Por: Valeria García Testa
Aunque yo a mi padre le discutía a gritos, porque toda mi vida le dije lo que pensaba, es cierto que cuando él se va, uno surge, se libera, se le destapan un montón de aspectos
Trabaja todos los días desde la vereda de enfrente de Ámbito Financiero. El ventanal de su oficina da exactamente a la entrada del diario que fundó su padre hace 33 años. Desde que Julio Ramos murió, en noviembre del 2006, Claudio, su hijo mayor, alternó la administración del infierno sucesorio de los bienes paternos con el “submundo” futbolístico, como llama a la categoría C.
Antes de su muerte, Julio Ramos había armado una especie de supradirectorio de cinco integrantes, entre los cuales estaba Claudio, y al que en broma denominaban G5. A ellos, les dio una carta diciendo que si le pasaba algo, no continuaran con el diario. El mensaje era opuesto al que dejó en un video póstumo filmado 12 años antes, en el que alentaba a su equipo de Ámbito a seguir encolumnado detrás de Roberto García y alertaba a Claudio que tenía que llevarse bien con su mujer, Silvana Suárez.
Durante la internación de Ramos en septiembre del 2006, Suárez, madre de sus hijos menores Julia y Augusto y ya ex esposa, se encerró con un contador y un escribano en la terapia intensiva. Al enterarse, Claudio puso el grito en el cielo: “Esta mujer no tiene ninguna relación con mi padre, hay un divorcio vincular firmado”, le dijo al director de la prepaga. Justo en ese momento, apareció ella: “¡Te vas de acá o te saco por una ventana!”, la intimó y firmó una orden autorizando a entrar sólo a la entonces pareja de su padre, Diana Jure.
¿Se veía venir esa situación?
Sí, ya mi padre me decía. Pero yo no pensé que se iba a morir. Después agarré a los médicos y les dije “oigan, ¿para qué me mintieron?” Además, yo lo quería ir a ver y él me decía que no. Me había puesto como función juntar a los dadores de sangre y plaquetas, imagínese lo que consume un leucémico. Terminé mandando 80 dadores de sangre y 20 de plaquetas.
¿Qué le decía él cuando le pedía ir a verlo?
Que no, que la había visto a Julia una vez, lo iba a ver a Augusto y que a mí ya me había visto al principio. Incluso, mandó a limpiar el departamento con Lisoform porque pensó que salía. Creía que había 40% de probabilidades de zafar, 40% de tener tratamiento de por vida y un 20% de morir. Después, los médicos me contaron que ellos le habían pedido por favor que los dejara hablar con un familiar sanguíneo porque lo que tenía era grave y él les decía que no molesten. Al final no lo pude ver, pero sé lo que me hubiera querido decir porque me lo escribió en un papel: “Cuidá a tus hermanos menores”.
¿Cómo es su relación con Julia y Augusto?
Buena. Ella tiene 19, viene a casa, andamos en bicicleta o vamos a patinar sobre hielo. Con Augusto, de 18, fuimos a ver a Boca. Hasta diciembre, cuando por la nueva ley se convirtieron en mayores, la madre era un obstáculo tremendo entre nosotros, porque era su representante legal. Si les mandaba algo para fin de año, primero lo tenía que ver ella; hubo cartas que nunca les llegaron y si les enviaba un correo electrónico, me denunciaba ante la Defensoría de Menores. Desde que son mayores, nos manejamos más libremente.
Silvana Suárez dijo en su momento que usted quería tener una reunión con los chicos a escondidas, para que ellos la convencieran de que le vendiera su parte del diario.
Sí, que Roberto García y yo les queríamos lavar la cabeza. Paranoia total, jamás les tocamos un peso, todo lo que hicimos fue favorecerlos.
Tras el fallecimiento de su padre, Claudio le prohibió a Suárez entrar al diario. Mientras tanto, ella negociaba con Daniel Vila y José Luis Manzano y llegó a firmarle una preventa a Antonio Mata. “Un disparate, porque era ilegal”, recuerda.
…Cuenta que le encontró el gusto a lo periodístico y que, después del tropezón de su ópera prima, lo ganó el trajín en el diario. Pero ahora aspira a ser dirigente de Boca y, algún día, su presidente. También lo seduce la política y siente afinidad por Ricardo López Murphy, Carlos Reutemann, Felipe Solá y Paula Bertol. Califica de “inútiles” a De la Rúa y Chacho Álvarez, duda de que Lilita Carrió pueda administrar siquiera un polirrubro y dice que Carlos Menem ya está completamente terminado. A Néstor Kirchner lo ve como a “un tipo muy vivo, pero me parece que el país ha retrocedido 20 años”.
¿Qué piensa de la ley de Medios?
Me parece que está bien. Un liberalismo no puede funcionar con enormes monopolios que se convierten en un Estado dentro de otro. Al grupo Uno de Vila y Manzano, por ejemplo, no le interesa el periodismo sino usar al periodismo, yo los conozco.
¿No está de acuerdo con el Fútbol para Todos?
No le veo viabilidad, 800 millones de pesos por año… creo que Julio Grondona fue inducido a entrar en una pelea del gobierno con el grupo Clarín.
¿Piensa que lo de Grondona fue inocente?
Todos los actores tendrían que haber cedido una parte. La solución no era que todo lo pusiera el Estado.
¿Hubiera preferido que se mantuviera el monopolio de TyC?
Era negativo, pero viable.
Dice que no hubiera querido vender el diario, pero que lo hizo en abril del 2008 porque se quedaba sin el respaldo de Roberto García, y resume: “Ámbito sin Roberto no funciona, la realidad lo está probando”.
¿Tiene ganas de volver a Ámbito?
Le ofrecí al señor (Orlando) Vignatti trabajar gratis un año. Hace unos meses, le mandé una carta que le entregaron en la casa. Me parece que eso va muy mal. Era un diario hecho por profesionales, ahora está dirigido por aficionados.
¿Qué respuesta le dio?
Ninguna. Me imagino que habrá pensado que era la viuda que no puede vivir sin el diario, pero nada que ver, aunque extrañe editar las noticias, vivo muy tranquilo. Lo que pasa es que amo Ámbito Financiero, quiero mucho a la gente que trabaja ahí, me da mucho dolor verlo declinar.
Jura que no piensa sacar un nuevo medio y que, al irse del diario, se comprometió a no abrir otro por los siguientes 5 años: “No extraño el periodismo en sí, pero tengo un tremendo amor por Ámbito”.
Ver nota completa acá
Foto: Alfredo Nardini, Revista Noticias
Fuente: Revista Noticias