Prensa Latina.- Un mapa de Bolivia lleno de banderitas tricolores ocupa casi todo el despacho de Gastón Núñez, director Nacional de Comunicación Social. "Son las pequeñas plantas de radio de los pueblos originarios, un sistema nacional que comienza a ser noticia". La llamada Red de Pueblos Originarios (RPO) es la base de lo que el presidente Evo Morales ha llamado la "voz de los sin voz", explica.La estrategia consiste, argumenta, en brindarles otra tribuna, un espacio antes inimaginable para que los indígenas de nueve departamentos, sobre todo en localidades apartadas, puedan comunicarse entre sí e informar al país cuanto hacen, sus demandas.
El Mandatario, dijo Núñez, inauguró varias de esas plantas de radio, dotadas de nuevas tecnologías para que puedan elevar su potencia y llegar cada vez a mayores distancias.
Noemí, reportera indígenaNúñez narra como una de las vivencias imborrables el gesto de Noemí, una de las primeras reporteras indígenas de la región de Orinoca, en Oruro, donde nació el presidente Morales.
El lugar tiene apenas un solo sitio con teléfono, la sede de la Alcaldía, donde los comunicadores pueden hacer sus trasmisiones, explica.
A Noemí no le fue suficiente, indicó; sabía que los programas informativos comienzan muy temprano, sobre las seis de la mañana.
Ella llegó a vender su propia llama, la única subsistencia de la familia, para adquirir un teléfono móvil y trasladarse hasta un cerro, a más de un kilómetro de Orinoca, y desde allí, con mejor señal dar las informaciones más importantes de la comunidad.
Según el alto funcionario, el gesto de desprendimiento muestra el interés de los originarios por la nueva fuente de alegría para sus pobladores.
Las radios comunitarias se han convertido, además, en plataforma preferida de los agricultores para promover sus productos, organizar ferias locales, y también de concursos de baile y música autóctona, agrega Núñez.
La red nacionalDe acuerdo con el Director de Comunicación, hasta la fecha existen entre 25 y 27 radios comunitarias y se aspira a llegar hasta unas 50, incluyendo las emisoras asociadas.
Uno de los desafíos del sistema, afirmó, es instalar la radio en la región amazónica, "de manera que también desde allí podamos trasmitir al mundo los planes que impulsa el gobierno para el desarrollo de ese territorio, rico en biodiversidad y culturas".
También es importante que con las nuevas emisoras en la Amazonía, los pobladores se conecten con la red nacional de los programas informativos que se trasmiten a diario de seis a siete de la mañana y de siete a ocho de la noche, por el momento.
Otro programa con carácter nacional, "El Pueblo es Noticia", sale al aire todos los domingos de 10 a 12 del día, una iniciativa del presidente Evo Morales, agregó.
Esa transmisión, dijo, es enriquecida con la participación de ministros y personalidades del ejecutivo que responden a preguntas de los radioyentes sobre los planes de desarrollo y las principales demandas sociales de la población.
Capacitación, palabra de orden
Para Núñez, un aspecto cardinal de la calidad y el futuro de las radios comunitarias bolivianas se encuentra estrechamente unido a la capacitación de su personal, como norma, miembros de la comunidad que nunca antes vieron un micrófono.
Una ayuda importante en ese sentido, dijo, nos la brinda el cubano que radica en Perú, José Ignacio López Vigil, quien en diferentes tipos de seminarios prepara a los comunicadores indígenas.
Muy ligado a Bolivia, Vigil fue una de las personalidades que asistió en Cochabamba, en mayo pasado, al foro de intelectuales de la región en Defensa de la Humanidad.
Según explicó entonces a Prensa Latina, uno de los desafíos de la radio indígena es despojarse de los esquemas de las emisoras comerciales y su discurso.
En Bolivia, afirmó, ya se comienza a tomar el camino de lo que denominó radios callejeras, o sea, que en las trasmisiones se palpite la vida real de la comunidad, los problemas de sus integrantes.
Los comunicadores originarios, dijo, deben salir de las cabinas, sacar el micrófono a la calle.
Desde hace 514 años nos quitaron no solo el oro, la plata, sino lo principal, la palabra, agregó; por eso en la radio todo el mundo tiene derecho a hablar. Debe salir fresca y viva la palabra de la gente.
También explicó que otro reto es que las radios comunitarias en Bolivia puedan opinar.
"¿Cómo es posible que dejemos pasar la prostitución como parte de los paquetes turísticos sin decir nada?", se cuestionó y remarcó que se debe trabajar en red para colocar temas claves en la agenda pública.
Asimismo destacó la necesidad de ser radios mediadoras y poder prestar servicios sociales que devuelvan al pueblo no solo la palabra, sino el poder.
Por último, se refirió a la urgencia de mejorar el empleo de los lenguajes y formatos radiofónicos, sin descuidar las leyendas y la producción dramatizada.
López Vigil destacó además la importancia en Suramérica de reivindicar el rol de la mujer en la producción radiofónica.
Foro de comunicadores
La idea de la red nacional de radios de los pueblos originarios de Bolivia nació en la primera edición de un foro de comunicadores, realizado en abril pasado en Cochabamba.
Entonces, los profesionales acordaron enfrentar la avalancha de calumnias contra el actual proceso que viene de la gran prensa, al servicio de trasnacionales.
En ese sentido, dieron votos porque la programación de cada emisora tuviera la calidad requerida y fuese crítica en sus argumentos para defender las transformaciones sociales y económicas.
En Tarabuco, al suroeste de La Paz, uno de los gestores de la red, José Miguel Velásquez, explicó que en su comunidad la red de radios comunitarias le permite un contacto más profundo con la realidad de la localidad y del país en general.
También resaltó la participación de los pobladores en muchos lugares para la reconstrucción de los inmuebles destinados a convertirse en sede de las pequeñas emisoras.