El clamor popular contra las matanzas de civiles en Gaza está recorriendo Europa con una fuerza comparable al rechazo mundial que causó en su día la guerra de Irak. No cabe duda de que las manifestaciones de condena aún no son tan masivas ni generalizadas como hace cinco años. Pero las protestas comienzan a extenderse en las grandes capitales occidentales -y no sólo en el mundo islámico- porque los ciudadanos están estremecidos por la carnicería de mujeres y niños que Israel se considera con derecho a cometer en nombre de la seguridad de su población.
Lo que asombra es que gran parte de los medios de comunicación no parece compartir esa indignación ciudadana por la inmensa catástrofe humana provocada por los sangrientos bombardeos y el asedio total al que son sometidos un millón y medio de palestinos, en venganza por la veintena de víctimas mortales causadas por los cohetes Qasam en más de siete años.
Ese castigo indiscriminado e implacable contra toda una población civil, en represalia por las acciones armadas del enemigo, constituye un claro crimen de guerra según los principios de las Convenciones de Ginebra. Sin embargo, pocos medios escritos están denunciando ese hecho sin ambages.
Que el principal periódico de EEUU (The New York Times, de propiedad judía) considerase ayer que la noticia principal no eran los 14 niños y mujeres asesinados para acabar con un solo jefe de Hamás, sino la evacuación de extranjeros de Gaza, era de esperar. Pero que el más influyente diario del mundo en lengua española (NdE: El País) coincidiese con ese criterio, e incluso considerase más importantes los sondeos entre israelíes que "premian el uso de la fuerza" que las terribles consecuencias de esa fuerza, resulta incomprensible.
¿Cómo se puede asistir impasible a esa masacre infantil?
Fuente: Diario Público
Fotos: AFP