El ejemplar de la revista Gente nº 678 del 20 de julio de 1978 dedicó 5 páginas a un informe de Sallas, titulado "Lo que pasa en Francia cuando se dice la verdad sobre Argentina". Un grupo de "empresarios" argentinos preocupados por la campaña antiargentina en Europa, decidió publicar una solicitada en los principales medios franceses. Un cuadernillo que justificaba el accionar represivo de la dictadura y minimizaba las violaciones a los derechos humanos. Solo el diario France Soir lo publicó. Le Point, Paris Match, L´Express y Le Monde lo rechazaron. La bajada de la nota de Gente lo explica todo : "La negativa decidió a Gente a mandar una enviada a París para entrevistar a directores y jefes de redacción y saber el porqué de esa negativa, y el porqué de esa campaña antiargentina". A lo largo de la nota, la cronista se encuentra con los responsables de los medios y les hace preguntas tales como : "¿ Es que es acaso una moda hablar mal de la Argentina ? ¿Vende más hablar mal de la Argentina ? " o polemiza con el jefe de redacción de Le Monde en estos términos : "- Señor Fontaine, ¿ cuales son los límites morales de Le Monde ?.
LM - Jamás publicamos los llamados a muerte o los llamados a la violencia.
RS - Hace un tiempo Le Monde publicó una solicitada pidiendo la liberación de Campora, firmada por el movimiento Montoneros. ¿ Qué dice usted a eso ?.
LM - ¿ Firmada por los Montoneros ?. Bueno, pero en ese caso se pedía por los derechos humanos de alguien...
RS - ¿ Usted piensa que ellos defendieron los derechos humanos ?
LM - Yo no digo eso. Ni lo pienso, al contrario. Digo simplemente que su gobierno tuvo poco en cuenta los derechos del hombre. Yo digo lo que leo en los diarios norteamericanos.
RS - Y lo que le informa Amnesty Internacional...
LM - Yo aprendí a tenerle una gran confianza a Amnesty...
RS - Amnesty jamás publicó nada sobre la muerte en mi país de Aramburu, de la hija de Viola, de Rucci, de Sallustro, de Larrabure, de Mor Roig y de muchos otros...
En otro pasaje de la nota, ahora en dialogo con el jefe de redacción de L´Express, Sallas intenta desacreditar los dichos de su entrevistado con una "pregunta demoledora".
RS - ¿ Le puedo preguntar algo ?
L´E - Si.
RS - ¿ Por quién votó usted en las elecciones ?
L´E - Por los socialistas.
RS - La entrevista ha terminado.
También se puede leer sobre las actividades de Sallas en un párrafo del libro "El enigma del general. Bussi : de la Operación Independencia a la operación retorno", del periodista Hernán López Echagüe. En la página 191 se puede leer : "En la semana anterior al golpe de marzo (1976), el general Bussi organizó una selecta y enigmática conferencia de prensa en los salones del Regimiento de Infantería 19. Desde Buenos Aires, y en un vuelo charter especialmente enviado, llegaron, entre otros, Leo Gleizer, Renée Sallas y Joaquín Morales Solá; Marcos Taire, del periódico Noticias, también fue invitado. Tras presentar a una "guerrillera arrepentida" -que minuciosamente narró todas las vicisitudes que había vivido durante su "forzada militancia"- el general Bussi agasajó a la prensa con un asado. Luego entregaron a cada uno de los periodistas presentes un pergamino en el que agradecían su "colaboración en la lucha contra la subversión". Sin ocultar el contento, Morales Solá tomó el suyo y acto continuo buscó el abrazo del general. Gleizer y Sallas lo imitaron."
Otras notas memorables de Sallas, publicadas por Gente, tienen a Jorge Rafael Videla y la viuda del coronel Larrabure como sus entrevistados.
La revista Gente nº 819 del 2 de abril de 1981, le dedica un editorial a Videla, firmado por Sallas y acompañado de la foto que aparece arriba, absolutamente impactante : "No me había equivocado -ni yo ni otros ciudadanos- cuando veíamos en usted a un hombre transparente, sincero, recto, claro, prudente y reservado hasta la exasperación, con la inseguridad de los demasiado responsables y las dudas de los seguros."
"Su pasión por el país, su patriotismo, su dolor y su impotencia por algunas cosas que no pudieron concretarse, lo convierten a Ud. casi en un símbolo de este desgarramiento argentino que venimos padeciendo desde hace tantos años. Me gustó usted, Videla. Me gustó como persona, quiero decir. Me gustó como argentino. Me gustó como compatriota".
Renée cierra su nota con algo aún más aterrador : "Me dijo (por Videla) que cuando quisiera volver a conversar con él, lo hiciera. "¿Y como hago?" le pregunté, prosaica e ingenuamente. "Toque el timbre en Figueroa Alcorta" me contestó. Juro que lo voy a hacer. Hasta entonces, y gracias por todo, Videla.