Rodolfo Pousá, designado presidente de TelAm a principios de año por el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, habló con la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas y aseguró que "se va tomando conciencia de que la agencia no es del gobierno, sino del estado"
A seis meses de haber iniciado su gestión en la presidencia de TelAm, ¿nos puede describir el estado con el que se encontraron las diferentes áreas de la empresa?
Encontramos una agencia, que desde el punto de vista de la gestión administrativa, estaba totalmente desarticulada. Esto nos provocó, en su momento, algunas situaciones complejas y difíciles de resolver. Por ejemplo, una de las primeras reuniones que mantuve en esta misma oficina después de asumir fue con la auditora interna de la agencia, a quien le pregunté si me podían explicar cuál era la situación económica y financiera de la empresa. Como respuesta obtuve una sola palabra: “No”.
Cuando consulté por qué no podía decir cuál era la situación real, me explicó que el sistema administrativo contable sobre el que se basaba la gestión, implementado en 2015, no era apto para la operación de la agencia, en la que se gestionaron más de los 2.000 millones de pesos, solo en publicidad. Y que además es una empresa con 1.000 empleados, con un costo operativo diario de 2,5 millones de pesos. Entonces con un sistema no apto para la gestión de esa estructura de costos, tardamos un poco en ver y analizar la situación real de las distintas áreas. Nadie me podía dar un número confiable de la verdadera situación de la agencia.
¿Pudieron solucionar ese problema inicial?
Si, progresivamente hemos ido trabajando para reconfigurar el sistema y adaptarlo. Al comienzo de mi gestión, preguntaba cuánto debía la empresa en pauta publicitaria y de un día a otro esa cifra cambiaba. Era imposible planificar y gestionar con esa falta de información. No se sabía cuál era la verdadera deuda de la empresa ni tampoco cuales eran los deudores de la agencia, aparecían facturaciones duplicadas, etc.
Tuvimos que empezar a reconstruir el sistema administrativo de gestión de cero. Pero se hacía muy difícil. Lo más grave era trabajar con números no confiables, que en nada coincidían con los documentos. Recién ahora, después de seis meses que estamos acá, estamos empezando a tener un conocimiento razonable y aceptable para saber cuál es la situación. Recién ahora hay información aceptable. Estamos migrando el sistema a uno confiable. Pero de acuerdo a lo que me dicen del equipo de Sistemas, aun van a tardar tres o cuatro meses más en terminar de instalar totalmente el nuevo programa y terminar la migración de todos los datos que tenemos. Fue una situación extremadamente difícil, además nos encontramos con contratos que no nos quedaban muy claro cómo fueron operados. De hecho, eso me llevo a que yo efectuara varias denuncias ante la justicia.
¿Qué clase de contratos denunció?
Hicimos varias presentaciones en la Oficina Anticorrupción. Pero hubo otros casos en los que me presenté directamente en el fuero penal y, últimamente, hace de esto pocos días, hicimos una presentación en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
Este último caso es un contrato que se vino arrastrando desde el año 2008/2009, vinculado con la instalación de un sistema para la administración de la pauta publicitaria. El sistema que se ofrecía a la empresa era de los denominados “llave en mano”. Esto significaba la instalación de hardware y software, además de un espacio edilicio en pleno centro porteño. Estamos hablando de un contrato con un valor inicial de 45 millones de pesos. De ese monto, se entregaron como anticipo 15 millones, en una gestión anterior. Cuando yo pedí a Sistemas saber dónde estaban los equipos y programas, me enviaron un memorando interno donde decía que no había nada. Y hasta ahora no se sabe dónde están, si es que alguna vez estuvieron
¿Podría dar más detalles de la denuncia?
El hecho es que esto es una operación con una empresa que se llama COS S.A., que tiene su base en España y opera en varios países latinoamericanos. Acá tenía un representante que, según me informan, no es fiable. El contrato se vino arrastrando desde 2008 en los distintos balances. Los primeros días de diciembre del año pasado, cuando ya se sabía que se venía el cambio de gestión, la gerente de Legales, que estaba en ese momento, hace una presentación en la justicia. Inicia una acción contra esta empresa por incumplimiento de contrato. Cuando nosotros revisamos toda la documentación, primero me dicen que todo lo que hay son fotocopias, no originales. Segundo, me señalan es que está hecha la denuncia y que nunca se pagó la tasa de justicia, que por esa operación es de 450 mil pesos. Por otro lado, me ponen en alerta: como no se corrió la demanda a la empresa, ellos no saben nada. Al mismo tiempo, me advierten que, dada una negociación que existió, la empresa podría a su vez iniciar una contrademanda con los valores actualizados. Esto pondría en riesgo a la agencia por alrededor de 90 o 100 millones de pesos. Se planteaba una situación en la que nosotros teníamos que tomar una decisión: desistir o permanecer con la demanda. Con esta investigación, el primer paso que decidimos fue presentar toda la documentación en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, y que determine si hubo o no delito.
Por suerte mantuvimos diálogo con el juzgado que tiene la denuncia y, parece que el juez no accionaría y extendería los plazos hasta que haya una resolución de la Fiscalía. De cualquier forma, pensábamos desistir de la acción pero no del derecho. Esta es probablemente una de las operaciones más complejas.
Después tenemos operaciones más pequeñas que detectamos, como presuntas irregularidades en la contratación de sistemas de seguridad, del sistema de limpieza, etc.
¿Cómo era la situación en el área periodística? ¿Qué hicieron y qué están haciendo para profesionalizarla?
Lo que encontramos apenas llegamos era una agencia destinada básicamente a la propaganda política. Lo cual significa que nos encontramos con una redacción politizada, adaptada a ese esquema. Por poner un ejemplo anecdótico: el primer día que llego junto con Ricardo Cárpena, mi vicepresidente, hacemos una recorrida por la redacción. A la primera sección a la que entramos fue Turismo, y el jefe de la sección me mira y me pegunta: “¿Voy a poder escribir sobre turismo internacional?”. Obviamente me quedé sorprendido, y le dije “Claro. Tenés que hacerlo”. Ante mi respuesta, el jefe me dice: “Lo que pasa es que antes no me dejaban. Sólo podíamos escribir sobre temas locales”.
Hubo muchas situaciones insólitas, como lo que sucedió cuando vino gente de la agencia Associated Press a comprar fotografías del archivo, y no se las vendieron porque se trataba de una empresa estadounidense.
Nosotros lo que decidimos fue un cambio de gestión, revisando y reconfigurando el sistema administrativo. Y desde el punto de vista periodístico incorporamos un grupo de profesionales independientes y reconocidos, que se han puesto al frente de cada una de las secciones para encauzar progresivamente el perfil editorial de la agencia como una empresa basada en los principios democráticos y republicanos, en el federalismo, y esencialmente en el pluralismo. Ese está siendo el trabajo que actualmente estamos desarrollando.
Yo estuve al frente de la agencia hace 15 años con otro contexto. Claramente estamos en un escenario diferente. En estos últimos quince años se produjeron modificaciones desde el punto de vista tecnológico. Hay excelentes valores periodísticos dentro de la agencia. Nosotros estamos apoyados fuertemente en esos valores, en esos trabajadores. Y hay otros que se van encauzando en la medida en que va pasando el tiempo y que ven el perfil que tiene la agencia. Se va tomando conciencia de que la agencia no es del gobierno, sino del estado y es conducida en esta época por profesionales independientes y con experiencia.
¿Cuál es su visión del rol de las agencias informativas en la era de Internet?
Yo tengo cierta facilidad porque gran parte de mi vida profesional ha transcurrido dentro del ámbito electrónico. Si bien he trabajado en gráfica, toda mi actividad la tuve en la televisión, en Canal 13, Multimedios América, Canal 9, Canal 11, Canal 7. Por ello me resulta mucho más fácil y accesible entrar en el plano de las nuevas tecnologías, más allá de que es un tema que me atrae, me gusta y me dediqué a estudiarlo.
Es claro que lo que está ocurriendo con los medios, en particular los gráficos, están en un proceso de achicamiento estructural generado primero por la necesidad de reducir costos y, por el otro lado, por una tendencia que ya es inevitable: la gente está dejando de leer el diario en papel y ha comenzado a ver la información en las pantallas, especialmente la del teléfono celular. Esto es el futuro.
La agencia está cruzando las fronteras. La agencia era un abastecedor de los medios tradicionales. Al cambiar los medios tradicionales, y con los fenómenos de la nueva tecnología, ahora les resulta más fácil.
Mientras se achican los medios tradicionales, las agencias de noticias cada vez ocupan más lugar porque tienen mayor facilidad de transformación por su capacidad de abastecimiento a los nuevos medios que siguen ingresando. En todo el mundo las agencias de noticias están cambiando y ahora también se dirigen directamente a la audiencia. Por ejemplo, la agencia EFE en la actualidad tiene 3.000 empleados, con 150 corresponsales distribuidos alrededor del mundo, y en su portal de forma directa acceden 148 millones de visitas.
¿Qué otros planes tiene en su gestión?
Pienso que con las agencias va a suceder lo mismo que con el resto de los medios, que van a cobrar a los usuarios para que accedan a su contenido. Abasteceremos a los medios con una determinada información y abasteceremos al mercado con otro determinado tipo de información.
En ese contexto, nuestra intención es internacionalizar la agencia. En este momento, que el mercado latinoamericano no tiene una agencia latinoamericana de noticias, nosotros estamos en condiciones de poder prepararnos para acceder a ese mercado. Estamos ante una oportunidad histórica. Y que esta oportunidad nos podría permitir ubicarnos geopolíticamente ya que podemos generar una agencia internacional latinoamericana. Así, podríamos ver al mundo con ojos latinoamericanos y presentarnos ante el mundo con ojos latinoamericanos.
Fuente: AdEPA