La semana pasada comenzó a funcionar la mesa central con los editores jefes, a cargo de la generación de contenidos de Clarín. Más allá de las estridencias de los anuncios y las accidentadas renuncias, la manera de trabajar no se modificó mucho, salvo para los integrantes de la conducción y para los jefes que deben comenzar las reuniones temprano.
En la nueva estructura se pueden percibir -a tono con la política del diario en los últimos tiempos- poca promoción interna, búsqueda afuera para cubrir los espacios nuevos y también los huecos provocados por el éxodo de los compañeros. A eso se agrega la breve cantidad mujeres que dirigirán el nuevo proyecto.
La mesa central está integrada en su mayoría por quienes eran los jefes de las secciones, sumado al regreso de Fernando González. A pesar de las expectativas que generaban los anuncios, no hubo ninguna sorpresa.
Nadie fue promovido desde las secciones a algún cargo intermedio, algo que provoca frustraciones en muchos compañeros. Vemos como ante la falta de incentivos, el ambiente ministerial se adueña peligrosamente de todo el diario. Nuestra redacción tiene un 40% de mujeres, muchas de ellas muy talentosas. Es difícil pensar que salvo Silvia Fesquet ninguna esté preparada para sumarse a alguno de los cargos que contempla la nueva estructura. Muchas periodistas del diario son requeridas por otros medios, editoriales y fueron premiadas, pero curiosamente en la empresa en la que trabajan no son valoradas de la misma manera.
Leemos atentamente que gran parte del proyecto está relacionado con el desarrollo de la web y las redes sociales, algo natural en las nuevas formas de publicar todos nuestros contenidos. Pero allí también nos llama la atención la poca convocatoria a la gente propia. Como sucedió en todos los últimos cambios, los compañeros que vienen trabajando en Clarin.com desde el comienzo no fueron consultados ni siquiera para testear opiniones, ajustar y mejorar la propuesta. Tampoco ninguno fue incorporado a ninguna de las mesas.
Comisión Interna de los trabajadores de AGEA