Por: Agustín Bottinelli | Corresponsal
Los argentinos prestaban ayer más atención al enfrentamiento político entre el matrimonio Kirchner y el Grupo Clarín,
El bloque oficialista tuvo desde el comienzo el número de votos necesarios para convertir en ley el proyecto, pese haber sido acusado por la oposición de comprar el voto de varios senadores que de manera extraña cambiaron su postura en las últimas 48 horas. Uno de los casos es el de Dora Sánchez, del bloque del radicalismo. Hace una semana, la legisladora por la provincia de Corrientes había declarado que la ley de medios le parecía “un mamarracho”. El jueves, después que Arturo Colombi, el gobernador correntino, se reuniese con Néstor Kirchner, decidió votar a favor de la norma diciendo que lo hacía para favorecer a su provincia.
El asesinato el pasado 2 de octubre de Hernán González Moreno, un empresario vinculado a Colombi, despertó la sospecha de los senadores opositores. El titular del Radicalismo, Ricardo Morales, apuntó que “el mandatario correntino puede estar negociando impunidad, ya que tiene un funcionario preso y otro que no quiere declarar ante la Justicia y es confusa la situación de la muerte de Moreno”. Otros, como el justicialista Felipe Solá, fueron más allá y aseguraron que “si sale, esta ley estará manchada de sangre”.
Finalmente, la ley fue aprobada, aunque el debate continuó hasta pasada la medianoche.
Antes de este enfrentamiento hubo tiempos de buenas relaciones entre el entonces presidente y los directivos del Grupo Clarín, en especial con su director ejecutivo, Héctor Magnetto. Muestra

Control de Telecom
Al llegar Cristina Fernández la presidencia comenzó una lucha por el control de Telecom Argentina. Kirchner pretendía que quedara en manos de sus empresarios amigos y esto puso a Clarín en contra del matrimonio gobernante. El ex presidente dijo hace días a sus colaboradores: “La madre de todas las batallas no es la ley de medios, fue Telecom”. El enfrentamiento alcanzó su punto más virulento después de las elecciones legislativas de junio, cuando los Kirchner sufrieron su más dura derrota en las urnas.
Desde sus medios, los de mayor difusión, Clarín atacó al Gobierno con denuncias sobre el enriquecimiento ilícito de los Kirchner y su entorno. Desveló operaciones para comprar voluntades de alcaldes a cambio de presupuestos extras para sus ayuntamientos y criticó severamente las medidas económicas de Cristina Fernández. Néstor Kirchner también juega fuerte y pone a su servicio la maquinaria del aparato estatal. El 10 de septiembre invadieron la sede del diario Clarín más de 200 inspectores de Hacienda. Le quitó por decreto (que firmó su esposa) la exclusividad para la transmisión televisiva del fútbol a Torneos y Competencias (TyC), empresa del Grupo Clarín y se la adjudicó a Canal 7, la antena estatal. Esto le supuso a Clarín una pérdida de anual de 600 millones de pesos (104 millones de euros).
El ex presidente supervisa personalmente la campaña de afiches contra el diario
El punto más conflictivo de la nueva ley es el q

El propio Néstor sale por las noches en compañía de su hijo, Máximo, a recorrer las calles de Buenos Aires para controlar la campaña de afiches que empapelan la ciudad con frases como “Clarín aprieta” y “Clarín quiere inflación”.
En la foto: La policía se desplegó en el edificio donde fue debatida la ley en previsión de incidentes
Fuente: La Voz de Galicia