La Patria, amigos, es un acto perpetuo como el perpetuo mundo. ( Aunque) nadie es la patria, pero todos lo somos (Jorge Luis Borges). (Por eso), sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea el lobo del hombre, sino su hermano (Rodolfo Walsh). (Donde) los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. (José Hernández). Una Argentina que lucha por su destino, y que padecemos orgullosamente los que la amamos. El porvenir de esa criatura depende de nosotros, y muy particularmente de las nuevas generaciones (Leopoldo Marechal).
(Nuestro país) tiene las magníficas cualidades de un pueblo joven en expansión (María Rosa Oliver). (Y) la conciencia del pueblo sabe adónde va aunque lo ignore cada uno de los individuos que lo componen (Scalabrini Ortiz). Es imposible que el ser humano deje de sentir la necesidad de pelear contra la injusticia y de defender la dignidad (Juan Gelman).
Porque únicamente la democracia puede preservar a un pueblo del horror (Ernesto Sábato). El escepticismo es un lujo de minoría. Que nada ni nadie nos haga renunciar a nuestros ideales. (Roberto Arlt). Y los ideales son la única forma de saber que estamos vivos (Osvaldo Soriano).
Mucha gente no corresponde con esa idea del argentino que nos hacemos, pero siempre tiene que ser así; no somos muñecos hechos de un mismo molde. (Adolfo Bioy Casares). Cada uno de nosotros tiene derecho a ser diferente. Y de nuestro derecho a ser diferente emana la obligación que tienen todos los demás, de respetar y alentar y amar nuestras diferencias (Carlos Grünberg; modificado el “mi” por “nosotros”). Hay que romper, como Abraham, una y otra vez los ídolos. Respetar el modo de ser, de pensar, de sentir y de vivir de cada otro (Eliahu Toker). (Y saber que) cada uno es responsable por toda la libertad, por toda la solidaridad, por toda la dignidad, por toda la justicia y por todo el amor en el mundo (Aída Bortnik).
La Libertad no tiene nombre, no tiene estatua ni parientes. La Libertad es feroz (Raúl González Tuñón). (En nombre de esa libertad), necesitamos llevar hasta sus límites más extremos las posibilidades de la imaginación en todos los campos (Julio Cortázar). Todo censor es un ladrón de nuestro derecho a la imaginación, que debería ser constitucional (María Elena Walsh). Pero sin olvidar que la libertad no se puede concebir, si no es algo que se sustenta en la responsabilidad (Martha Mercader).
El momento presente no tiene más fundamento que su parentesco con el pasado (Juan José Saer). Por eso es tan importante divulgar nuestra historia y conocer el pasado para comprender el presente (Martha Mercader). (Siempre con la verdad). Porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero (Julio Cortázar): la mentira origina el miedo y el miedo la mentira (Silvina Ocampo).
A veces el motor que empuja la vida hacia delante es el estar absolutamente convencido de que el camino por el que se va es seguro, que las verdades por las que se lucha son esencialmente verdades (Héctor Tizón). La memoria, al elegir lo que conserva y lo que desecha, no sabe de casualidades (Osvaldo Soriano). Sólo está muerto aquello que definitivamente hemos olvidado (Tizón). El tiempo pasa con su escoba de olvidar y algunos la agarran. No es difícil barrer los recuerdos que las circunstancias tornan molestos (Juan Gelman).
Y sin embargo, somos nuestra memoria (Borges). Dime qué recuerdas y te diré quién eres (Victoria Ocampo). Solo una cosa no hay: es el olvido (Borges).
El 18 de julio de 1994 se acabó el sueño, comenzó la pesadilla. Vociferan los escombros y el agua incolora, inodora, insípida, arrastra ahora espanto y sangre. (Toker) (Veintitrés años después) solo quedamos esperando una sonrisa, un gesto. Ese silencio hace despertar en nosotros la esperanza de que tal vez, un día, ya no existan los enemigos (Luis A.Spinetta). (Veintitrés años después) no nos mueve el resentimiento ni el espíritu de venganza; sólo pedimos la verdad y la justicia (Sábato) . ¿Son utopías? ¿Asignaturas pendientes? No importa el nombre que se les dé. Son deudas que tenemos con nosotros mismos (Soriano). Argentina se simboliza en dos tiras celestes y una blanca: como si dijera ¡justicia, paz, justicia! (Sarmiento). Por eso, (veintitrés años después), estrictamente ese trabajo, ese deber: la justicia (Leónidas Lamborghini). Solo una cosa no hay: es el olvido (Borges).
Los actores que participaron son: Facundo Arana, Cristina Banegas, Valentina Bassi, Leonor Benedetto, Max Berliner, Antonio Birabent, Nicolás Cabré, Gloria Carrá, Luciano Cáceres, Luciano Castro, Lidia Catalano, Gabriel Corrado, Lito Cruz, Alejandra Darín, Ricardo Darín, Federico D´ Elia, Emilio Disi, Nancy Duplaá, María Fiorentino, Dolores Fonzi, Guillermo Francella, María José Gabin, Gustavo Garzón, Juan Pablo Geretto, Esther Goris, Antonio Grimau, Martina Gusman, Karina K, Silvia Kutica, Osvaldo Laport, Juan Leyrado, Luis Luque, Luis Machín, Leonor Manso, Jorge Marrale, Peto Menahem, Mercedes Morán, Laura Novoa, Osmar Nuñez, Mario Pasik, Florencia Peña, Carla Peterson, Diego Peretti, Andrea Pietra, Enrique Pinti, Guillermo Pfening, Carlos Portaluppi, Arturo Puig, Diego Ramos, Gerardo Romano, Cecilia Roth, Martín Seefeld, Roly Serrano, Griselda Siciliani, Soledad Silveyra, Jazmín Stuart, Adrián Suar, Eugenia Tobal, Ángela Torres, Violeta Urtizberea y Eleonora Wexler.
Créditos del proyecto “Libro de la Memoria”
Idea y Realización General: Elio Kapszuk
Producción: Gabriel Scherman, Elio Kapszuk, Fernando Sokolowicz, Ana María Shua, Natasha Tieffenberg, Gonzalo Rodríguez Bubis
Producción general: AMIA, Aleph Media S.A., Alta Definición Argentina, .Tiff Prensa y Comunicación
Dirección: Matías Bertilotti
Guión: Matías Bertilotti, Ana María Shua, Gabriel Scherman, Elio Kapszuk
Texto y selección de citas: Ana María Shua
Música original: Lito Vitale