Si estás de acuerdo en que mujeres y hombres que trabajaron toda su vida haciendo sus aportes en regla cobren jubilaciones miserables que no les alcanzan para vivir dignamente, y que semanalmente, por rutina, los apaleen y gaseen por ejercer su legítimo derecho a protestar y manifestarse.
Si creés que no existe la violencia de género, que la idea del femicidio como delito diferenciado es una superchería de la ideología "woke", ya que las estadísticas deben estar manipuladas y seguramente mueren tantos hombres asesinados por mujeres como mujeres por hombres.
O si creés que los femicidios sí existen como delitos diferenciados, pero que son culpa de las feministas que los provocan con su continuo hostigamiento a los varones.
Si tenés la convicción de que una educación de calidad debiera ser sólo para hijos de padres que puedan pagársela, y que la esperanza de realización personal y movilidad social que la educación pública permite es una rémora del pasado.
Se derrumba la imagen de Milei en las redes y el nivel de rechazo contra Espert, Reichardt y Santilli supera el 88%
Si considerás que una adecuada cobertura sanitaria es un privilegio y no un derecho.
Si te parece que el dinero que debería destinarse a la asistencia a la discapacidad dará mejores frutos en los bolsillos y carteras de funcionarios del gobierno y allegados al presidente.
Si te parece bien que el narcotráfico financie las campañas políticas.
Si estás de acuerdo en que los pobladores originarios de nuestro territorio, después de ser masacrados y despojados de sus tierras por la conquista primero y por el Ejército Nacional después, deben ahora entregar lo poco que les han dejado, y que sus lenguas y saberes ancestrales son un estorbo al progreso y no sirven para nada.
Si te parece que es productivo importar conflictos relativos a la inmigración a un país donde hasta ahora estaban mayormente ausentes, y fomentar artificialmente la xenofobia.
Si sos de la opinión de que los crímenes de la última dictadura pueden minimizarse regateando el número de desaparecidos.
Si no te quita el sueño la idea de una sociedad basada en la desigualdad, con muy pocos muy ricos y una enorme mayoría de pobres.
Si opinás que los insultos, las obscenidades y las amenazas —entre las que predominan las metáforas de la violación anal del adversario— quedan bien en boca de un presidente de la Nación.
Si estás de acuerdo en que un presidente en funciones promueva una estafa en criptomonedas y luego se rehúse a hacerse cargo con el argumento de que no lo hizo desde una cuenta del gobierno sino desde la suya personal.
Si aplaudiste al mismo presidente de la Nación por maltratar canciones ajenas en un show que pudo haber costado cerca de medio millón de dólares, sin que hasta el día de la fecha se sepa si ese dinero salió o no de nuestros bolsillos.
Si te parece bien que ese mismo dinero que se le niega a la educación, a la salud y a la cultura se use para financiar los incesantes viajes del mismo presidente a eventos de ultraderecha que nada tienen que ver con sus deberes de funcionario público.
Si te parece bien que otro país maneje nuestra política económica.
Si opinás que no necesitamos ciencia ni tecnología, que nos alcanza con vender carnes y granos, como en el siglo XIX.
Si estás de acuerdo en dar vía libre a la megaminería, que contamina el suelo y el agua, y no genera ni empleo ni riqueza —salvo para las empresas transnacionales—, y con darles además prioridad en el acceso al agua por encima de los cultivos, el consumo humano y el ecosistema.
Si te parece que fomentar y apoyar la agricultura familiar, campesina e indígena es tirar la plata, y que es mucho mejor dar rienda suelta a la agroindustria, liberando el uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos, causando graves problemas de salud a los trabajadores y pobladores de áreas cercanas, creando "desiertos verdes" donde los únicos seres vivientes son los cultivos transgénicos.
Si estás de acuerdo en liberar el tráfico de fauna silvestre y abrir los bosques nativos a la tala indiscriminada.
Si creés que el cambio climático y el calentamiento global son ficciones, o que son reales pero la actividad humana nada tiene que ver con ellos, y que no vale la pena fomentar la transición energética, reforestar y combatir los incendios forestales.
Si pensás que fomentar la cultura es tirar la plata, y considerás que nos la estamos arreglando lo más bien sin cine nacional, ya que con las series de Netflix nos alcanza.
Si estás convencido de que todos los periodistas que critican al gobierno o dan información fidedigna sobre sus actos son ensobrados.
Entonces harás bien en votar en esta elección a los candidatos de La Libertad Avanza. Siempre es bueno ser coherente con los propios valores y convicciones y actuar en consonancia. En este caso, no tengo nada más que decirte.
Pero también puede suceder que estés pensando en votarlos no a causa de este cúmulo de motivos, razones y valores, sino a pesar de ellos; convencido de que abjurar —temporaria o definitivamente— de ellos es el precio que debemos pagar por algunos logros (o más bien promesas) mucho más importantes, como el control de la inflación y la estabilidad económica. En ese caso, se abren dos posibilidades:
1) Efectivamente, la situación económica mejorará para algunos. Tu apuesta es que vos y tu familia estarán entre esos algunos. Tampoco parece que vaya a mejorar tanto, ni siquiera para esos algunos de los cuales tenés la esperanza de formar parte. En tal caso, vale la pena considerar, si no estás totalmente de acuerdo con las propuestas y los valores que el Gobierno de Javier Milei encarna —y de los que he intentado dar, en la primera parte de esta columna, más que una lista exhaustiva, una muestra apenas ilustrativa—, si vale la pena vender los tuyos por tan poco. Las boletas permiten discriminar candidatos, no razones: quien vota a los de La Libertad Avanza con la esperanza de que se cumplan al menos algunos de los prometidos logros económicos, los vota también por todas las antedichas razones. Lo que está en juego al emitir el voto no es sólo qué clase de país queremos, sino en qué clase de personas vamos a convertirnos.
2) La economía, como todo parece indicar, marcha hacia otra crisis mayúscula. El autoproclamado gurú que le daba clases al mundo entero viene demostrando que solo sabe pedir dinero prestado, endeudando nuestro futuro y el de nuestros hijos, para fugarlo al exterior o dilapidarlo, sin dedicar un centavo al crecimiento económico, al desarrollo, a mejorar la vida de su gente. En este caso, si votás a los candidatos de La Libertad Avanza a pesar de tus valores y convicciones —como quien dice "a regañadientes" o "tapándote la nariz"—, podés llegar a encontrarte en la poco envidiable situación de descubrir que los vendiste por nada.
La elección es tuya.
Fuente: Diario Perfil

