Como Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos observando dicha realidad nos preguntamos y reflexionamos en voz alta:
- Muchas veces nos hablan de violencia, corrupción y aún de manejos mafiosos en los deportes, pero… las agencian poderosos grupos - personas, vinculados a círculos – circuitos económicos y políticos, habitualmente inmunes e intocados; seguido nos dan la noticia de que venden o compran por… a tal o cual deportista, a veces se trata de adolescentes. Los managers negocian el llamado contrato, pero…
- ¿No es más apropiado tenerlos por agentes de un mercado muy lucrativo de seres humanos para espectáculos de competencias ganadas a cualquier precio?; disciplinariamente deportistas son entrenados/as por un director técnico y un preparador físico para el esfuerzo y la destreza apropiadas a la competencia, pero…
- ¿Hasta donde son obligados a competir usando cualquier estratagema, (fingiendo… estimulándose... agrediendo física o moralmente...)?
- A veces adolescentes y jóvenes interiorizan tanto esa disciplina que, para ascender en el ranking, llegan a la adicción y otros/as se sobreexigen hasta el riesgo, pero…
- ¿Ellos/as se autoexplotan por pasión y hasta dónde estimulados por el sistema que lucra con sus actuaciones?
Entre todo/as defendamos la dignidad de los/as deportistas y el alto valor social del juego de la alienación y corrupción capitalista. Promovamos sus alcances humanizantes potenciando capacidades lúdicas y favoreciendo encuentros amistosos. Distanciemos a los deportes de los movimientos del mercado y de las exigencias utilitarias que les diluyen sus dimensiones de juego. Posibilitémosle, sobre todo a los masivos como el fútbol, que cumplan su altísima función de vincularnos en la oscilación entre el disfrute libre de las energías humanas creando y recreando simbólicamente el mundo con reglas que evitan el desborde y hacen al goce del relajamiento.
Oscar Lupori
Medh Rosario