La prensa de Filipinas, considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, ha sufrido esta semana el más duro zarpazo que se recuerda, al perder a 24 reporteros y ayudantes en la matanza en la que fueron asesinadas otras 33 personas.
Por: Carlos Santamaría
La extrema crueldad que rodeó los asesinatos cometidos el pasado lunes en el sur del país, y el hecho de que la mitad de las víctimas perteneciera a la prensa, ha consternado al gremio en Filipinas, donde los periodistas de fuera de la isla de Mindanao suelen sentir temor cuando se desplazan a la conflictiva región.
"Ha sido algo realmente terrible, sin sentido, ellos no tenían la culpa de estar acompañando a esa gente", indicó a EFE Jamela Alindogan, presentadora de la televisión nacional ABS-CBN y colaboradora del canal Al Yazira.
Alindogan confesó que le "tiemblan las rodillas" cada vez que sus jefes le piden que viaje al sur para informar de los ya habituales secuestros o esporádicos enfrentamientos que libran en la zona los grupos rebeldes y las fuerzas de seguridad filipinas.
Para muchos profesionales de la información en Manila, la matanza ha sido la gota que ha colmado el vaso, por lo que se plantean no cubrir la evolución en Mindanao de próximas elecciones, pues presumen que la violencia aumentará a medida que se acerque la fecha de inicio de la campaña.
"El corazón me dio un vuelco cuando supe que tantos inocentes habían muerto, entre ellos periodistas que estaban haciendo su trabajo, aunque ya sabíamos cómo se las gastan los hombres de Ampatuan", afirmó Roel Pareño, corresponsal de EFE en Mindanao.
Un centenar de pistoleros secuestró el lunes a unos sesenta civiles cuando se dirigían a formalizar la candidatura a gobernador de la provincia de Maguindanao de Ismail Mangudadatu, quien pretendía el cargo al que se ha aferrado Andal Ampatuan, un poderoso "datu" o jefe tribal musulmán temido en todo el sur de la isla.
Pocas horas después de la matanza, los militares empezaron a descubrir fosas con cadáveres, incluidos de personas decapitadas o mutiladas, y mujeres con señales de que fueron violadas antes de ser asesinadas.
La carnicería cometida por este clan familiar que domina la región ha colocado a Filipinas por delante, incluso, de naciones en guerra como Afganistán, Irak o Somalia en casos de reporteros fallecidos en el ejercicio de su profesión.
Con estas nuevas muertes son ya al menos treinta los periodistas asesinados este año en Filipinas, aunque la cifra puede aumentar puesto que todavía las autoridades no han identificado varios de los cadáveres hallados en las fosas.
Las víctimas de la matanza de Maguindanao se unen a otros seis profesionales de la información asesinados en lo que va de año en Filipinas, la mayoría tras informar sobre casos de corrupción relacionados con políticos y funcionarios locales.
El último asesinato denunciado fue el de Godofredo Linao, acribillado a tiros el pasado 27 de julio a la salida de su emisora en la provincia de Surigao del Sur por sicarios del gobernador que ya le habían amenazado de muerte en varias ocasiones, según confirmó la Policía.
Hasta el momento, continúan pendientes de resolver 62 de estos casos -hasta esta semana- ocurridos durante los casi nueve años de mandato de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, quien en vez de exigir a la Policía la captura de los culpables, ordenó a la institución impartir a reporteros unos cursillos para que "aprendan a velar por su propia seguridad".
Según datos de la Unión Nacional de Periodistas, sólo cuatro de esas muertes han acarreado penas de cárcel para los asesinos, en un país cuyo sistema judicial es visto como débil y corrupto por los filipinos de a pie.
El asesinato de periodistas es el argumento de "Bente" (Veinte), una película estrenada este año en Filipinas que relata la historia de un locutor perseguido por los guardaespaldas de un alcalde.
"Ya estoy muerto. La vida de un filipino no vale más de veinte pesos", afirma en una escena que da título al filme el protagonista, que encarna Jingoy Estrada, un senador real que, precisamente, califica de "enemigo" a aquel reportero que le parezca incómodo.
Fuente: Agencia EFE
Filipinas acusa de asesinato al sospechoso de la masacre
La policía filipina presentó el jueves cargos de asesinato contra el principal sospechoso de la masacre de 57 personas perpetrada esta semana en el sur del país, mientras las autoridades actuaban para desmantelar el control de la región por parte de su clan.
Andal Ampatuan Jr, un alcalde local en la provincia de Maguindanao, se encontró cara a cara con Esmael Mangudadatu, marido de una de las mujeres asesinadas, que presentó múltiples denuncias de asesinato ante los fiscales estatales en la ciudad de General Santos, en el sur del país.
Ampatuan fue sacado de la provincia de Maguindanao por un helicóptero del Ejército después de que fuera entregado por su hermano a un alto responsable del gobierno y a un general regional del Ejército.
"Las acusaciones carecen de base", dijo Ampatuan a periodistas en el aeropuerto en General Santos. "No son verdad. Tengo la conciencia limpia".
Las autoridades dijeron que Ampatuan sería encarcelado en Manila, mientras la fiscalía realizaba una investigación antes de que la denuncia llegara a un tribunal local.
El lunes, unos 100 hombres armados, atacaron un convoy que llevaba a miembros del clan de Mangudadatu, que se dirigían a presentar la candidatura de Esmael para el puesto de gobernador provincial en las elecciones del próximo año.
Los agresores agruparon a las víctimas en una remota colina y les atacaron con rifles M-16 y machetes. Al menos 10 de los muertos eran automovilistas que pasaban por la carretera y aparentemente fueron testigos del secuestro.
No todas las víctimas han sido identificadas, pero se cree que 22 serían periodistas que acompañaban a la familia, lo que convierte al ataque del lunes en el más letal contra la prensa que se conoce.
La presidenta Gloria Macapagal Arroyo ha calificado en el pasado a los Ampatuan de valiosos aliados políticos, pero su gobierno anunció el jueves medidas contra la familia después de que la masacre fuera condenada en todo el mundo.
"Solicito la investigación del gobernador provincial y otros alcaldes relacionados con este caso", dijo el secretario de Interior, Ronaldo Puno, a periodistas, añadiendo que los responsables deberían ser suspendidos mientras fueran investigados.
Las guerras de clanes como la disputa entre los Mangudadatu y los Ampatuan son comunes en el sur de Filipinas, donde también hay muchos rebeldes islamistas, bandidos y piratas.
Fuente: Agencia Reuters
Masacre filipina: se entrega sospechoso
Las fuerzas de seguridad filipinas confirmaron que un miembro prominente del clan sospechado de organizar la masacre política en la isla de Mindanao, que dejó al menos 57 muertos, se encuentra en poder de las autoridades.
Un oficial del ejército filipino indicó que el hombre, alcalde regional y miembro de la poderosa familia Ampatuan, se puso a disposición a pesar de que niega estar involucrado en los asesinatos.
Como explica la corresponsal de la BBC en la región, Rachel Harvey, Andal Ampatuan junior fue trasladado a Manila a bordo de un helicóptero militar, en momentos en que crece la presión sobre el gobierno para que se haga justicia.
Hasta este miércoles las autoridades no habían señalado oficialmente a ningún sospechoso, pero la policía investigaba al clan Ampatuan, que ayudó a asegurar los votos a favor de la actual presidenta Arroyo en elecciones pasadas.
La masacre se produjo el lunes en la zona de Maguindanao, cuando las víctimas -la mayoría mujeres- viajaban para presentar los documentos de la postulación de un político local de oposición, Ismael Mangudadatu, de cara a los comicios de mayo.
Mangudadato, quien no se encontraba en el convoy, acusó a los Ampatuan de estar vinculados a los pistoleros y de haber planeado la emboscada con antelación.
Vínculos políticos
La organización de derechos humanos Human Rights Watch expresó su preocupación sobre la estrecha relación que hay entre el gobierno y los Ampatuan, pues podría dificultar que la investigación sea imparcial.
No obstante, la presidenta Arroyo ha prometido en varias oportunidades que se hará justicia.
"Esta no es una simple contienda entre clanes rivales. Esto es un acto inhumano que es una ruina para nuestra nación", le dijo a una televisión local el portavoz de la presidencia Cerge Remonde.
"La presidenta ha sido muy clara en que aquellas personas responsables, sin importar quienes son, deberían ser presentadas ante la justicia", agregó el vocero el miércoles.
Varios analistas indican que la familia Ampatuan es la que ha estado a cargo de la provincia Maguindanao durante décadas.
Andal Ampatuan padre fue miembro del Congreso de Filipinas y ganó sin oposición la gobernación de la provincia en varias oportunidades.
Su hijo, Andal Ampatuan junior, tenía planeado ganar la silla de la gobernación de la misma forma que sus padres, hasta que Ismael Mangudadatu decidió lanzarse como candidato.
Al menos otros tres hijos de Ampatuan son alcaldes en Maguindanao. La mayoría de ellos tienen su fuerza de seguridad privada.
Fuente: BBC Mundo