Informe de Libertad de Prensa 2010
A continuación, consignamos en forma textual las conclusiones del informe que brindó, durante la 48a. Asamblea de AdEPA, el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Dr. Carlos Gamond
Nunca, en estos 27 años de vida democrática, la tarea de los medios de comunicación, la de los periodistas y la expresión de opinión crítica, ha sido tan degradada por el Gobierno Nacional y ciertos grupos de presión como en los últimos tiempos.
Podemos escribir y decir lo que pensamos, pero en un escenario tenso, de presiones directas e indirectas, en el que percibimos un ánimo de cooptación, confrontación y revancha de un gobierno que ha elegido al periodismo como enemigo, y busca debilitar sus funciones de contrapeso y de vehículo de auditoría social.
En el límite del pudor se pretende obligar a periodistas a que reivindiquen su honestidad y buena fe en el ejercicio profesional. Varios de ellos han sido víctimas de amenazas, escraches e interferencias de todo tipo. Otro tanto ocurre con editores que afrontan campañas de desprestigio. Sobre estas mismas cuestiones alertamos ya a la sociedad y los poderes públicos en nuestro documento de abril del presente año. Saludamos a aquellos colegas en quienes reconocemos además la templanza de ánimo y prestancia con las que afrontaron tan lamentables hechos.
En la tarea de informar, aunque moleste a los que ejercen el poder, no debemos ni queremos disimular la existencia de expectativas sociales frustradas. Entre otras, la superación de la pobreza, la atención satisfactoria de la salud, la inversión estratégica en educación. Y no sólo eso: la erradicación de la corrupción y una respuesta efectiva a la situación de inseguridad y de indefensión social frente a la droga que daña física y mentalmente a los jóvenes y causa estragos en familias y comunidades.
Reivindicamos, en suma, como ciudadanos, el derecho de informar y expresar nuestros ideales y esperanzas. En otras palabras, el anhelo de hacer realidad la democracia republicana, consagrada por la Constitución Nacional, y que dé lugar a la equidad, la justicia, la redistribución genuina de la riqueza, la igualdad de oportunidades, la preservación del medio ambiente y todo cuanto sea necesario para contar con un país previsible.
Los medios no somos, ni debemos ser, amigos ni enemigos de los gobiernos; somos, sí, un vínculo natural entre las expectativas de la sociedad y las políticas de Estado. Sobre tan trascendentes cuestiones informamos con toda la amplitud a nuestro alcance y publicamos comentarios y opiniones editoriales a fin de contribuir a la orientación de los lectores. Es más: los destinatarios de nuestros mensajes tienen abierta, de diferentes maneras, las páginas de nuestras publicaciones para manifestar su pensamiento, muchas veces en contradicción con el nuestro propio.
De esa manera, no hacemos más que ajustarnos al pacto fundacional que consagra los derechos y garantías del sistema de democracia representativa, republicana y federal. Ese carácter es incompatible con las intromisiones que el gobierno realiza, continua y sistemáticamente, en desmedro de los contrapesos institucionales en los que se sostiene la libertad de prensa.
La recuperación del equilibrio entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial que establece la Constitución, es esencial para la preservación de los derechos fundamentales de la ciudadanía. Entre ellos, debe ocupar un espacio estratégico el de informarse libremente.
En el terreno de los hechos
En el terreno de los hechos, AdEPA señala las inconsistencias del planteo de regulación del papel para diarios por parte del Estado. En el plano constitucional, el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso de la Nación viola la específica prohibición de dictar “leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal” (Art. 32 C.N.). La iniciativa también vulnera el Art. 14 de la Constitución Nacional y el Art. 13 del Pacto de San José de Costa Rica, incorporado a su texto.
En la dimensión lógica, la propuesta gubernamental está viciada por una insalvable contradicción. Es que al poner en manos del Estado mecanismos de control implícito en su rol de proveedor de papel a los medios gráficos, se invierten las funciones propias de la institucionalidad republicana. Ocurre que quién debe ser controlado por el periodismo se convierte en controlante del insumo básico de la prensa.
Hoy los medios cuentan con fluido abastecimiento de papel nacional e importado (sin aranceles), sistema que garantiza su funcionamiento. El problema de las pequeñas y medianas empresas periodísticas no radica en el papel, sino en una asfixiante estructura de costos agravada por el proceso inflacionario, la carga impositiva y la reducción de mercado.
Otro aspecto preocupante es el avasallamiento de las facultades del Congreso mediante una resolución ministerial sobre distribución y comercialización de publicaciones, que contradice las normas de la Constitución Nacional y de la ley 24.307.
En el período se ha profundizado el aumento desmedido de la pauta publicitaria oficial y su adjudicación discrecional. El Gobierno sigue utilizando esta herramienta sin parámetros equitativos y como instrumento político que privilegia el financiamiento de medios adictos. Las consecuencias se sufren aún más en el interior del país, que recibe una porción ínfima del gasto publicitario. También se multiplicó la utilización abusiva de los medios públicos, como elemento de estigmatización y persecución de periodistas y empresas periodísticas.
“El controlado no puede ser el controlador”
En la 48º Asamblea General Ordinaria de AdEPA se analizaron asuntos relativos a la industria de los medios impresos y renovar sus autoridades
Tras la aprobación de la Memoria y Balance al 30 de junio y del informe de Tesorería, el presidente de la entidad, Dr. Gustavo Víttori (El Litoral, Santa Fe), hizo una reseña de las actividades de los últimos doce meses, como también de los convenios firmados con otras instituciones.
En el habitual informe de presidencia y a manera de reflexión, se refirió al conflicto desatado en torno a la producción de papel para diarios.
Advirtió que “la cuestión central” no es el abastecimiento del insumo básico de los medios impresos, pues está garantizada por la producción local y el arancel cero para su importación, sino que “no es lógico que quienes tienen entre sus principales funciones controlar al poder, dependan del gobierno para obtener papel. En esa hipótesis, el controlado se puede convertir en controlador”.
Tras destacar que la libertad de expresión y de prensa “es estratégica”, ya que posibilita que “sean operativas las otras libertades”, el Dr. Víttori dijo que el Gobierno “tiene todo el derecho a comunicar sus convicciones, a contestar y refutar las críticas, pero no a convertirse en el controlador de quienes deben controlar su gestión”.
“Hay medios críticos, otros son afines al Gobierno, pero tengo la absoluta certeza que ayudan más a un Gobierno los medios críticos, que le dicen lo que está mal y lo que está bien, que los adictos que le dicen que todo está bien ”, subrayó.
Respecto al proyecto gubernamental de declarar de interés público la producción de papel para diarios, mencionó que esa iniciativa prevé la conformación de un Consejo Federal con la participación de las provincias y de las universidades nacionales.
“¿Qué tienen que ver las provincias y las universidades con la producción de papel?”, se preguntó, para inmediatamente advertir que “los diarios vamos a quedar en una turbulencia en la que participa todo el mundo, menos nosotros, vamos terminar dependiendo no sólo del Gobierno Nacional, sino también de los gobiernos provinciales y hasta de los municipales”
En el tramo final de su exposición, advirtió que respecto a ese proyecto del oficialismo “se van a organizar foros llamados de la libertad, donde todos opinan menos los que tienen directa incumbencia en el tema, ya que son avasallados por la militancia organizada”.
Pluralidad de voces en defensa de la libertad de prensa
AdEPA, que reúne a unos 200 editores de diarios y de otros medios impresos del país, es una cabal expresión de la pluralidad de voces y, en esa diversidad, la premisa común es la defensa de la libertad de expresión y de prensa
Así lo destacaron el presidente de la entidad Gustavo Víttori, José Claudio Escribano y Martín Etchevers al hablar anoche en el cóctel ofrecido por los diarios Clarín y La Nación a los participantes de la 48 Asamblea General Ordinaria de AdEPA, en el Clarigde Hotel, del centro porteño.
Como miembro del directorio de La Nación y ex presidente de AdEPA, Escribano resaltó “el espíritu de cuerpo” de los integrantes de la institución “en estos momentos que no son fáciles, especialmente para algunos y, sin embargo, hemos contado con el acompañamiento de todos”.
Recordó que AdEPA fue fundada en 1962 “con la voluntad de defender intereses comunes y en primer lugar, la libertad de prensa”. Destacó además que la institución “jamás les ha cerrado la puerta a ningún diario por sus ideas políticas o por su participación a favor o en contra de algún gobierno”.
“A título personal –dijo Escribano- quiero agradecer a Gustavo Víttori por su gestión al frente de AdEPA durante estos últimos años. Y no me caben dudas que las nuevas autoridades –agregó- continuarán con el camino trazado, porque esta institución es además un club de amigos, todos nos conocemos y nos tratamos con afecto”.
También estuvo presente el presidente del diario La Nación, Julio Saguier, quien conversó amablemente con los asambleístas.
Echevers, del diario Clarín y presidente de la Comisión Internacionales de AdEPA, dijo que “vivimos tiempos muy difíciles, casi de bisagra, donde muchas veces se pretende confundir el rol de los medios, ponerlos en falsas antinomias de que o son adversarios o militantes, o son enemigos o amigos”.
“En AdEPA – enfatizó- demostramos que desde la diversidad se puede coincidir que la misión del periodismo es informar, poder hacerlo desde la tolerancia, desde el disenso, respetar la opinión del otro y ese es el desafío que tenemos como sociedad”.
El presidente de AdEPA, Gustavo Víttori, describió a la institución “como una escuela de convivencia donde nos reunimos personas que pensamos diferente y pudimos mantenernos durante casi 50 años”.
Agradeció a quienes lo acompañaron en su gestión, destacó la incorporación de jóvenes en la institución, celebró que algunos ya estén tomando la posta para el recambio generacional y expresó augurios por “una buena Asamblea con ideas renovadoras y con fuerza de convicción para afrontar los próximos desafíos”.
Fuente: AdEPA