Por: Esteban Stanich
Más de un centenar de mujeres mueren asesinadas cada año ante los ojos vendados de un sistema para el cual, el feminicidio es notado –si es que se lo percibe- como un mero término del que se tiene una idea lejana. Esa misma distancia que la sociedad mantiene ante el macabro destino de tantas mujeres, entendidas por muchos, sólo cómo productos de arrebatos esporádicos de conocimiento y trascendencia mediática.
Cada tres días, se estima que una mujer es asesinada en el país por hechos vinculados a la violencia de género. Una realidad que no distingue clases sociales y que presenta una fuerte distorsión a partir -entre una multiplicidad de factores- del papel de los medios de comunicación, responsables desde su ignorancia o de su poco atrevimiento a revelarse a la cánones sociales imperantes, para asumir un rol que permita deshilachar el manto de consecuencias aparejadas por el mundo patriarcal en el que se vive inmerso.
“En la sociedad que vivimos, muchas veces, los periodistas no nos hacemos cargo que reproducimos prejuicios y que, a veces, tenemos herramientas para pedirle al Estado que se ocupe de lo que está pasando, aunque no lo hacemos. Como comunicadores criticamos lo que está mal pero no lo hacemos a nosotros mismos”. La reflexión pertenece a la periodista Marcela Espíndola, especializada en la problemática de género, quien el miércoles brindó una jornada de capacitación sobre el abordaje de los medios frente a esta situación en la Asociación de Prensa de Tucumán.
Consiente del rol –y la responsabilidad- que tienen los medios para alterar una realidad que muchos no quieren ver, Espíndola impulsa la consolidación de un periodismo con enfoque de género, a través del cual, se analice la información valorizando su impacto de manera diferenciada entre hombres y mujeres teniendo en cuenta la construcción social sobre sus roles.
Espíndola, quien forma parte de la Red Federal de Periodistas por una Comunicación No Sexista (PAR), entiende el papel clave de los periodistas constituidos en transmisores de un lenguaje “que el instrumento mediante el cual expresamos nuestros pensamientos”. “Si queremos una sociedad mas igualitaria e inclusiva, debemos utilizar un lenguaje no sexista o inclusivo”, advierte la comunicadora santiagueña en diálogo con primerafuente.
Por esto, propone como paso inicial para cambiar esta realidad, una alteración consiente del uso del lenguaje en los medios el cual podría sostenerse en base a las recomendaciones aportadas por un decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia de género.
En este marco, Espíndola citó a modo de ejemplo la constante calificación por parte de los medios de los asesinatos vinculados a la violencia de género bajo la identificación de “crímenes pasionales”. “Es un grave error y hay que desterrarlos. Los crímenes pasionales no existen, en cambio sí hay que identificarlos como violencia de género y violencia machista”.
“Los periodistas también deben analizar esta realidad en su contexto y no identificar cada muerte de una mujer como otro caso más de inseguridad. Así se banaliza esta problemática que debe ser entendida como un fenómeno social”, agregó la comunicadora social en su disertación organizada por la Delegación Tucumán del Instituto Nacional Contra la Discriminación la Xenofobia y el Racismo.
En el encuentro, del que formaron parte funcionarios locales –estuvo presente la ministra de Desarrollo Social, Beatriz Mirkin- y especialistas de diversas áreas como sicólogos, abogados y trabajadores sociales, se evidenció el escaso avance en la provincia de instituciones que aporten herramientas para revertir la violencia de género.
“Como en todo el país, acá también sucede que muchas mujeres no denuncian el maltrato que reciben o bien, en ocasiones en las comisarías ni siquiera se les toma la denuncia. Peor aún, en Tucumán, con los altísimos niveles de violencia a nivel nacional que tiene, no existe lugar alguno donde una mujer pueda recibir ayuda en forma telefónica más allá de los horarios comerciales. Esta provincia no puede seguir haciéndose la boluda frente a lo que está pasando”, concluyó la especialista.
-Cada 3 días muere 1 mujer en el país por casos vinculados a la violencia de género
-Se registran en primer lugar, en las edades comprendidas entre 31 a 50 años, en segundo lugar 19 a 30 años, en tercer lugar 13 a 18 años, en cuarto lugar 51 a 65 años, en quinto lugar 3 a 12 años, en sexto lugar 66 a 85 años, en séptimo lugar de 7 meses a 2 años.
-Se registran que los culpables son: en primer lugar esposos, concubinos, parejas y novios, en segundo lugar ex parejas, en tercer lugar desconocidos que ejercen violencia sexual, en cuarto lugar con alguna vinculación directa familiar.
-En el país, no existen estadísticas oficiales sobre las víctimas de la violencia de género. La recopilación ha sido aportada por la periodista Marcela Espíndola en base a la información de diarios de distribución nacional, provincial y Agencias de noticias DyN y TelAm.
La red PAR (Periodistas de Argentina en Red- Por un periodismo no sexista) lanzó un decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra la mujer.
1 - Es correcto utilizar los siguientes términos: violencia contra las mujeres, violencia de género y violencia machista.
2 - La violencia de género es un delito, en tanto y en cuanto constituye una conducta antijurídica que debe ser prevenida y sancionada. Es un problema social, un atentado contra el derecho a la vida, la dignidad, la integración física y psíquica de las mujeres. Es en definitiva, una cuestión concerniente a la defensa de los derechos humanos.
3 - Desterramos de nuestras redacciones la figura de “crimen pasional” para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Los crímenes pasionales no existen
4 - Lo importante es proteger la identidad de la víctima, no la del agresor. Dejar en claro quién es el agresor y quién es la víctima, y señalar cuáles pueden ser las actitudes y situaciones que ponen en riesgo a la mujer en una relación violenta.
5 - Hay informaciones que pueden perjudicar a la víctima y a su entorno. No siempre es conveniente identificarla. Es ofensivo para la víctima utilizar diminutivos, apócopes, apodos, etc. para nombrarla.
6 - Nunca buscaremos justificaciones o motivos que distraigan la atención del punto central: la violencia.
7 - Es imprescindible chequear las fuentes, sobre todo las oficiales.
8 - Mantener el tema en agenda, denunciando la violencia en todas sus expresiones: psicológica, económica, emocional, sin esperar la muerte de las mujeres. Abordar el relato de los hechos tomando en consideración su singularidad, pero también aquello que lo asemeja a otros casos. Eso permitirá abandonar consideraciones tales como “otro caso de”…., “un caso más de…”, evitando un efecto anestesiante.
9 - Tener especial cuidado con las fotos e imágenes que acompañan las notas. Respetar a las víctimas y a sus familias, alejarse del sexismo, el sensacionalismo y la obscenidad. Nunca robar imágenes o audio a la víctima. Cuando se musicaliza, no usar temas que remitan al terror, ni que contengan letras que hablen de “amores enfermos” o celos.
10 - Siempre incluiremos en la noticia un teléfono gratuito de ayuda a las víctimas y cualquier otra información que les pueda ser útil.
Género: es una categoría analítica que surge para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres. Lo femenino y lo masculino se conforman a partir de una relación mutua, cultural e histórica. Es una de las contribuciones teóricas más significativas del feminismo contemporáneo. Es una construcción social e histórica y búsqueda de una equidad.
Perspectiva de género: permite reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discriminatorias para las mujeres. Las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión.
Sexo: corresponde a un hecho biológico, producto de la diferenciación sexual de la especie humana. Implica un proceso complejo, es denominado por la biología y la medicina como sexo cromosómico, gonadial, hormonal, anatómico y fisiológico.
Femicidio o Feminicidio: asesinato de mujeres asociadas a su condición de género. Íntimo: asesinatos cometidos por varones con quien la víctima tenía alguna relación sentimental, familiar o de convivencia. No íntimo: cometidos por quienes la víctima no tenía vínculo. Frecuentemente, hay un ataque sexual previo.
A la mujer víctima de violencia le gusta ser victimizada, por eso se queda en ese vínculo o establece otros iguales o similares. La mujer víctima de violencia tiene tendencias masoquistas.
La mayoría de las mujeres priorizan el bienestar del que gozan en términos económicos al bienestar físico y/o emocional y se quedan en el vínculo por comodidad.
Las mujeres son naturalmente inferiores a los varones y por eso deben tolerar sin cuestionamientos la violencia masculina.
Los casos de violencia contra las mujeres son aislados.
En el caso de que la mujer tenga hijos/as, es mejor que aguante la situación de maltrato.
Los casos de violencia contra la mujer ocurren en familias marginales, estratos sociales inferiores que no poseen educación.
Los hombres violentos padecen algún tipo de enfermedad mental. La violencia es producto del consumo de alcohol y/o drogas.
Fuente: Primera Fuente