martes, 22 de julio de 2008

“El diario La Prensa no está a la venta”

Dueño de hoteles, medios de comunicación y una bodega, el empresario habla de sus negocios, niega la venta del tradicional medio y de los proyectos que tiene para el Hotel Provincial, con el que se quedó luego de ganar la concesión.
Por Ignacio Mugica
Florencio Aldrey Iglesias se siente muy cómodo en su despacho del Diario La Prensa. Desde hace 10 años que es “su” diario y, según él, lo va a seguir siendo ya qu, aclara, no lo vende, no estuvo ni está a la venta. Se lo nota contento y entusiasmado, dispuesto a la charla aunque no es una persona mediática; es que prefiere dedicarse a sus negocios, a su trabajo. Su oficina podría ser la envidia de muchos, fotos con grandes personajes de la historia argentina y mundial, desde presidentes hasta actores deportistas nadie, falta en la vitrina de Aldrey.
“La Prensa no está ni estuvo en venta, fue una versión que echaron a rodar, pero a mí me vinieron a ver por otra cosa. Hace 10 años que estoy aquí, lo tomé con $ 63 millones de deuda y lo saneamos financieramente. Cuento con un equipo y una administración de los que estoy orgulloso, si no, hubiésemos ido a la quiebra”, expresa sin dejar lugar a dudas el dueño del diario.
Sobre el negocio inmobiliario, Aldrey habla de la construcción del Edificio La Prensa al lado de su oficina. “El terreno es mío, tiene 25 metros de frente por 80 de fondo. Tendrá grandes vistas al río, a Puerto Madero pero no tiene que ver con el diario. Allí somos varios socios, vendimos el 50% del terreno y de la edificación. El proyecto tiene departamentos con 200 cocheras, ya está vendido el 50 por ciento. Son más de 10 mil metros cuadrados con una inversión de u$s 15 millones”.
Aldrey mira el futuro del país con optimismo, “a la Argentina no hay gobernante que la funda, a veces no sabemos aprovechar la riqueza que tenemos, pero este es un país único. Trato de ayudar a todos los políticos en lo que puedo para bien del país, tenemos que unificar criterios, que bueno sería que el político de turno lleve al saliente al lado suyo”.
Hace un repaso de su vida, y humilde se refiere al peso que significa tener tantos empleados a cargo. “Llegar cuesta mucho, pero mantenerse mucho más. Mire –continúa– administrar, ganar un peso e invertirlo en el país, no lo hacen muchos. Tengo 1.500 personas a las que les tengo que pagar el sueldo a fin de mes. Me siento con una responsabilidad grande, cuando yo entré al diario La Capital pocos tenían auto o casas, hoy el estacionamiento está lleno”, comenta.
Ya es dueño del Hotel Hermitage y del NH City, el rubro hotelero es la especialidad de Aldrey. Sobre el Hotel Provincial, sostiene “me meto porque es Mar del Plata. Hubo un tiempo en el que me sentí muy endeudado con el país, hoy ya no lo vivo de esa forma, me siento realizado; el hotel lleva 11 años cerrado y alguien tiene la obligación de levantarlo, de hecho tengo el compromiso de ponerlo de pie para el Festival de Cine de la ciudad. El gerenciamiento será compartido con la cadena española NH que participa de la sociedad, que tiene 400 hoteles en el mundo. Será 5 estrellas, hicimos una oferta pública de 90 millones de pesos que incluye los 80 departamentos del Casino”.
El empresario subraya que por Mar del Plata siente un cariño muy especial, además repasa sus comienzos en el periodismo, “allí tengo varios medios de comunicación. La Capital es la envidia de todos, le dedico mucho tiempo, es el que alimenta a los otros si andan mal, pero La Prensa no necesita, paga sus cuentas. Yo fui a La Prensa de la mano del maestro de esta profesión, Félix Laíño, soy hotelero, pero de a poco me fui ganando el respeto de los periodistas. Yo leo el diario después de que sale, le tengo mucho respeto a la profesionales del medio”.
Entre otros emprendimientos, Aldrey cuenta casi en carácter de primicia, que está construyendo un hotel en la bodega que es de su propiedad en la localidad de Guaymallén, Mendoza. Se llama Reyter, produce el vino Alto Hermitage, aquel que se tomó en la Cumbre de Presidentes realizada en Mar del Plata en 2005 y que cumplió con creces el objetivo, gustar a los paladares más exigentes. “Estamos realizando una inversión de 1 millón de dólares, será un hotel chico de 15 habitaciones”.
Sobre el final de la nota, apunta que va por la gloria, “le pido a Dios que me dé salud y que los nietos puedan estar orgullosos de su abuelo. Yo cumplí todos mis sueños, para todo lo que quiero tengo tiempo, ya que todo lo que se hace con gusto, no cuesta. La inversión que más disfruto es la hotelería, un hotel es como un confesionario, hay que tener códigos”.

Fuente:
Revista Fortuna

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