La demanda por 2200 millones de pesos continúa estancada en la Corte Suprema, que no decidió aún qué fuero la llevará. Es la más voluminosa de las que afronta la Asociación del Fútbol Argentino
Por: Gustavo Veiga, gveiga12@gmail.com
El juicio del Grupo Clarín contra la AFA por la rescisión de los derechos televisivos del fútbol cumple cinco años. Sigue en la Corte Suprema sin que se defina qué fuero lo llevará y va para largo porque las partes en litigio hicieron apelaciones y recusaciones por demás. Una de esas chicanas judiciales fue la carta de pobreza que presentó el multimedios para litigar sin gastos –apeló a la llamada carta de pobreza– y de ese modo evitar pagar la tasa de justicia del 3 por ciento sobre el monto que reclama. Hasta ahora el recurso le fue denegado en dos instancias. La cifra de la demanda, sin actualizar, asciende a 2280 millones de pesos, unos 248 millones de dólares al cambio oficial de hoy. Pero podría ser aún mayor por otros reclamos. La carátula del expediente es “Televisión Satelital Codificada (TSC) contra AFA sobre ordinario”. De este pleito se desprende también la relación comercial que mantenían hasta que estalló el escándalo de la FIFA, Alejandro Burzaco y el grupo.
De todos los juicios que afronta la AFA –se cuentan por decenas– el de la empresa en la que son socios Clarín y Torneos y Competencias ocupa el primer lugar del ranking en cifras. Según el acta de directorio 315 del 3 de abril de 2014, el presidente de TSC es Jorge Alberto Pose. El mismo que también figuraba al 17 de julio del año pasado como uno de los directores titulares de TyC. Ese día, Burzaco había sido elegido para continuar al frente de la productora, vendedora de contenidos y propietaria de derechos de TV, según la asamblea general ordinaria Nº 53. Hasta que lo despidieron del cargo.
El empresario acaba de pagar 20 millones de dólares de fianza en Estados Unidos para evitar ir a la cárcel por un delito que él niega: el pago de coimas millonarias a dirigentes de la FIFA y la Conmebol con el objeto de controlar los derechos de imagen de torneos de fútbol como la Copa América.
En la AFA piensan que el Grupo Clarín quiere extender los plazos del proceso hasta encontrar una salida favorable con el próximo gobierno. “Buscan una definición política, que esto no termine en la Justicia”, le confió una fuente de la Asociación a Página/12. La Corte Suprema debe decidir si la demanda queda en el fuero comercial o pasa a la Justicia Federal, como pidió en su momento la Jefatura de Gabinete, depositaria de los derechos que tiene el Estado nacional desde el 1º de septiembre de 2009. Hoy la causa está radicada en el Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 1 a cargo de Alberto Aleman, pero sujeta a aquella decisión del máximo tribunal.
Según el expediente, TSC, además de que pretende evitar el pago de la tasa de justicia –serían 64.800.000 pesos, aquel 3 por ciento de la suma reclamada–, pidió la inconstitucionalidad del cobro de sellos. En la AFA argumentan: “La empresa lo hace para demorar”.
Está claro que si el pleito lleva cinco años es porque pasó por diferentes juzgados desde que comenzó. Al juez del Nº 7, Fernando D’Alessandro, lo recusó en su momento la AFA. Entonces el expediente se mudó al Juzgado 1 de Aleman. Pero su declaración de incompetencia generó que la causa pasara al 9, de Paula Hualde. Como TSC recusó a la magistrada, el sorteo del juicio hizo que cayera en el 16 de Jorge Juárez, quien también se declaró incompetente. La causa volvió entonces al juez Aleman, pasó por la Sala F de la Cámara Comercial que integran Juan Manuel Ojea Quintana, Alejandra Tevez y Rafael Barreiro y ahora está en la Corte.
El Grupo Clarín intenta cobrarle a la AFA 12 millones de pesos por cada fecha de fútbol que no pudo transmitir desde la rescisión oficializada el 11 de agosto de 2009. Son 38 jornadas por temporada multiplicadas por cinco años. Esto porque el vínculo entre las partes finalizaba el 1º de agosto de 2014. De ahí surge el monto reclamado de 2280 millones, unos 456 millones anuales.
Julio Grondona creía –y se lo decía a sus asesores más cercanos– que el multimedios no iba a demandar a la AFA. Lo presumía, acaso inspirado en su histórica relación comercial con TyC, propietaria del 50 por ciento de Televisión Satelital Codificada, pero que no acudió a la Justicia y mantuvo una relación solapada con la asociación estos últimos años. Contribuyeron a ello el ex presidente de la AFA y Burzaco, que se entendían muy bien. Igual que como lo hicieron primero Grondona y el hacedor de Torneos, Carlos Avila. O después el ménage à trois de aquellos dos y Clarín. La relación terminó muy mal, aunque duró mucho tiempo: 18 años, entre el 19 de abril de 1991 y el 11 de agosto de 2009.
Si el grupo que controla con ojo de águila Héctor Magnetto ganara el pleito en la Justicia donde invoca daños y perjuicios, dejaría en el umbral de la bancarrota a la AFA. Pero la asociación respondió con argumentos que ya brindó en un extenso escrito de 247 carillas, basado –en parte– en lo que decía su memoria y balance del ejercicio 2008-2009. Algunos de sus reclamos son:
Que TSC no cumplió con su obligación de potenciar los ingresos. Que benefició a sus cableoperadores vinculados en perjuicio de la AFA. También puso en duda que TSC le facturara el fútbol codificado a una importante cantidad de cables independientes. Que incumplió la entrega de facturas con fines informativos requeridas por la AFA. Y que la señal de TyC Max tenía presencia en otros países y sus ingresos no eran declarados por TSC a la AFA.
La rescisión resultó beneficiosa para el fútbol nacional en agosto de 2009. En aquel momento, el Estado casi le triplicó el monto del contrato que recibía. La última oferta de TSC había sido de 268 millones de pesos por la temporada 2009-2010, unos 30 millones más que en la anterior, más el pago de un adelanto de 45 millones en tres cheques para evitar un conflicto con Futbolistas Agremiados por deudas impagas con diferentes planteles.
Hoy, aunque sin amenazas de huelgas tangibles, los clubes siguen muy endeudados. Solo a la AFIP le deben alrededor de 200 millones de pesos de acuerdo a la moratoria fiscal que venció a fines de junio. En 2014 la AFA recibió 975 millones de pesos del Fútbol Para Todos y sus instituciones afiliadas le siguieron pidiendo a cuenta. Los dirigentes tampoco pueden argumentar que el dinero que reciben por los derechos es insuficiente en relación al espectáculo que presentan. Ya no tienen al patrono de Sarandí mirando de reojo las cuentas. Ni con la caja de zapatos donde guardaba los cheques.
Del escándalo de la FIFA se desentendieron como si no afectara a un socio omnipresente como Burzaco, a dos empresarios más periféricos como Hugo y Mariano Jinkis y a un par de dirigentes que fueron muy cercanos a Grondona, cada uno a su tiempo: Eduardo Deluca y José Luis Meiszner, investigados en la causa que se ventila en Estados Unidos. A todo este combo debe agregarse la hipoteca imprevisible del juicio de Clarín. Tal vez se la veían venir. Por eso deben pensar: que el último apague la luz.
Foto: La Razón
Fuente: PáginaI12