equipos jurídicos. De esta forma, el caso Menem se presenta como un ejemplo paradigmático de este tipo de obras y las cuestiones legales que pueden traer consigo.

Protagonizada por Leonardo Sbaraglia en el rol del expresidente y Griselda Siciliani como Zulema Yoma, la producción pone el foco en la etapa de ascenso político de Menem, abarcando desde sus años como gobernador de La Rioja hasta su llegada a la Presidencia y los hitos más significativos de su mandato. La historia está contada a través de la mirada de un fotógrafo de la provincia, personaje ficticio interpretado por Juan Minujín, que cumple el rol de testigo de los hechos y, de este modo, se inmiscuye en el círculo político que rodeó al protagonista. Creada por Mariano Varela y dirigida por Ariel Winograd, la serie promete una visión completa y atractiva sobre los atrayentes sucesos en torno a la vida del exmandatario.

Antecedentes: la medida cautelar y su impacto
La controversia judicial que rodeó a la serie "Menem" tuvo su punto de partida en un planteo promovido por uno de los herederos del expresidente. Carlos Nair Menem, hijo de Carlos Saúl, solicitó una medida cautelar en el marco del proceso sucesorio de su padre. Allí argumentó que la emisión de la serie vulneraría supuestos derechos de imagen del expresidente, así como los invocados derechos económicos que −según sostuvo− formarían parte del acervo hereditario y requerirían el consentimiento de todos los herederos para su explotación.

El Juzgado de Primera Instancia inicialmente hizo lugar a la medida solicitada y suspendió provisoriamente el estreno de la Serie, hasta tanto recibiera información que esclareciera las cuestiones atinentes a los derechos que de ella se derivan. Más allá de la provisoriedad de la medida, la decisión judicial reavivó el debate en la industria audiovisual local sobre el impacto de este tipo de medidas preventivas para obras basadas en hechos de interés público. La repercusión en los medios de comunicación fue amplia y alimentó la discusión acerca de los límites entre la protección de los derechos de la personalidad y la libertad de expresión artística.

En representación de Contribution S.R.L. (Claxson Argentina), el equipo de Marval O’Farrell Mairal, en conjunto con Máspero Abogados, realizó una presentación en la que solicitó que se deje sin efecto la medida cautelar, en virtud de los argumentos que esgrimimos y la documentación que acompañamos. Entre los argumentos más relevantes se destacó que, conforme surge de las autorizaciones acompañadas, el propio Carlos Saúl Menem otorgó en vida los derechos a Claxson para la realización de la Serie y el uso de su imagen, por lo que la medida era improcedente.

De este modo, el equipo de Marval estructuró la defensa sobre pilares constitucionales y convencionales, como son la protección de la libertad de expresión, la libertad de creación artística y el interés público de la obra.

Este caso implicó una coordinación estrecha entre distintas áreas de práctica, realizando una labor verdaderamente interdisciplinaria. El equipo de Litigios de Marval y, en particular, el área de Familia y Sucesiones −con la intervención de los socios Rodrigo F. García y Martín Vainstein− lideraron la estrategia procesal para cuestionar una medida que excedía claramente el marco del proceso sucesorio. En paralelo, el área de Propiedad Intelectual −liderada por Gustavo P. Giay− trabajó en la defensa de la obra como creación protegida y en el derecho de Claxson a producir y difundir la serie bajo las garantías de la libertad de expresión. Asimismo, se contó con la colaboración de Gabriel Máspero, del Estudio Máspero Abogados, especializado en propiedad intelectual y derecho del entretenimiento, quien aportó valor técnico clave para reforzar la defensa.

Fundamentos del levantamiento de la medida cautelar
El Juzgado Civil interviniente resolvió levantar la medida cautelar, acogiendo los argumentos centrales de la defensa. En su resolución, luego de analizar la documentación aportada por Claxson Argentina, el Juez consideró que la transmisión de los derechos para el desarrollo de la Serie habría sido realizada inter vivos por el propio Carlos Saúl Menem, y que eso excluiría que dichos derechos formen parte del acervo hereditario.

El caso "Menem" marca un precedente valioso para la industria audiovisual argentina y regional en lo que refiere a la protección de la imagen y la intimidad. Para Marval O’Farrell Mairal, esta experiencia evidencia la importancia de la estrategia jurídica y la colaboración entre las áreas de práctica de Propiedad Intelectual y de Familia y Sucesiones para proteger los intereses de los clientes.
Fuente: Marval O’Farrell Mairal

domingo, 27 de julio de 2025

En el momento más crítico, el Mensajero del Poblador Rural de LU4 Radio Nacional no salió al aire

Blanca Aranda, viuda de Purzel, falleció este domingo en Sarmiento tras una larga lucha contra el cáncer. Uno de sus hijos, que se encontraba en el campo, no pudo enterarse a tiempo de su muerte: el único canal de comunicación, LU4 Radio Nacional Patagonia Argentina, no emite el "Mensajero del Poblador Rural" los fines de semana.

Desde la llegada de Javier Milei y la nueva gestión de Radio y Televisión Argentina, las filiales de las radios nacionales están apagadas en diversos horarios, eliminaron la programación local y con esta medida quedan afuera la difusión de servicios esenciales, cómo poder comunicarle a la propia comunidad las cosas que están pasando en ese lugar.

"¿Sabés qué, Caro? Tenemos un problema. Mamá estaba muy mal… y recién me acaba de decir mi hermano que falleció. La Blanca".

Así comenzaba el mensaje de una de las hijas de Blanca Nieves Aranda, difundido este domingo por la mañana. Blanca murió en su hogar de la ciudad de Sarmiento, luego de una dura batalla contra el cáncer. En sus últimas horas, pidió ver reunidos a sus tres hijos. Sin embargo, uno de ellos, Daniel, se encontraba en la zona rural de Cerro San Bernardo, sin señal de celular ni acceso a internet. Su única conexión con el mundo: la radio.

"El viernes, mi hermano se había ido al campo con mi sobrino. Y mamá me dijo: 'Quiero que se junten los tres hermanos'. Le respondí: 'Mamá, el Dani se fue al campo'".

Consciente de su estado de salud, Blanca expresó ese último deseo. Pero la noticia de su fallecimiento no pudo llegar a tiempo a su hijo porque el "Mensajero del Poblador Rural" —un servicio fundamental de LU4— no se emite los fines de semana, según una disposición interna de la Gerencia de Emisoras de Radio Nacional. La suspensión dejó a cientos de familias rurales sin su único medio de comunicación para mensajes urgentes.

"Te iba a decir, Caro (locutora de LU4), si vos no me podés hacer el favor de poner un mensaje en el Mensajero para avisarle a mi hermano que venga", rogó la hija, entre la angustia y la impotencia.

Blanca conocía profundamente el valor de la radio en las zonas rurales. Durante el invierno de 2024, quedó aislada en su campo por una intensa nevada, y fue gracias al Mensajero que se logró coordinar un operativo con el Ejército Argentino para su rescate. Además, cada vez que viajaba desde Sarmiento al CABIN, solía pasar por LU4 a dejar algún dulce casero como muestra de agradecimiento. Blanca no era solo una oyente: era parte viva del aire de la radio.

Donde no hay señal, hay mensajes
El Mensajero no solo transmite nacimientos, fallecimientos o alertas sanitarias: es el puente que mantiene viva la identidad rural patagónica. "Aquí se anunciaban las cuadrillas de esquila, los pedidos de donantes de sangre en invierno, hasta los cumpleaños de los puesteros", explica Omar Pérez, histórico productor del programa. En 2022, por ejemplo, ayudó a evacuar a familias mapuches durante los incendios en Río Senguer.

En muchos parajes de la estepa, “Esto no es solo perder un programa: es quedarnos mudos”, describió un puestero de Buen Pasto, a 90 kilómetros de camino de ripio desde Sarmiento. El Mensajero es más que un servicio radial: es el único vínculo diario con el resto del mundo. Su rol va más allá de la información: construye pertenencia, refuerza redes de ayuda mutua y mantiene viva una memoria colectiva que no tiene señal de WiFi.
  • En 2023, El Mensajero transmitió 1.200 alertas médicas y 340 reclamos por cortes de ruta.
  • El 60% del territorio chubutense no tiene cobertura de internet (INDEC, 2023).
  • LU4 es la única emisora que llega a zonas como Aldea Epulef, Las Heras o Camarones.
Fuentes: La Posta Comodorense, Señales

Periodismo bajo amenaza: contar la verdad en español cuesta caro en EE.UU.

La corresponsal de National Public Radio, Jasmine Garsd (i), el periodista de investigación en Noticias Telemundo, Ronny Rojas (c), y la cofundadora y directora general de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes, participan en el conversatorio 'La democracia en riesgo: desafíos de hacer periodismo en EE.UU.', en Bogotá (Colombia)

Informar en español en Estados Unidos se ha convertido en una labor cada vez más vulnerable, atravesada por la hostilidad institucional, la desinformación y la autocensura. Así lo denunciaron este viernes varios comunicadores latinos durante una charla sobre los desafíos del periodismo en ese país, realizada en el marco del Festival Gabo en Bogotá.

"Hay miedo a hablar, miedo a ser identificados. A veces no contamos ciertas historias porque nuestras propias reporteras temen no poder volver a entrar al país por su estatus migratorio", confesó la periodista colombiana Paola Jaramillo, quien participó de manera telemática desde Carolina del Norte.

Jaramillo explicó que, aunque le hubiera gustado asistir presencialmente al evento, decidió no hacerlo precisamente por temor a que las autoridades estadounidenses no le permitieran regresar al país.

Además, la periodista señaló que su medio digital, Enlace Latino NC, enfrenta no solo ataques y acoso en redes sociales, sino también episodios de autocensura motivados por razones de seguridad.

El encuentro
La conversación, titulada “La democracia en riesgo: desafíos de hacer periodismo en EE.UU.”, reunió también a Jasmine Garsd, corresponsal de National Public Radio (NPR), uno de los medios públicos más escuchados del país, y a Ronny Rojas, periodista de investigación de Noticias Telemundo.
El periodista de investigación en Noticias Telemundo, Ronny Rojas

"La situación es gravísima. Hay más de 57.000 personas en cárceles migratorias y el 72 % no tiene antecedentes criminales", alertó la argentina Jasmine Garsd.

Desde el escenario del Gimnasio Moderno de Bogotá, Garsd denunció que el gobierno de Donald Trump retiró “de manera repentina” el 1 % del presupuesto a NPR, y relató cómo el miedo ha paralizado a comunidades enteras: “En Florida vi casas cerradas durante semanas. Son como mini desapariciones. Nunca vi una crueldad así”.

Los tres periodistas coincidieron en que muchas veces deben contar las historias desde el anonimato, tanto por su seguridad como por la de sus fuentes, ya que “no están de acuerdo con lo que está pasando”.

Evitar el tratamiento criminalizante
El costarricense Ronny Rojas, por su parte, destacó la necesidad “urgente” de evitar replicar sin filtros los discursos oficiales que criminalizan a los migrantes.

"Hay que decidir con cuidado qué historias contamos. Muchas veces lo más peligroso es repetir el lenguaje que asocia a los migrantes con amenazas o invasiones", afirmó.
La corresponsal argentina de National Public Radio, Jasmine Garsd

También hizo un llamado a establecer alianzas entre medios nacionales y locales, y entre redacciones del norte y del sur del continente: “Muchas decisiones que se toman allá se reflejan aquí”.

La moderadora de la charla, la venezolana Luz Mely Reyes —quien vivió el desmontaje de la democracia en su país— advirtió sobre señales preocupantes en Estados Unidos: “La jaula no es el inicio, es el final del camino. Es el pacto social en el que nadie cuestiona que a seres humanos se los encierre como animales”.

La conversación hizo parte de la programación del Festival Gabo 2025, organizado por la Fundación Gabo en homenaje al legado de Gabriel García Márquez. Este año, el evento puso el foco en la libertad de expresión, el periodismo migrante y la resistencia ética frente a la desinformación y los discursos de odio.
Fotos: Mauricio Dueñas Castañeda, Agencia EFE
Fuente: Agencia EFE

El vocero de la Sociedad Rural será interventor de Radio y Televisión Argentina

En los primeros días de agosto, Carlos Curci sucederá a Eduardo González al frente del organismo; analizan posibles reducciones en la TV Pública y en RTA
Eduardo González interventor de los medios públicos y Carlos Curci vocero de la Sociedad Rural
Por: Delfina Galarza y Cecilia Devanna
El Gobierno anunció este sábado la designación de Carlos Curci, hasta ahora vocero de la Sociedad Rural (SRA), como nuevo interventor en el área de los medios públicos, en reemplazo de Eduardo González, quien presentará su renuncia a fin de mes. El nombre del futuro funcionario comenzó a circular días atrás, pero recién se confirmó este sábado, tras el acto que encabezó el presidente Javier Milei en la exposición agropecuaria en Palermo.

Según pudo saber La Nación, hace dos meses Eduardo González había notificado a la Casa Rosada que a fines de julio oficializaría su renuncia. El funcionario saldrá del país "por motivos personales" y, una vez que retorne, podría seguir trabajando junto a Manuel Adorni en alguna de las áreas bajo su órbita, aclararon en Balcarce 50.

Fuentes cercanas a González, desestimaron algunas versiones que vinculaban la salida del interventor a un desgaste producido por las tensiones que se viven dentro de la TV Pública y en las distintas radios del país, en respuesta al recorte y los reclamos gremiales. "Deja su cargo con todo encaminado", repiten en su entorno.

Con el desembarco de Curci, el Gobierno pretende continuar achicando el área de medios oficiales. Directiva que comenzó a implementar el año pasado Diego Chaher, como interventor de todos los medios que integran Radio Televisión Argentina (RTA), cargo que le valió un ascenso como titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, tras ser reconocido en La Casa Rosada por el recorte que llevó adelante en la exagencia de noticias TelAm, hoy reconvertida en Apesau, después de que más de 400 trabajadores aceptaran un retiro voluntario.

Fue en reemplazo de Chaher que González asumió a fines de julio pasado al frente de los medios públicos. Ahora, finalizada su gestión, el interventor deja una hoja de ruta clara a su sucesor. Basicamente, el funcionario saliente tenía en carpeta un recorte del 40% sobre la estructura de RTA, marcado en gran medida por nuevos retiros voluntarios y una reducción de planta. "Resta la definición política", señalaron fuentes cercanas al exfuncionario.

El objetivo de la llegada de Curci estaría orientado a "ordenar" Radio y Televisión Argentina (RTA) y el resto de las empresas de la órbita de medios públicos. La idea sería avanzar "lo máximo que se pueda siguiendo la línea del Presidente en términos generales, con las limitaciones que la ley de medios impone", aclararon fuentes del oficialismo.

Los cambios en el área, que depende de Adorni, se vienen dando desde hace un mes, cuando el portavoz comenzó a tomar decisiones fuertes en los medios y empresas públicas bajo su órbita. El nombre de Curci habría sido elegido para esa misma época, pero por su “excelente relación” con La Rural. En efecto, la oficialización de su designación llegó después del cierre de la exposición, el evento más importante del año para el sector.

Nuevas designaciones
En el mientras tanto, Adorni concretó el nombramiento de Bárbara Pintelos, la subsecretaria de Medios que, como adelantó La Nación, es una experta en empresas y cuestiones legales, pero que nada tiene que ver con los medios. Hasta la llegada de Pintelos no había nadie en esa Subsecretaría.

"No es del medio, ni conoce de él", explicaron las fuentes consultadas, que hicieron hincapié en que esa formación es precisamente el motivo por el que fue elegida. "Llega para achicar todo", completaron.

En las listas de áreas que podrían verse ajustadas con la iniciativa oficial están, Radio Nacional, la TV Pública, Contenidos Públicos Sociedad del Estado y la Agencia de Publicidad del Estado Sociedad Anónima Unipersonal (APESAU, exTelAm).

En la TV Pública, los empleados son casi 900 y aún está decidido el número de desvinculaciones que podría llegar a haber. En cuanto a Radio Nacional, la especulación es que su planta de 1169 empleados podría reducirse a la mitad . En lo que respecta a APESAU, la situación es distinta que en el resto, porque ya se hizo una fuerte reestructuración cuando se concretó el cierre de la agencia, en 2024, y solo quedaron 228 empleados activos.

Según pudo reconstruir La Nación de fuentes oficiales, en la mira de los funcionarios hay distintas opciones de lo que podría suceder, más allá del ajuste en cada área. Incluso se evalúa que podría cerrarse el área de Contenidos Públicos, un sector bajo la lupa. En todas las áreas alcanzadas se vería como una primera opción la posibilidad de ofrecer retiros voluntarios antes de avanzar con los despidos, según informaron.

Por el momento no hay un número total de desvinculaciones que podrían llegar a concretarse. El Gobierno sostiene, desde el inicio de la gestión, que el esquema de medios públicos está "sobredimensionado" y por eso planea seguir avanzando con la reducción de la planta, en línea con lo que sucede en otras áreas del Estado.
Fuente: Diario La Nación

Cuando el silencio es política: el cierre de Radio Ciudadana y el fin de una experiencia democrática

El gobernador Rogelio Frigerio en los estudios de Radio Ciudadana junto al intendente Francisco Azcué, el hombre que supo encontrar la manera de apagar voces en nombre de la gestión

Uno de los principales logros que trajo consigo la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue la apertura a nuevas voces dentro del sistema de medios. En ese marco, se habilitó a municipios, comunas, universidades, escuelas, comunidades originarias y organizaciones comunitarias a crear y gestionar sus propios medios de comunicación.

Fue en ese contexto que comenzó a gestarse una experiencia concreta en la ciudad de Concordia: la creación de Radio Ciudadana. La iniciativa surgió a partir de una decisión política del entonces intendente Gustavo Bordet, quien en 2012 convocó a un periodista con el fin de poner en marcha una emisora municipal.

Ya en 2013, el proyecto había avanzado con la elaboración de un borrador de licitación para los equipos y con propuestas de ordenanza que darían marco a la radio. Una de las ideas que se plantearon en ese momento fue la conformación de una asamblea de oyentes, que tendría la responsabilidad de elegir a los representantes del directorio de la emisora. Este mecanismo apuntaba a garantizar una participación ciudadana activa, permitiendo que la comunidad definiera democráticamente los rumbos del medio. Se promovía así una radio abierta, participativa, con contenidos propios y espacio para el debate.

La persona que estuvo desde el inicio de este proceso era Claudio Gastaldi, quien se encontraba en comunicación con  SeñalesEl motivo de la entrevista no era solo recuperar la experiencia positiva de la radio, sino también dar cuenta de una noticia reciente: el municipio había decidido cerrar Radio Ciudadana, tras casi diez años de intensa labor comunitaria.

Una decisión repentina y una maniobra calculada
Claudio Gastaldi relató que, luego del receso invernal, cuando se retomaron las actividades en el Concejo Deliberante, se produjo una situación inesperada: de forma repentina, se propuso el cierre de Radio Ciudadana. Según explicó, la maniobra fue cuidadosamente diseñada para que la votación ocurriera en el mismo momento en que se presentaba la propuesta, lo que permitió que, en el lapso de apenas una hora, se desmantelara un proyecto que llevaba una década de trabajo y construcción colectiva.

Advirtió también que parte de esa estrategia incluyó una modificación en los tiempos: la sesión del Concejo comenzó más tarde de lo habitual, justo después de que concluyera el programa de Radio Ciudadana que habitualmente transmitía en vivo lo que ocurría en el recinto. Según interpretó Gastaldi, se trató de una maniobra deliberada para impedir que la emisora pudiera cubrir la sesión en la que se debatiría —y aprobaría— su cierre.

Una emisora que cubría lo público
Gastaldi (foto) recordó que Radio Ciudadana contaba con un programa especial que se emitía una vez por semana y que estaba dedicado exclusivamente a informar sobre las actividades del Concejo Deliberante. En ese contexto, destacó especialmente el papel de la asamblea de oyentes, a la que definió como una instancia clave de participación ciudadana. Según señaló, este espacio representó una verdadera bocanada de aire fresco para muchas personas, al ofrecerles la posibilidad de involucrarse activamente en la vida pública a través de un medio propio.
La resistencia al modelo público
El periodista señaló que, a pesar de ser la segunda ciudad más importante de Entre Ríos, después de Paraná, Concordia no contaba con una radio pública. Mientras otras ciudades de la provincia, como Paraná, Concepción del Uruguay o Gualeguaychú, sí disponían de emisoras públicas, Concordia había estado históricamente privada de ese derecho. Según su análisis, esto se debía en gran medida a la resistencia del establishment local, que se oponía a la existencia de un medio de comunicación gestionado desde lo público.

En su repaso, Gastaldi advirtió que en la ciudad existía una sola emisora AM dominante, LT15 AM560, que ejercía un fuerte control sobre los contenidos y los temas que se podían tratar. Como ejemplo, recordó un episodio ocurrido durante el período democrático, en 1988, cuando Aldo Rico encabezó una sublevación militar en Monte Caseros, Corrientes. En esa oportunidad, la emisora optó por difundir los partes del militar carapintada y negó el micrófono a los partidos democráticos, cerrando sus puertas a los representantes de la Multipartidaria, quienes buscaban defender el orden institucional. Para Gastaldi, ese hecho era revelador del sesgo editorial y político que predominaba en los medios tradicionales de la ciudad.

Una dirección con autonomía y participación ciudadana
Según Gastaldi, la creación de una radio pública en Concordia vino a quebrar un esquema comunicacional hegemónico, lo que —a su entender— explica por qué fue tan resistida por ciertos sectores locales. Aclaró que en la actualidad ya no formaba parte del proyecto, aunque recordó que fue él quien redactó la ordenanza fundacional. En ese texto propuso que la dirección de la emisora tuviera un mandato de seis años: los cuatro correspondientes al gobierno que nombraba al director y dos del siguiente, como forma de preservar cierta autonomía institucional y evitar interferencias directas.

Fiel a esa propuesta, renunció al cargo una vez cumplido ese plazo, permitiendo que la siguiente gestión municipal designara a su reemplazante. Sin embargo, esa nueva conducción duró solo dos años. Según relató, lo que siguió fue la llegada de lo que calificó como una “hecatombe”, encabezada por la nueva administración municipal. Describió esa gestión como inoperante y destructiva, no solo en relación con la radio, sino con la ciudad en su conjunto. En sus palabras, se trataba de un gobierno de "puro humo", al que comparó con la administración nacional liderada por Javier Milei.

Dirigió también críticas al actual intendente, Francisco Azcué, a quien señaló como una figura que se autodefine como radical, aunque —según afirmó— no goza de buena reputación entre muchos dirigentes del propio radicalismo. Recordó que Azcué intentó presidir el partido a nivel provincial, pero no logró avanzar debido a impedimentos establecidos en la carta orgánica, siendo finalmente la justicia la que cerró esa posibilidad. A juicio de Gastaldi, el intendente actuó como una "topadora" que arrasó con todo lo que funcionaba bien, empeorando incluso aquello que ya estaba mal.

Gastaldi calificó el cierre de Radio Ciudadana como un “zarpazo horrible” y subrayó que el impacto había sido tan fuerte que, al buscar “Cierre de Radio Ciudadana” en Google, aparecían decenas de notas de medios no solo de Entre Ríos, sino de distintos puntos del país. Señaló que el golpe fue muy duro, incluso para personas de distintas corrientes ideológicas, que más allá de sus diferencias coincidían en la defensa de la emisora. Según explicó, radicales, peronistas, socialistas, comunistas y otros sectores se habían unido en ese momento, convencidos de que la radio había representado una verdadera novedad para la ciudad.

Volvió a referirse al modelo de gestión participativa de la emisora, recordando que cuando él presidía el Consejo de Administración, este estaba compuesto por seis o siete personas. La mayoría eran designadas por el Ejecutivo y el Concejo Deliberante, pero también —gracias a la ordenanza— existía una asamblea de oyentes, encargada de elegir a uno de los integrantes del directorio.

Esa asamblea, explicó, era un espacio de debate en el que se discutía lo que se hacía bien y mal en la radio. Consideró que se trataba de una verdadera innovación en términos de participación ciudadana. Sin embargo, concluyó con una nota amarga: como muchas cosas en la vida, esa experiencia pasó, y lo que vino después —según su mirada— fue mucho peor.

Un cierre sin argumentos sólidos
Consultado por los motivos esgrimidos para cerrar Radio Ciudadana, Claudio Gastaldi consideró que la excusa utilizada no solo era débil, sino directamente insostenible. Según explicó, el argumento de que la radio representaba una carga económica para las finanzas municipales carecía totalmente de fundamento. Recordó que cuando él se retiró de la dirección, en diciembre de 2021, el presupuesto que el municipio destinaba al funcionamiento de la emisora era de apenas 220 mil pesos mensuales, lo que representaba poco más de dos millones de pesos al año.

Además, señaló que esa suma era complementada con ingresos provenientes de la publicidad comercial, lo cual contribuía a sostener el funcionamiento general del medio. Para dimensionar lo absurdo del planteo, comparó ese monto con el presupuesto total de la ciudad de Concordia, que supera los 100 mil millones de pesos y está destinado a atender a una población de alrededor de 200 mil habitantes. Desde su perspectiva, era completamente inverosímil que una suma tan pequeña pudiera representar un obstáculo financiero real para la gestión municipal.

De hecho, mencionó que el ex intendente Gustavo Bordet se había pronunciado públicamente en redes sociales sobre el tema, dejando en claro que el supuesto ahorro no podía ser utilizado como justificación válida para un retroceso institucional de tal magnitud.

La comparación con el desmantelamiento de medios nacionales
Gastaldi reconoció que quizá estaba hablando con intensidad, pero justificó su tono por la carga emocional que le producía la situación. El entrevistador coincidió con él y expresó que, al escuchar su relato, no podía evitar pensar en lo que estaba ocurriendo a nivel nacional, con el cierre de TelAm y el desmantelamiento de los medios públicos. Agregó que le resultaba doloroso ver cómo hechos de esa magnitud pasaban desapercibidos para buena parte de la sociedad.

De la creación a la destrucción
Ante esa reflexión, Gastaldi compartió lo que había sentido personalmente: relató que había sido uno de los impulsores del proyecto de Radio Ciudadana desde sus orígenes, y que junto a un grupo de personas habían comprado el equipamiento técnico de la emisora. Detalló que se trataba de equipos de altísima calidad, poco comunes incluso en otras radios del país, e incluían no solo el transmisor principal sino también un sistema de respaldo, preparado para mantener la señal en caso de fallos técnicos.

Recordó también que, cuando asumió la dirección, la radio funcionaba en un local alquilado, con muchas limitaciones edilicias. Sin embargo, aproximadamente un año después, lograron trasladarla a un edificio propio: una propiedad del municipio que fue reacondicionada específicamente para albergar a la emisora. Gracias a esa mudanza, se dejó de pagar alquiler y se consolidó una sede definitiva para la radio pública de la ciudad. Todo ese proceso de construcción, según lamentó, fue desmantelado de un día para el otro.

En otro tramo del diálogo, el entrevistado valoró profundamente el trabajo de otras radios comunitarias, como la emisora en la que se estaba desarrollando la conversación. Celebró la existencia de medios que no respondieran a los intereses de los grandes grupos económicos y que, por el contrario, construyeran su línea editorial desde el compromiso con la realidad: con aquello que sucede, que duele, que no puede ni debe silenciarse, sin importar a quién moleste.

Contó que él mismo fue nombrado por Bordet como director de Radio Ciudadana, y que desde el comienzo tuvo total libertad para organizar el medio. En ese rol, también condujo el programa central de la emisora durante los primeros cuatro años, donde abordaba temas locales y se realizaban críticas abiertas tanto al gobierno provincial, encabezado por Bordet, como al municipal, a cargo de Enrique Tomás Cresto. Subrayó que, a pesar del tono crítico de muchos de los periodistas, nunca hubo intentos de censura ni represalias, algo que —destacó— consideraba natural en el marco de una democracia.

Contrastó esa experiencia con la situación actual, donde —según denunció— los periodistas son señalados como enemigos o tratados como si fueran perseguidores, mientras que quienes desmantelan lo público son presentados como "los buenos". Mencionó directamente al actual intendente, Francisco Azcué, y recordó que durante la campaña electoral y en los primeros meses de su gestión, la emisora había sido uno de los medios que más había visitado. Ese hecho, a su entender, hacía aún más evidente la contradicción con su posterior decisión de cerrarla.

Ataques a medios críticos y censura encubierta
Gastaldi afirmó que no se trataba de que estuviera prohibido hablar mal del actual intendente o que hubiera censura directa, pero advirtió que el contexto general resultaba alarmante. Contó que en la actualidad se estaba desarrollando una persecución contra Diario Junio, el medio que él dirige. Como ejemplo, mencionó el caso de un compañero, que no realiza tareas periodísticas sino que se encarga de la administración digital del diario y que también es trabajador municipal. Este fue suspendido por 45 días sin goce de sueldo por el municipio. Según explicó, el joven, de poco más de treinta años, tuvo una discusión con otros compañeros y una de las personas involucradas lo denunció. El hecho fue suficiente para que se aplicara la sanción sin siquiera darle la oportunidad de presentar su versión de los hechos.

Agregó que otro integrante del equipo, quien también conducía un programa en la radio luego de su alejamiento de la emisora, fue directamente despedido. En su opinión, estos casos reflejan una situación de hostigamiento generalizado hacia el periodismo crítico. Vinculó esta actitud con las declaraciones del presidente Javier Milei, quien había dicho públicamente que "no odiamos lo suficiente a los periodistas". Según Gastaldi, esas palabras no se referían a figuras mediáticas o a periodistas "ensobrados", sino precisamente a aquellos que intentan seguir haciendo periodismo real en un país cada vez más hostil con la verdadera prensa independiente.

En ese contexto, expresó su preocupación por la dirección que estaban tomando los acontecimientos en Concordia, y aunque no tenía claro cómo era la situación en Rosario, intuyó que también allí debía haber tensiones similares. Insistió en que, bajo la actual gestión municipal, el panorama no era nada alentador.

Sospechas de intereses privados detrás del cierre
Cuando se le preguntó si esta situación tenía vuelta atrás, respondió con escepticismo. A su entender, ya había intereses económicos detrás del cierre de la emisora. Creía que había negocios en marcha y que el objetivo final era entregar el espacio a un privado, probablemente a precio vil. Comparó lo que estaba sucediendo con experiencias anteriores de vaciamiento del patrimonio estatal, como la privatización de Aerolíneas Argentinas, YPF y otras empresas públicas durante los años noventa. 

En esete punto, se le mencionó que, según la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la frecuencia utilizada por la radio pública era intransferible y debía ser devuelta si no era utilizada por el municipio. Sin embargo, sospechaba que se intentaría sortear esa norma, ya que —en sus palabras— la ley, para ciertos sectores, no tenía ningún valor.

Además, lamentó la falta de consecuencias judiciales ante situaciones graves, como el caso de las criptomonedas en el que estaría involucrado un funcionario, quien, según dijo, debería estar preso pero no enfrentaba consecuencias. Sostuvo que en Argentina había cuestiones profundas que debían ponerse en debate con urgencia.

La banalización del rol de los medios públicos
En ese contexto, se mencionó que una concejala libertaria de Concordia celebró públicamente el cierre de la radio, sosteniendo que los medios públicos eran simplemente "aparatos de propaganda". Gastaldi señaló que ese mismo argumento era repetido por el Gobierno Nacional, que paradójicamente utiliza esos medios para difundir sus propios discursos, en los que solo aparecen funcionarios oficialistas que se felicitan mutuamente. Opinó que lo que alguna vez fue la televisión pública y lo que es hoy representaba una vergüenza. En ese marco, se expresó solidaridad con los trabajadores de esos medios, con la convicción de que muchos de ellos no comparten el rumbo que se les impone.

En el tramo final de la charla, Gastaldi agradeció especialmente por visibilizar lo que ocurría en Concordia. Reconoció que, aunque geográficamente estaban lejos, el cierre de una radio pública no era un hecho lejano, mucho menos para quienes ejercen el periodismo. Valoró el rol de los medios comunitarios como espacios clave para la construcción democrática.

Al cerrar la entrevista, se expresó que el cierre de Radio Ciudadana no solo implicaba silenciar una emisora, sino romper un pacto democrático construido colectivamente. Señaló que los medios públicos deben existir precisamente para dar lugar a aquellas voces que no aparecen en los grandes medios comerciales, y que eliminarlos significaba apagar espacios fundamentales para sostener el debate y la información en un país que atraviesa —según dijo— uno de sus momentos más oscuros desde la última dictadura.

Escuchá la entrevista completa:

Ver también: Un director de 'Radio Ciudadana' será nombrado por la asamblea de oyentes, Radio Pública: El Concejo Deliberante de Concordia avaló por unanimidad la designación de Claudio Gastaldi como director, La radio pública de Concordia ya tiene casa propia, Radio Ciudadana cumplió tres años al aire: 'Hoy no somos una radio más; somos una radio importante', Repudio al proyecto de control político en radio pública: amenaza a la pluralidad de voces y libertad de expresiónSilenciar la pluralidad: el cierre de la radio pública de Concordia como síntoma de odio e ineptitud

sábado, 26 de julio de 2025

La tierra (a)guarda: memoria violentada, respuesta que evita incomodar

La muestra titulada La tierra (a)guarda se exhibe en la Biblioteca Argentina Dr. Juan Álvarez. Había sido montada a partir de un registro fotográfico del colectivo documental Posteo, como se informó poco más de un mes atrás, durante los preparativos finales. El proyecto rescata una historia íntima y, a la vez, profundamente política: los libros que un abuelo enterró durante la última dictadura cívico militar y que su nieta desenterró décadas después. Aquella recuperación fue registrada en imágenes que hoy forman parte de la muestra.

El martes 22 de julio, ese trabajo fue vandalizado. Se escribieron mensajes de odio con marcador rojo indeleble que arruinaron parte del texto de sala y algunas de las copias montadas. 

En Señales dialogamos con Nicolás Chárles, subsecretario de Innovación Cultural de la Municipalidad de Rosario, para entender qué sucedió en la Biblioteca Argentina tras un grave episodio de vandalismo. Según relataron personas que frecuentan la biblioteca, el autor del ataque no habría protagonizado por primera vez una acción de este tipo: gritos, insultos, maltratos. Esta vez, sin embargo, fue más allá. Dañó directamente una obra de arte con lo que parecía ser un crayón o marcador rojo, con el que escribió palabras insultantes y agravios.

Chárles remarcó que la obra La tierra (a)guarda, construida a partir de una investigación de María Julia Blanco y el trabajo artístico del colectivo Zafarrancho, representa una reflexión profunda sobre la dictadura, la memoria y su vínculo con el presente. Según explicó, la propuesta artística surge de un acto íntimo y político: el entierro de libros por parte de un abuelo durante la dictadura, en un gesto de supervivencia y amor. Décadas después, esa memoria fue recuperada por su nieta y convertida en imágenes que hoy componen la muestra.

Desde la curaduría, contó Chárles, se decidió que las paredes pudieran ser intervenidas como parte del proyecto, buscando vincular pasado y presente, dictadura y juventud. Señaló que casi todas las intervenciones previas —realizadas con lápiz o lápices de colores— habían sido respetuosas, invitando al diálogo y la reflexión. Pero destacó que en este caso puntual, una persona utilizó un fibrón rojo para escribir insultos y mensajes cargados de odio, alterando el sentido del espacio.

Si bien repudiaron la agresión, Chárles sostuvo que el hecho permitió visibilizar la violencia discursiva que circula en otros ámbitos, como las redes sociales, y que muchas veces se naturaliza. En cambio, en este caso, al materializarse en una muestra artística, cobró otra dimensión. Señaló que el episodio encendió una alarma sobre el tipo de tensiones que pueden emerger, especialmente en un año previo al 50° aniversario del golpe de Estado de 1976, donde, estimó, este tipo de conflictos simbólicos podrían intensificarse.
Durante la entrevista, también se puso sobre la mesa un punto importante: el hecho de que la intervención artística propuesta por el colectivo Zafarrancho no era ilimitada. Desde un comienzo, esa participación del público —dibujar, escribir o dejar mensajes en las paredes— se pensó desde una lógica colectiva, cuidada y con un sentido estético-político definido, y con un tiempo acotado. Por eso, se le planteó a Chárles que lo ocurrido excedía esos límites de manera evidente.

El funcionario admitió que, efectivamente, este caso desbordó el concepto original de intervención artística. Dijo que, si bien la muestra había sido pensada para habilitar la interacción del público, lo sucedido distorsionó completamente esa intención. Reconoció que hubo un tiempo excesivo en la acción del agresor, que nadie intervino a tiempo para frenarlo, y que el contenido escrito fue abiertamente violento, insultante y agraviante.

Este exceso, explicó, llevó a revisar el modo en que se gestiona ese tipo de propuestas participativas dentro de espacios públicos. Señaló que, tras debatirlo con el colectivo y el equipo de la Biblioteca, se optó por no borrar las marcas ni tapar lo sucedido, sino sostener la muestra hasta el 8 de agosto y transformarla en una acción de desmontaje colectivo. Una forma, según dijo, de visibilizar lo que pasó, repudiarlo públicamente y, al mismo tiempo, fortalecer el sentido de la propuesta original.

Chárles insistió en que no se avala bajo ningún punto de vista lo escrito por el agresor, pero que, lejos de invisibilizarlo, se optó por que ese hecho —doloroso y perturbador— quede expuesto y pueda servir como disparador para el debate, la reflexión y el fortalecimiento del diálogo democrático en un momento especialmente cargado de tensiones políticas y simbólicas.

Sobre el agresor, confirmó que ya fue identificado: se trata de una persona que asiste regularmente a la biblioteca y se le señaló que ha mostrado comportamientos agresivos no sólo durante este episodio, sino también hacia trabajadores y trabajadoras del lugar. Chárles mencionó que se intentó generar un espacio de diálogo con la persona, aunque reconoció que, por su posicionamiento ideológico, fue inviable mantener una conversación sana.

Aclaró que no se realizó una denuncia formal, aunque sí se consultó a los asesores legales de la municipalidad. En ese marco, subrayó la importancia de cuidar la institucionalidad, y aseguró que, llegado el caso, se tomarán las medidas necesarias, siempre priorizando el consenso, la reflexión y la pedagogía, por sobre las reacciones impulsivas.
Uno de los libros enterrados
Finalmente, Chárles destacó el impacto positivo que tuvo la muestra en la comunidad: por su enfoque innovador, por su capacidad de conectar con jóvenes y escuelas, que pasaron por el lugar, y por cómo acercó un tema complejo desde un lugar sensible. A pesar del hecho lamentable, insistió en la necesidad de capitalizar lo ocurrido para abrir un debate más amplio sobre cómo, como sociedad, se enfrentan los discursos de odio y la violencia simbólica, sin caer en respuestas punitivas automáticas. "Hay que repensar, respirar hondo, y seguir trabajando en cómo construir espacios comunes desde la diferencia", concluyó.

Consultado sobre el agresor, Nicolás Chárles indicó que se trata de una persona de mediana edad, sin brindar más detalles. Sin embargo, el eje de la conversación se desplazó rápidamente hacia el contenido del comunicado difundido por el colectivo Zafarrancho el mismo martes del hecho y publicado, en partes, en las redes de la biblioteca pública. En ese texto, los artistas señalaron sin eufemismos que la acción vandálica tenía la intención de bloquear y obturar la acción artística de lectura y escritura colectiva que la muestra proponía. Además, agregaban que ese intento de silenciar el pasado pretendía reinstalar la teoría de los dos demonios, desconociendo la experiencia histórica concreta del terrorismo de Estado. Y aún más: advertían que este tipo de gestos no eran aislados ni apolíticos, sino habilitados desde la violencia que —según sostuvieron— expresa a diario el actual presidente de la Nación, Javier Milei. La omisión no pasó desapercibida, generando incluso ruido dentro de la audiencia de Señales.

Frente a esta observación, Chárles respondió con una aclaración que puso en primer plano la tensión entre la dimensión personal y la responsabilidad institucional. Dijo que, en lo personal, coincidía con gran parte del análisis del colectivo —recordó que Rosario fue la primera ciudad del país en contar con un Museo de la Memoria y que desde hace décadas mantiene una militancia activa en la defensa de los derechos humanos—. Pero, subrayó, el rol público exige otra prudencia: "Tenemos que ser lo más cuidadosos posible para hablarle a la mayor cantidad de población posible", sostuvo.

Reiteró su repudio al acto vandálico, pero explicó que la comunicación oficial no puede replicar todas las expresiones políticas de un colectivo artístico, por más afinidad que exista. Insistió en que ese cuidado no implica neutralidad ni tibieza, sino una decisión institucional de construir consensos amplios, sin dejar de atender los contextos ni de buscar estrategias para que los discursos de odio no encuentren espacio en espacios culturales como la Biblioteca.

La respuesta dejó en evidencia un punto de fricción: mientras Zafarrancho señala sin vueltas que el ataque se inscribe en un clima político de hostilidad promovido desde el poder, el municipio optó por una línea comunicacional más moderada, consciente del lugar desde donde se habla.

Sobre el cierre de la muestra, Chárles confirmó que el 8 de agosto se realizará una acción especial impulsada por el colectivo, en formato de desmontaje colectivo, para visibilizar lo ocurrido y reafirmar el valor del trabajo artístico. Señaló que estarán acompañando esa instancia, entendiendo que el episodio, aunque lamentable, permite redoblar el compromiso con una cultura democrática, participativa y profundamente ligada a la memoria.

En Señales se reafirmó esa lectura: lo que ocurrió no fue un hecho aislado ni espontáneo. El agresor intervino con tiempo, con intención de provocar y de marcar una postura. Inscribió insultos, califió de zurdos y tachó textos, escribió frases con una carga ideológica evidentemente negacionista, incluso ironizando sobre el nombre del colectivo ("sí, obvio, son un zafarrancho"). Tal como expresó Zafarrancho en su comunicado original, fue un intento de silenciar una acción colectiva de memoria y una expresión más del discurso que busca reinstalar la teoría de los dos demonios.

No se trató solo de un daño material. Fue un gesto político y, como tal, debe ser leído en su contexto: un presente atravesado por la disputa del sentido sobre nuestra memoria reciente y el lugar que esta ocupa en el espacio público; un momento de creciente agresividad discursiva, de ataques simbólicos, y de discursos que habilitan estas expresiones desde los más altos niveles del poder político. Desde Señales se reiteró la solidaridad con el colectivo Zafarrancho, y se informó que, si bien sus integrantes prefirieron no hablar en estos días, las puertas siguen abiertas para cuando decidan hacerlo.

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