El proyecto legislativo sobre las escuchas telefónicas que ha impulsado el gobierno de Silvio Berlusconi está siendo examinado estos días en el Senado. La ley prevé penas de cárcel para los periodistas que publiquen el contenido de escuchas telefónicas.
Denominada "ley mordaza", la medida está siendo duramente criticada por la prensa italiana que está dispuesta a llevar la protesta hasta Estrasburgo, como señala en una entrevista con ABC el presidente de la Federación Nacional de Prensa Italiana (FNSI), Roberto Natale. Este periodista de 48 años que desde 2007 guía la FNSI está convencido de que este tipo de medidas se debe al conflicto de intereses que Italia vive con su presidente del Consejo.
¿A qué se debe la mano dura del gobierno contra los periodistas que publiquen escuchas?
Según el gobierno limitar las escuchas sirve para garantizar la privacidad de los ciudadanos. Es un pretexto. El motivo real es que se quiere paralizar la información sobre hechos que ponen en entredicho al gobierno. Las últimas escuchas hechas públicas están relacionadas con las concesiones del G-8 y de L´Aquila, y sobre cómo Berlusconi pedía que se cerrara un programa televisivo. Es decir, nada personal sino de interés social.
Pero a veces los periodistas italianos sí pecan de centrarse en la vida personal de los políticos.
Es verdad. Hay información personal que ha salido a la luz que objetivamente no era noticia. El problema es que la ley que quiere aprobar el Gobierno no resuelve este problema. Nosotros proponemos que se pueda hacer público el contenido de las escuchas prohibiendo que se publique información sobre terceros no relacionados directamente con el caso. Si esta ley se aprobara nos declararemos en huelga, y si es necesario iremos ante la Corte europea de Estrasburgo.
Ante este panorama, ¿podemos decir que existe libertad de prensa en Italia?
Sí, hay libertad en el sentido que se encuentran todos los periódicos en los quioscos y no hay tanques ante las redacciones. Pero si hablamos de independencia de la información podemos decir que en Italia no hay libertad como consecuencia del conflicto de intereses con el presidente del Consejo, Silvio Berlusconi. Berlusconi es un ejemplo de cómo el interés industrial pesa sobre la información.
¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan los periodistas italianos?
La censura y la autocensura. La censura porque el conflicto de intereses hace difícil ejercitar el trabajo, también como consecuencia de la ley sobre escuchas que castiga incluso con la cárcel la publicación de la transcripción de estas escuchas. La autocensura se debe a la falta de autonomía de los periodistas.
En cambio, ¿cómo ve el mundo de la información en España?
Yo lo que veo es que la influencia de Berlusconi ha llegado hasta allí. Lo que confirma la necesidad de unidad entre los periodistas, creando organismos que de forma internacional tutelen a los periodistas.
Fuente: Diario ABC
Fuente: Diario ABC