Hace más de una semana que el diario Crítica de la Argentina ha dejado de salir a la calle. Dado el curso de los acontecimientos, no es improbable que esta publicación, que en sus dos años de vida se caracterizó por su independencia y por revelar varios escándalos del kirchnerismo, ya no vuelva a salir a la calle
El detonante ha sido una medida de fuerza de sus 178 empleados en reclamo por el pago de sus salarios, pero la principal causa de este conflicto ha sido, según confiaron algunos de sus periodistas, la asfixia que sufrió el medio debido a que el Gobierno no sólo no le asignó publicidad oficial, sino que también habría presionado a anunciantes particulares para que no publicitaran en sus páginas.
La lamentable desaparición de Crítica coincide con la aparición, en tiempos en que el oficialismo les ha declarado la guerra a los medios de prensa que no lo complacen, de nuevos diarios cuya cercanía con el Gobierno no procuran ocultar.
Coincide también con un extraño y sintomático proyecto de resolución presentado por cuatro diputados oficialistas tendiente a pegarle el tiro de gracia al diario.
En efecto, los diputados Francisco Plaini, Antonio Alizegui, Juan Carlos Dante Gullo y Octavio Argüello esgrimen el pretexto de solidarizarse con los trabajadores de Crítica, pero en el proyecto 2001-D-2010, girado a la Comisión de Legislación del Trabajo, piden que el Gobierno suspenda la publicación de todo tipo de publicidad oficial en ese medio y "los pagos por dicho concepto, a la empresa en sí y muy especialmente al diario Crítica de la Argentina ".
Poco puede agregarse a la insólita e hipócrita transparencia de intenciones de estos diputados del oficialismo, quienes seguramente han plasmado en este proyecto los deseos del Gobierno. Cabe agregar que, paradójicamente, Plaini pertenece al gremio de los canillitas y que, junto con Gullo, integran la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados.
A lo largo de sus años en el poder, el kirchnerismo se ha cebado en su propia impunidad y ya no disimula sus ataques contra la Justicia y el periodismo independientes. Así, por ejemplo, ha convertido a Radio Nacional en una caja para pagar a comunicadores extremadamente allegados al Gobierno, que también se desempeñan en medios privados, y no ha dudado en fomentar escraches y otros ataques a periodistas. El incendio del automóvil de una periodista muy crítica del oficialismo, que trabaja en Santa Cruz, es un hecho tan preocupante como el silencio oficial ante semejante hecho.
Tan lejos ha llegado el Gobierno en su política de enfrentamiento como de captación, que hoy ya casi ataca a quienes no están con él desembozadamente.
Fuente: Diario La Nación