A continuación, consignamos en forma textual las conclusiones del informe que brindó hoy, durante la 139ª Junta de Directores de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA), el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la entidad, Carlos Gamond.
"En sintonía con el serio debilitamiento institucional que se observa en varios aspectos de la democracia argentina, en los últimos seis meses la situación de la libertad de prensa se ha deteriorado gravemente.
"Como muchos otros países de nuestro continente, la Argentina padece una baja calidad institucional. La vigencia de una democracia formal no alcanza a disimular la falencia de su funcionamiento por defección de algunos de sus protagonistas.
"La prensa, como institución social, sufre también los sinsabores que provoca una cultura política que no ha alcanzado a desterrar plenamente ciertos rasgos de autoritarismo.
"En tal contexto de crisis republicana, puede afirmarse que la actividad de los medios se desenvuelve con serios condicionamientos. Se manifiestan, en algunas oportunidades, en presiones abiertas o solapadas, interferencias en las comunicaciones, trabas a la circulación física de los periódicos, agresiones verbales con destinatarios directos, o amenazas fiscales y regulatorias.
"Otra preocupante expresión se encuentra en la distribución arbitraria, a veces interesada, de la publicidad oficial, beneficiando o castigando a los medios según el tono de su contenido editorial.
"Tenemos la cruda certeza de que un diario se acalla mediante el estrangulamiento económico. Muchas hojas de todos los rincones del país, algunas centenarias, y todas honradas por el servicio diario que prestan a la comunidad en que circulan, se encuentran en peligro de extinción. Con diarios empobrecidos se dificulta la libertad de prensa.
"Pero, con diarios enriquecidos por el favor oficial la libertad de prensa directamente desaparece. La prensa está en crisis, en el mundo y entre nosotros. Mientras en los países desarrollados se dictan medidas para preservarla, por su valor institucional estratégico, aquí el Estado parece desentenderse de su destino; peor aun, lo compromete.
"Resulta asfixiante la persecución fiscal a la que están siendo sometidos los medios de la Argentina. Esto es especialmente dramático para los pequeños y medianos del interior. Como lo ha señalado nuestra entidad en una solicitada, se encuentra en juego la propia existencia de centenares de publicaciones que, desde las más diversas geografías del territorio nacional, contribuyen a la pluralidad informativa y al fortalecimiento de la ciudadanía. Dicha presión de la AFIP, que desconoce recursos en trámite por ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, parece exceder un propósito meramente recaudatorio, ocultando un designio persecutorio.
"El periodismo es visto por una parte del gobierno como un enemigo a derrotar. Por eso, la compra de medios a través de adláteres, el financiamiento de grupos adictos y la cooptación económica de otros. La cuestión es articular un contrapolo periodístico con los medios del Estado, los propios y los cooptados.
"Otro capítulo preocupante está dado por lo que algunos funcionarios llaman "la madre de todas las batallas", al referirse al proyecto de Ley de Medios Audiovisuales, en lo que tendría que ser una instancia de profundo debate. En el mismo es imperioso resguardar ciertos principios básicos de nuestro ordenamiento constitucional ya señalados por ADEPA, tales como: a) la no regulación de contenidos periodísticos; b) el respeto a la situación actual de los medios, sin legislar retroactivamente, preservando el pluralismo y la diversidad existentes; c) evitar la discrecionalidad en la autoridad de aplicación; d) garantizar seguridad jurídica. Lo expuesto debe resultar del debate de ideas, no concebido como una batalla. Pero genera suspicacias el momento, el contenido y el ámbito en el que se da esta discusión, máxime cuando se omiten temas pendientes tales como la regulación de la publicidad oficial, la ley de acceso a la información o el manejo no gubernamental de los medios públicos.
"Resulta, cuanto menos llamativo, que temas como la inseguridad, la problemática juvenil y la ley de radiodifusión, entre otros, que durante casi seis años el gobierno ignoró, sean ahora instalados para el debate. El buen criterio indica que en campaña electoral se formulen propuestas y se evalúe la gestión de gobierno. Los temas trascendentes para la vida de los ciudadanos merecen un marco de tranquilidad y cordura que no se advierte en estos momentos.
"En declaraciones oficiales respecto de las «candidaturas testimoniales», se ha dicho que éstas eran inventos de los «medios de incomunicación». La descalificación es absoluta. Y responde a la vivencia de «estar en guerra» con todos aquellos que no se someten a la visión y a los designios gubernamentales.
"En las sociedades en las que la comunicación oficial es altamente centralizada, los cambios políticos suelen ser convulsivos, porque no permiten el diálogo cotidiano que posibilita la evolución pacífica a la luz de las circunstancias sociales siempre cambiantes. En nuestra apelación a la conciencia pública, depositamos en el juicio ciudadano la confianza de la propia libertad de prensa.
"Pocos países del mundo, y ninguno del tamaño relativo de la Argentina, pueden mostrar tantos y tan diversos medios de comunicación en los distintos soportes tecnológicos. Medios que hacen un gran esfuerzo por mantener vigente su legado muchas veces centenario, u otros más recientes que se esfuerzan por encontrar su equilibrio operativo todos los días. Medios que dan trabajo, que reflejan nuestra identidad y que se transforman en espacios imprescindibles, cada uno desde su visión editorial, para el debate de la cosa pública.
"Medios que se someten todos los días al escrutinio de la opinión pública y que no están llamados a disputar el poder político. Medios que asumen el compromiso social de difundirlo, examinarlo y criticarlo, representando así a la multiplicidad de voces de la sociedad civil".