Los trabajadores sindicalizados del periódico La Jornada avalaron irse a huelga con 133 votos a favor, 64 en contra y seis abstenciones.
Los trabajadores explicaron que la empresa Desarrollo de Medios (Demos) ha realizado recortes de hasta 45% de las prestaciones a más de 200 empleados desde enero.
Ante estás condiciones, Judith Calderón, secretaria General del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) indicó que "55 que decidieron retirarse, y por eso los trabajadores votaron por la huelga; pero, además porque hicieron un ofrecimiento del 35% en 15 cláusulas o del 35% en todo el contrato, lo que significaría que Demos dejaría de pagar entre 28 y 30 millones de pesos".
— E-Vil (@twiterikmx) 1 de julio de 2017
En ese contexto, el reportero Enrique Méndez de dicho medio publicó en Twitter que "los jornaleros", continúan con sus actividades.
— Enrique Méndez (@Enrique_Mendez) 30 de junio de 2017
A partir de enero de este año, indicó el abogado del (Sitrajor), José Luis Contreras Montes, Demos comenzó a descontar hasta 50% de las prestaciones de los trabajadores sin ninguna razón ni consulta, argumentando que la medida tenía que ver con evitar la quiebra de la empresa.
"Desde hace seis meses veníamos negociando para que se pudiera resolver esta situación, ellos a partir de enero sin ningún consentimiento empezaron a descontarle a la gente el 100% de sus prestaciones, únicamente dejándoles su salario. Cosa que es ilegal porque no tenían un autorización legal de junta y esa autorización la obtuvo hasta el 31 de mayo, pero no esta firme porque está todavía en amparo".
Trabajadores del diario La Jornada a huelga. En defensa de derechos laborales. pic.twitter.com/USJFCmwBWZ— E-Vil (@twiterikmx) 30 de junio de 2017
La compañia le debe alrrededor de 12 millones de pesos desde enero, nadamás de las prestaciones de los trabajadores, más a parte la deuda que adquirió Demos, "algo que nunca aclaró en el juicio y que hay que tomar en cuenta".
"En el juicio la empresa jamás acreditó esa situación tan mala económicamente. Su único argumento es que quienes tienen la culpa de que la empresa esté mal la tienen los trabajadores, sus salarios y prestaciones, cuando cualquier funcionario gana diez veces más que cualquier trabajador".
Indicó que cerca de 280 trabajadores se vieron afectados, de los cuales 55 renunciaron por la reducción de sus prestaciones. Además, dijo, las liquidaciones no se las han pagado por completo.
Señaló que el contrato que tienen los trabajadores se acordó desde hace 31 años "todo lo que tienen ahora se lo han ganado a los largo de esos 31 años, no se los regalaron".
Además, destacó que entre otras irregularidades están que, tras los asesinatos de los periodistas y colaboradores de La Jornada, Javier Valdez y Miroslava Breach se destapó "que ni siquiera tenían seguro de vida. Eran tratados como corresponsales sin ninguna prestación y seguro de vida".
Finalmente, Judith Calderón señaló que esperarán que las negociaciones continuen ya que, dijo, "tan sólo en el recorte que la empresa hizo a prestaciones se dejaron de pagar catorcenalmente 2 millones 600,000 y se dejó de pagar 28 millones de pesos (US$ 1,6 millones) con el recorte que se nos impuso".
Mataron al diario "La Jornada"
Por: Ricardo Alemán
No, no murió de muerte natural; la mataron.
Y es que los dueños de La Jornada podrán presumir su maestría en el arte del esquirolaje, podrán burlar a trabajadores y empleados que se fueron a huelga, y hasta podrán ser y hacer hoy todo lo que criticaron a los 20… pero lo cierto es que La Jornada ha muerto.
Y no murió de muerte natural, la mataron.
Mataron al mejor diario independiente del México de los años 80, referente de la izquierda democrática, que dio voz a los que no tenían voz y fue capaz de abrir los ojos y las mentes a los más vigorosos cauces de la alternancia en el poder, cuando pocos creían en alternancia y democracia.
La bandera rojinegra en La Jornada. Por los derechos laborales. Q caiga la cúpula mafiosa de Carmen Lira. pic.twitter.com/NyWR1zZp8o— E-Vil (@twiterikmx) 30 de junio de 2017
Mataron al emblema del periodismo para el ciudadano de la calle, periodismo que antes que empresa mercantil fue un delicado equilibrio entre la empresa, la responsabilidad social y la más saludable competencia de las ideas.
Mataron a la más perfecta maquinaria para mostrar la verdad social y política, para producir la más apabullante pluralidad de ideas y estimular la tolerancia entre la diversidad; mataron a la fábrica del mejor periodismo que se hizo en años y mataron la mejor escuela de periodismo del último cuarto de siglo.
A La Jornada la mató una camarilla de ambiciosos sin límite, con Carmen Lira a la cabeza, quien desde 1996 convirtió al diario en casa y causa del periodismo militante y quien hizo una trinchera partidista con la línea editorial.
Y si dudan, quebrada La Jornada, AMLO respalda a su comadre, Carmen Lira, y deja en la calle a los trabajadores. Homenaje de cuerpo completo al gran José Emilio Pacheco. Y es que La Jornada, sus dueños y beneficiarios —como AMLO— “son todo aquello que criticaron a los 20 años”. Esquiroles sin pena y patrones sin vergüenza.
Mataron a La Jornada con periodismo panfletario, militante y rencoroso como el del 3 de octubre de 2017, cuando olvidaron una sola línea a la muerte del gran Luis González de Alba.
Así lo dijimos: “Para esa brillante prensa que milita, cuyo periodismo es de causa y consigna, la muerte no existe si ellos no publican que la muerte llegó por tal o cual; no importa si fundó ese diario; si fue amigo entrañable del director fundador, si ayudó a muchos que hoy no se atreven a reportear su muerte o recordar su vida.
“Prensa de consigna y mezquindad dictatorial, de venganza, que obedeció la consigna de no mencionar la muerte de uno de sus pilares fundadores.
— E-Vil (@twiterikmx) 1 de julio de 2017
“Prensa que hizo el mejor favor posible a Luis González de Alba —al no reportear su muerte y no recordar su vida—, porque con esa soez omisión le dan la razón al gran Luis, que seguro vuelve a morir, de risa, con un socarrón: ‘¡Se los dije!’”.
Y al brillante periodismo de Carlos Payán y Carmen Lira solo faltó una Rayuela con la consigna. “¡Falso..! ¡No murió Luis González de Alba!”
Podrán publicar La Jornada. Pero La Jornada está muerta. La mataron.
Al tiempo.
Fuentes: El Economista, Milenio, Señales