Por: Irene Haimovichi*
Hace veinte años nacía la primera versión digital del diario La Nación. Desde el equipo de dos periodistas con amplios conocimientos de informática de entonces hasta los 54 trabajadores que hoy se ocupan en exclusiva de alimentar el espacio virtual del diario La Nación en la web, mucho ha pasado y mucho se ha experimentado. Sin embargo los nuevos modos de trasmisión de la información continúan siendo un espacio de exploración donde apenas van asomando algunas certezas pero siguen siendo mayores las incógnitas.
Desde esa misma época, unos veinte años atrás, la empresa dejó de pagar las horas extras trabajadas en la redacción. Sin mediar paritaria ni general ni interna, la empresa impuso un formato que denominó en un principio disponibilidad horaria, y poco después extensión horaria, al que adjudico un valor de hasta un 50 % del salario. Este ítem aparece desde entonces en algunos recibo de sueldo, sin especificar que significa. Tampoco existe acta o acuerdo alguno que indique qué es lo que se abona bajo esa denominación. Estos pluses perdieron valor porcentual cuando se aplicaron las paritarias generales en 2012 y parte de lo abonado con esa denominación se incorporó al nuevo básico salarial de convenio, lo que demuestra su total inconsistencia. De la misma manera La Nación implementó arbitrariamente nuevas categorías en las tareas de jefatura en la redacción, creando un universo de editores, subeditores, jefes de primera, segunda y tercera, a los que discriminó de todos los acuerdos paritarios internos y generales abonándoles aumentos que se deciden a dedo y generando una dispersión salarial incomprensible.
Hace un año asumieron las nuevas autoridades de S.A. La Nación. La promoción de Carlos Guyot a Secretario General de la redacción y la incorporación de Guillermo Rivaben como Gerente General o CEO de la compañía, despertaron múltiples expectativas. En ese momento el rumor a voces era que en un año se iban a ver las primeras medidas de la nueva dupla directiva. Un año es el tiempo que, se estima, toma conocer el terreno y pensar un plan de acción cuando se incorporan autoridades nuevas.
Esta Semana de Mayo (entre el 18 y el 22) fue la elegida para presentar el Plan Estratégico y la Nueva Redacción, resultado de ese año de prospección. En cuatro reuniones los nuevos directivos junto a sus equipos, informaron a todos los trabajadores de la redacción sobre su futuro en La Nación.
Casi en paralelo a esta presentación la asamblea de trabajadores reclamó el ordenamiento del horario y un básico salarial para la categoría redactor (auxiliar administrativoen administración) común a todas las secciones y plataformas y un resarcimiento por única vez que atenúe, en parte, el bajísimo acuerdo salarial 2014, muy atrás de la inflación según el mismo diario reconoce en sus páginas. Estos reclamos no encontraron respuestas ni en las exposiciones sobre la Nueva Redacción, ni en los despachos de RRHH.
Palabra de Rivaben
Después de un juego múltiple choice con el que Carlos Guyot introdujo a su audiencia en el tema y buscó aflojar tensiones, las palabras iniciales estuvieron a cargo de Guillermo Rivaben, que dio el marco conceptual de la propuesta.
Centró su discurso en tres puntos: la importancia de tener un plan, trabajar de manera interactiva y participativa entre los distintos sectores de la empresa y la transformación cultural necesaria para sobrevivir en el mundo que se viene. También consideró que se estaba viviendo un momento fundacional e histórico en La Nación.
También dijo que hay temas No Negociables: estos son el objetivo de este plan que es hacer sustentable la industria periodística o los contenidos que se producen en la nación, y los cambios culturales de formas de trabajo para lograr ese objetivo.
Continuó Carlos “Chany” Guyot, con una exposición sostenida por un power point que analizaba cómo actúan las audiencias y consumidores de información. El 50 % se conecta a través de móviles celulares, hay una relación más conversacional con los contenidos (se refiere sobre todo a que cuando un tema genera interés, el lector lo comparte con su entorno replicándolo en las redes sociales), tiende a preponderar aquella información que se traduce en algún tipo de beneficio o commodity (estado del tiempo, rutas, etc.)
¿Cómo se comportan los anunciantes? Están migrando hacia el mundo digital cada vez a mayor velocidad. El 80 % va a Facebook y Google, el 20 % restante se reparte entre los distintos portales informativos. Los anunciantes buscan mayor efectividad, y muchos ya son creadores de contenidos desde sus propias páginas web.
Con respecto a la competencia, Guyot destacó la aparición de dos nuevos actores: Indalo Media, de Cristobal López, e Infobae, de Hadad. Este último con un muy buen posicionamiento en las mediciones de audiencia web, con menores recursos y menores producciones diarias que La Nación. En ese sentido también remarcó la buena performance de TN en su espacio digital.
Otro actor que se transforma pero sigue existiendo es el intermediario: en el papel es el distribuidor, el camión, el canillita. En Internet ese rol lo cumplen Facebook y Google.
“Los grandes medios ganamos la batalla de los contenidos pero perdemos la guerra en la distribución y la tecnología.” Dijo recordando la frase del director de un diario de EEUU.
Estadísticas
Entre 2011 y 2014 la circulación bajo un total del 6%, pero de lunes a viernes la merma fue del 13 %. El ingreso por avisos se redujo en un 29 % y los ingresos B2C (estrategia que desarrollan las empresas comerciales para llegar directamente al cliente o consumidor final) se redujeron ente un 37 y un 49%. Los ingresos por suscripción al Club La Nación cayeron en un 14 %. Se calcula la caída del EBITDA (beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros) en un 16 % para este mismo período. Ese mismo índice cayó en los últimos 7 años un 49%.
El impulso dado a los opcionales, las revistas e internet, así como al Club La Nación en su momento, morigeraron en parte esta caída.
Las proyecciones indican que en el 2017 la caída de venta de ejemplares papel será, medida desde 2015, de un 5 %, la de avisos de un 25 % y el EBITDA medirá un 56 % menos que en la actualidad.
La caída de circulación de La Nación ha sido del 8,5 % en promedio, mientras que el mercado cayó un 17 %.
El proyecto Nueva Redacción
Con el anuncio del fracaso de la “convergencia” entendida como unificación de redacciones y multiplicidad de tareas, y tomando cuenta de que lo que produce y vende La Nación debe ser periodismo de calidad, Guyot presentó al nuevo formato de trabajo que propone implementar.
Habló de “contenido inteligente” y “social”. “Inteligente” en tanto contenido contextualizado y personalizado, y “social” porque se comparte, se socializa. Explicó que desde ahora se va a trabajar teniendo en cuenta la audiencia, sus necesidades y requerimientos, a partir de la permanente medición de las mismas. Se va a trabajar con la mayor planificación posible, decidiendo cuándo y cómo se presentan las informaciones según todas las variables a tener en cuenta: si son primicias exclusivas, si son primicias “compartidas”, a que audiencia van dirigidas, etc.
Se mostró un gráfico que muestra como se entendía la intersección del mundo papel con el mundo web hace 20 años, y cómo se entiende en la actualidad. En ambos dos círculos se cruzan generando un espacio de interacción. En el que corresponde a hace dos décadas en el papel se ven las páginas impresas, sus notas, fotos y gráficos, que también están en la intersección y del lado de la web está vacío. En el slide siguiente se ve la misma intersección pero esta vez del lado de la web hay un montón de símbolos: twitter, facebook, y más elementos nativos de internet. De esta manera Guyot explicó la necesidad de producir contenidos nativos para internet, interpretando las propias reglas de esa plataforma, así como las particularidades de las tablets y los celulares.
La propuesta de nueva redacción es el armado de una gran redacción central encargada de proveer de contenidos a las distintas plataformas. En ese espacio habrá periodistas especializados en plataforma papel y plataforma web o móvil. Se mantienen algunas secciones, aunque otras se unifican. Los periodistas seguirán teniendo su especialización temática, pero habrá movimientos circunstanciales de dotación para fortalecer una u otra sección en coyunturas particulares. El ejemplo que dio Guyot fue deportes durante el mundial, excedido de trabajo, lo mismo que política en tiempo de elecciones.
Habrá dos mesas de edición: papel y web. Tanto la una como la otra y toda la redacción reportan a una mesa central o directiva, con un representante de cada área, incluyendo uno que se especialice en las audiencias. El horario es prácticamente de 24 horas, aunque con distinta cantidad de dotación en cada franja horaria.
También imagina Carlos Guyot la redacción como un taller de oficio del Medioevo, con un maestro que dirige el trabajo a la vez que enseña y corrige a sus discípulos. Sin entrar en la ironía fácil, vinculando aquellas condiciones de trabajo con las del presente, según el expositor la comparación nace de la intención de recuperar la redacción como el espacio de aprendizaje que fue en otra época.
En una primera etapa el proceso de cambio llevará entre tres y seis meses. Se realizó una experiencia piloto con la sección Internacionales. Inés Capvebilla, jefa de la sección, sintetizó: Es trabajoso pero es posible, y enfatizó en la necesidad de planificación previa para mejorar los resultados.
Otro dato. La actual redacción papel cuenta con 285 trabajadores, y la digital 54.
Las preguntas
Una vez terminada la exposición se abrió un espacio para que los asistentes presenten sus inquietudes. Ante la pregunta de cómo se va a segmentar el horario de trabajo, la imprecisa respuesta fue que está en estudio. Otra pregunta fue sobre capacitación, Guyot respondió que se darán cursos de tres meses y que es un punto importante de la propuesta, pero que se están estudiando los recursos para implementarla, dejando en un limbo su concreción.
Cuando se preguntó sobre las diferencias de horarios y las inequidades en los salarios, el Secretario General, dijo que están en estudio, y si bien afirmó qué es una oportunidad para ordenar, no dio precisiones de ningún tipo. Otra vez el limbo.
También se le preguntó sobre la incorporación de la redacción del Grupo de Revistas, si iban a ser parte de esta nueva redacción. La respuesta fue que por este año no, que se dará tiempo a que esa redacción se adapte al cambio de lugar de trabajo y que ese tema se encarará durante el 2016.
Con respecto a si la nueva redacción va a mantener la dotación actual, Guyot expresó la insatisfacción empresaria. Pese a la gran reducción de puestos de trabajo que ya se produjo consideró que fue insuficiente, que no se llegó a la reducción planificada y que seguirán los planes de retiro voluntario y prejubilaciones. Además dijo que el número final de la dotación no es definitivo, porque no se sabe cuál será la rentabilidad de la empresa a futuro. Llama la atención tanta falta de precisiones en una exposición tan detallada.
A dónde vamos
Qué la industria del periodismo y la información está cambiando es un hecho indiscutible que se impone a diario en las redacciones de los medios de Argentina y de todo el mundo. Qué ese cambio viene precedido por la caída de la venta del diario en formato papel es otra realidad que todos conocemos. Qué las empresas achican sus planteles para maximizar ganancias, tampoco es una novedad.
Para los trabajadores, comprender el cambio en la producción de la que son parte es una necesidad. Pero no solo comprenderla, lo que este cambio pone en juego es su subsistencia y la de sus familias. Por eso también deben ser parte de ese cambio, tanto en el aprendizaje de las nuevas herramientas como en la defensa de derechos tan básicos como su horario de trabajo, condiciones salariales, definición de tareas, de su traducción económica, como así también en la defensa de todos y cada uno de los puestos de trabajo.
La responsabilidad de los directivos y empresarios es encontrar caminos de sostenibilidad para su empresa, invertir en los cambios que ese camino requiera, y hacerse cargo del riesgo empresario. La de los trabajadores es poner su mejor esfuerzo y su capital, que es el trabajo, pero no el de ser la variable de ajuste de los éxitos o fracasos patronales, al menos mientras no estén asociados en las ganancias.
Otras realidades, la misma realidad
Mientras estos cambios ocurren o se avecinan, en La Nación hay trabajadores que perciben salarios brutos menores a 12 mil pesos, lo que de bolsillo significan unos $ 9500. Este salario se les paga por ocho y nueve horas de trabajo, una y dos horas más de lo estipulado por el Estatuto del Periodista Profesional y el Convenio Colectivo de Prensa, cuando el salario de la categoría redactor se establece por seis horas diarias más una de comida cinco días a la semana. Según la última paritaria, por esas seis horas el trabajador de esa categoría debería cobrar $ 11328. Lo que significa que La Nación se está embolsando las horas extras diarias que le exige a su personal.
Debido a esta y otras irregularidades la asamblea de trabajadores reclama un piso salarial de $ 15 mil bruto para dicha categoría (auxiliar administrativo en administración) y un pago por única vez de $ 4000 en resarcimiento por el desfasaje entre la inflación y el acuerdo salarial 2014. Esto independientemente del acuerdo paritario 2015.
Por otro lado la asamblea de trabajadores reclama la regularización del horario de trabajo según Estatuto y Convenios, en 7 horas diarias, incluyendo una de almuerzo, con descanso semanal de dos días corridos, uno de los cuales debe ser sábado o domingo.
Estos pedidos se presentaron ante RRHH, quién respondió, como es su costumbre, de manera negativa. Ya en diciembre último se había solicitado un bono de fin de año con el mismo resultado.
Hasta ahora la empresa ni siquiera aceptó la apertura de una mesa de negociación como reclamaban los trabajadores. La Asamblea decidió sostener el reclamo realizando un aplausazo en la redacción. La amplia participación y su duración de casi quince minutos ininterrumpidos demostró la adhesión mayoritaria al pedido.
Sin embargo las autoridades de la empresa mantuvieron su postura y en distintas reuniones solo recriminaron a los trabajadores esta acción que apenas si interrumpió por un breve lapso, la grabación del programa Conversaciones de La Nación TV.
El compromiso de los trabajadores de La Nación con su tarea y con el producto periodístico se refrenda día a día en la calidad de su producción, en todas las plataformas utilizadas. Luego de años de reducción de personal, mudanzas, multiplicación de tareas y desafíos sin reconocimiento alguno en cuanto a mejoras salariales y condiciones laborales, los trabajadores de La Nación S.A. advierten sobre esta desigualdad y llaman la atención sobre la misma a las autoridades de la empresa. Será muy difícil el camino si las autoridades de la empresa no afinan la escucha y dan cuenta de la legitimidad de los reclamos.
*Delegada de los trabajadores de prensa del diario La Nación
Fotos: Rodrigo Néspolo, La Nación
Fuente: lagremialdeprensa