Por: Matías Werner, @matiaswerner, mwerner@diariojudicial.com
La Sala L de la Cámara Civil condenó a Yahoo y Google por la vinculación de la modelo Valeria Mazza con páginas de contenido pornográfico. El Tribunal consideró que los motores de búsqueda eran responsables por los daños y perjuicios que le ocasionaron a la modelo por el uso no autorizado de su imagen y por no cumplir acabadamente con las medidas cautelares que las obligaban a bloquear todos los sitios
De esa forma, el Tribunal integrado por Victor Liberman, Marcela Pérez Pardo y Gabriela Iturbide (en disidencia) revocó el fallo de primera instancia dictado en “Mazza, Valeria Raquel c/ Google Inc. y otro s/ daños y perjuicios” y dispuso que los demandados indemnicen a la modelo en $500.000 más intereses.
La magistrada de primera instancia había desestimado la acción por entender aplicable la doctrina de la Corte Suprema en la causa “Rodriguez, María Belén c/ Google”, que estipula que la responsabilidad atribuida a los buscadores de Internet es de carácter subjetiva, por lo que concluyó que no medió negligencia imputable a los demandados. Ese criterio mantuvo la jueza Iturbide en su voto disidente.
La Cámara, en cambio, juzgó que la responsabilidad hizo lugar al recurso interpuesto por el abogado Martín Leguizamón Peña y responsabilizó a Google y Yahoo porque “las accionadas no han dado acabado cumplimiento al registro, notificación y efectivización de las medidas cautelares”.
El juez Liberman denuncia que los buscadores “criaron un robot y el robot es inmanejable. El mundo está a merced de algoritmos, de inteligencia artificial, fuera de control"“Aún cuando pueda sostenerse que las medidas no fueron ordenadas expresamente para lograr su efecto ó función respecto de los internautas, ello se deduce implícitamente del planteo efectuado, desde que la acción promovida no está destinada a acreditar ó informar únicamente a las empresas que prestan los servicios de búsqueda del error o falsedad de la información, sino sustancialmente a los internautas , procurando que llegue a ellos la información correcta a través de los buscadores”, agrega el voto de la jueza Pérez Pardo, al que se adhirió, en lo sustancial, su colega Liberman.
Responsabilidad objetiva y fundada en el riesgo de empresa
El voto particular del juez Liberman hace una fuerte crítica al rol de los buscadores y su defensa a la hora de enfrentar este tipo de demanda. El vocal de la Sala L advirtió que “hay en todo esto una enorme dosis de hipocresía por los argumentos y la conducta reluctante de las empresas”.
Liberman explica que esas empresas “son las más grandes del mundo” y que la gratuidad de acceso para el común “no quita que lucran en cantidades insospechadas con publicidad directa o indirecta” y que obtienen “enormes ganancias con su actividad de dirigir búsquedas en Internet”.
El magistrado considera que los buscadores “criaron un robot y el robot es inmanejable. El mundo está a merced de algoritmos, de inteligencia artificial, fuera de controlEn cuanto a la tarea de “difundir” que hacen los buscadores, el magistrado el da una connotación negativa y precisa que también con “la difusión del daño es la parte perversa del sistema”. Y “aun cuando por hipótesis los “buscadores” no pudieran evitar –mediante “filtros” o lo que fuese menester- lo nocivo de la web, igualmente serían responsables por el daño causado al difundir”.
El magistrado rechazó la propuesta efectuada por los abogados de Yahoo de “repensar” la doctrina de la Corte Suprema en la causa “Rodriguez”. Een su voto, Liberram reconoce haberlo repensado, pero “después de saber las cosas que hace (los negocios que hace) Facebook, sólo por dar un ejemplo” y de “observar la patética actuación de Zuckerberg ante el senado estadounidense, que lo dice todo”.
“Se dirá que Facebook no es lo mismo que Google. ¡Vamos! Somos adultos. Juegan en el mercado y en el mundo a hacer lo mismo: ganar dinero con datos personales, con imágenes y con una máquina dirigida a optimizar ganancias”, cuestiona el camarista civil.
El voto agrega: “Desde siempre alegaron estos buscadores que no tienen el control de lo que indexan. ¡Vamos, otra vez! A los efectos de la responsabilidad por daños –lo he dicho antes- se quejan de que no tienen el control del Frankenstein que criaron”.
Para el magistrado, los buscadores “criaron un robot y el robot es inmanejable. El mundo está a merced de algoritmos, de inteligencia artificial, fuera de control. ¡Vamos, por tercera vez!”
“Ah! Eso sí, los robots, los algoritmos, alegan ya bien entrado el siglo XXI con el hipócrita argumento de la libertad de expresión y el derecho a informar. Pero, a más de excusa hipócrita, ¿de dónde obtuvieron la legitimación de quienes quieren expresarse o informar para invocar garantías del siglo XIX? Los buscadores son los que lucran, no los que quieren expresarse o informar. Al menos en este pleito, ésa es la cuestión” concluye.