Los asambleístas de Gualeyguachú, quedaron asombrados ante un reclamo que desde hace más de 20 años, debía hacerse en la República Argentina. Así lo confirmó el diario de Jorge Lanata en su edición del Domingo. Afirmó en base a los resultados que la planta local contamina en 10 veces los parámetros permitidos. Mientras esto sucede, se teje prolijamente la mordaza de la prensa.
“No es una casualidad que Alberto Fernández haya entrado en el Directorio”, dijo uno de los jerarcas de Papel Prensa, apenas se enteró que se había firmado el decreto que llevaba al Jefe de Gabinete a ocupar el espacio que alguna vez le perteneció al Grupo Graiver, aquel empresario que murió en un dudoso accidente aéreo y que fue el banquero del grupo Montoneros, cuando se le dio la posibilidad de manejar los fondos que obtenían por los secuestros que perpetraban: el más resonante y con importante recaudación fue el de los empresarios Jorge y Juan Born.
En San Pedro, mientras tanto, un grupo de entusiastas alentaba la llegada de la primer industria importante y recurría al Ministro Mor Roig, para que realizara gestiones para instalar una fuente de trabajo que le cambiaría el ritmo al pueblo.
Desde que lograron el emplazamiento de la piedra basal, se dispararon las ilusiones de una ciudad que, hasta el momento, sólo vivía de los viveros, las batatas y la producción frutícola que soñaba por entonces, sobrevolar las fronteras para venderle al mundo los “mejores duraznos y naranjas del país”.
No es novedad que esta ha sido una de las semanas más candentes para el Gobierno Nacional en su afán de disciplinar a los medios, no sólo a través de la presencia de su más alto funcionario en la planta productora de papel que abastece a discreción los diarios de la Argentina -(Clarín y La Nación tiene su cupo asegurado por ser dueños de las tres cuartas partes de las acciones)- sino a través de un “observatorio de medios” integrado por profesionales de la Facultad de Ciencias Sociales y el Instituto Nacional Anti Discriminación, intentando con bastante osadía aplicar algunos principios dignos de analizar
La contaminación tiene dos puntas: una la que se vierte a diario sobre el cauce del río; la otra la que empieza a sembrar bacterias en el lenguaje de los periodistas.
Un poco de memoria
Fue La Opinión Semanario, quien en una nota editorial comenzó a preguntarse cuales serían los “millones de motivos” que habían hecho cambiar de opinión ante la instalación de las pasteras Botnia y Ence. Sucede que fue el propio Busti quien colocó durante el período de su anterior gobernación, la piedra basal para que las plantas se instalaran en su provincia. Así lo acreditan varios medios de prensa que cubrieron aquel acto que llevó de inmediato a los productores correntinos y entrerrianos a comenzar a forestar para abastecer a las futuras industrias. También fue este semanario quien confirmó lo sucedido con la planta de pretensados Prear. Sus empleados viajaron a Finlandia para capacitarse y firmar un contrato para encargarse de la construcción de una de las naves principales de Botnia. El millonario contrato fue cancelado apenas los asambleístias entrerrianos alzaron la voz. En ese momento se prohibió el suministro de cualquier empresa argentina a las plantas que estaban en plena etapa de construcción. El gerente de Prear, dijo en aquel momento que pese a la pérdida de un contrato millonario, intentarían utilizar los conocimientos adquiridos en la producción que ahora, se realiza para las empresas contratistas del poderoso Ministerio de Obras Públicas.
El rumor sobre contaminación en San Pedro, ha sido permanente, pero nadie a excepción de algunos ambientalistas en soledad, ha hablado de este tema seriamente. Tampoco los medios se han ocupado de la grave situación que provoca la constante vertiente que arroja ese infectado caño que sin dudas, perjudica minuto a minuto la vida de los habitantes. Claro, no es el único, habría que mirar muy bien la zanja a cielo abierto que recorre impunemente la distancia entre la prolija Arcor y la rotonda de Crucero General Belgrano o la desembocadura de los líquidos cloacales, por solo citar algunos ejemplos.
Pese al anuncio de las inversiones efectuadas por los directivos de Papel Prensa, para mejorar el tratamiento de efluentes, y de acuerdo a los informes publicados en Crítica de la Argentina, las muestras superan en 10 veces lo permitido por la normativa vigente.
La gran contradicción sampedrina ha sido el silencio ante una planta que genera más de 400 puestos de trabajo, frente a una población que soporta la desidia del Estado, no solo con esta investigación impulsada por el Fiscal Juan Patricio Murray, sino con la quema indiscriminada de pastizales en las islas, que en la semana que pasó se cobró la vida de cuatro personas y en años anteriores se llevaron otras víctimas fatales que no tuvieron la “suerte” de la espectacularidad de este siniestro, convocando a las cámaras de los principales medios nacionales.
Es más, existe una comisión ambientalista que se formó para impedir que se le otorgara al chistoso Max Higgins el permiso para construir Disney Mundo. Las carcajadas se escuchan hasta en Jamaica donde el estafador profesional dejó plantados a los inversionistas y consiguió la ciudadanía argentina al mejor estilo Al Kazar, mientras otros ciudadanos del interior deben esperar entre 8 y 12 meses para obtener un DNI, salvo que haya elecciones y lleguen los “operativos de documentación”. Lo curioso es que los integrantes de la comisión anti Disney, no se han pronunciado sobre los delitos de contaminación más graves incluidas las concesiones que el gobierno municipal viene haciendo sobre las zonas costeras a empresas de dudosa reputación. En fin, parece que el efímero sueño de Disney tuvo más impacto que los más de 20 años de deterioro continuo del patrimonio fluvial del Partido de San Pedro y ciudades vecinas.
Según pudo constatar este medio y a raíz de una nota publicada por Enrique Pareta, los periodistas de Crítica ingresaron a la página web de La Opinión y encontraron la nota que daba cuentas de allanamiento que el Fiscal Murray, había ordenado el pasado 12 de Marzo, cuando sorpresivamente llegaron a la planta miembros de la Policía Federal, representantes del UFIMA (Unidad Fiscal de Delitos Ambientales), personal de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia y peritos del Instituto Nacional del Agua (INA). Fue este último organismo quien tomó las muestras que determinan el grado contaminación. El Miércoles 8 de Abril (pese a que los análisis solicitados no demoran más de una semana), las muestras salieron del INA y fueron trasladadas por personal policial a San Nicolás. Los más de 200 kilómetros que separan a la Capital de los Tribunales se hicieron eternos, no sólo por la tragedia ocurrida en la Ruta 9, sino por motivos que hicieron que los resultados y las muestras llegaran a manos del Fiscal Juan Patricio Murray, el Jueves por la tarde.
“Las muestras no pueden abrirse hasta que no vengan los peritos de la UFIMA”, confirmó una acreditada fuente. Se estima que eso sucederá durante esta semana, pero sólo tendrán acceso a los peritajes las partes involucradas. En este caso, como la investigación la inició de oficio el Fiscal de Estado, sólo los abogados de Papel Prensa pueden tener “vistas” de la causa y según ha trascendido en tribunales, no han sacado las narices de ese expediente ni un minuto. La carpeta que sigue acumulando páginas está caratulada por el Dr. Juan Patricio Murray, el 7 de Septiembre de 2007, como Papel Prensa SACIF y DM sobre presunta infracción a la Ley 24.051 San Pedro”. Recordemos que en el mes de Julio de 2007, fueron desplazados los representantes del Estado en el directorio de la Empresa, por el Jefe de Gabinete Alberto Fernández y que es de público conocimiento que entre esos meses, el escándalo nacional que envolvió a la Secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Piccoloti, la puso al borde del precipicio ante la intensa campaña de difusión que se le dio a los nombramientos de parientes y los gastos excesivos que realizaba utilizando el avión para sus cuestiones particulares.
Hay que pensar entonces, juntando fechas y causas que, cuando uno arma un rompecabezas y las piezas no encajan, deja pasar el tiempo, comienza a armar algún sector más delineado y deja lo más difícil para lo último. Eso sí, cuando queda totalmente armado, el paciente armador comprende que ha sido un poco tonto, al no haber advertido el exacto y delineado formato del cartoncito en cuestión.
Crítica en San Pedro
El martes 7 de Abril, una pequeña comitiva compuesta por un periodista, un fotógrafo y un especialista de la UBA, arribaron a San Pedro. Contrataron a la Escribana Teresa Gasparín para recorrer en una lancha la parte posterior de Papel Prensa. Pertrechados como pescadores, lograron llegar hasta la propia desembocadura de los efluentes del gigante de papel. Con recipientes adecuados, un profesional procedió a tomar las muestras que, por ahora, se guardan bajo siete llaves hasta que aparezcan los resultados enviados desde el Instituto Nacional del Agua. Una fuente allegada a la repartición, confirmó que existió un tratamiento especial para la realización de los análisis que fueron estrictamente monitoreados antes de enviarlos a manos del Fiscal del Estado, Juan Patricio Murray.
Crítica de la Argentina tomó infalibles e ingeniosas estrategias para obtener contrapruebas a través de un análisis privado, que fue constatado por la Escribana Gasparín en su propio estudio. “No hacen falta las muestras” dijeron a su regreso los periodistas, “con solo ver el agua te das cuenta de lo que están tirando al río”, agregaron ante el oído atento de un testigo presencial.
Jorge Lanata y sus colaboradores, se esmeraron muy bien para relatar la historia de la fábrica y fundamentalmente, como ha sido a lo largo de la historia la distribución o importación del papel para los medios gráficos. Botnia parece “Alicia en el país de las Maravillas”, frente a la obsoleta tecnología que utiliza la planta sampedrina.
El silencio es salud
La espantosa frase elaborada por los publicistas de la Dictadura, parece recobrar vigencia. Son pocos los que se hacen eco de lo que sucede en el Paraná, en pleno corazón de la Provincia de Buenos Aires. Tal vez, el Gobernador Scioli recuerde que fueron periodistas de este medio, a través de Fernando Bravo, los que le devolvieron sus documentos tras el impresionante accidente que lo dejó mutilado. Un pescador encontró su DNI flotando casi a la altura de dónde se encuentra la planta, sobre la otra orilla.
A muchos periodistas, no se les escapa que la avanzada K, sobre los pocos medios de comunicación que han quedado en manos de pioneros de la radiodifusión o pequeños periódicos regionales, nada tiene que ver con la pulseada que se juega con los grupos multimediáticos, pero como sucede siempre, el daño se le hace a la libertad de expresión. No sólo por las excesivas facultades que se le otorgan a los funcionarios para “monitorear desde el observatorio”, desconociendo que sólo quienes viven en el interior han visto en vivo y en directo que el enojo de los chacareros fue absolutamente genuino y tan anárquico, que era imposible reportear a un representante. Es evidente que el “observatorio” mira con un solo ojo y se guía por la pantalla de los canales de televisión nacionales, en vez de darse una vuelta para ver en “vivo y en directo” las cacerolas de miles de ciudadanos que sin tener un grano de soja plantado, salieron a las rutas a repudiar el provocador y violento discurso que pronunció la Presidente, aquel desafortunado martes por la noche en el que pronunció la frase “piquetes de la abundancia”. Es obvio, que nadie ha venido a ver, cómo han muerto las pequeñas localidades como Gobernador Castro o Río Tala, dos poblaciones donde la principal fuente de trabajo era la fruticultura o la horticultura. Esos desocupados, que reciben planes de 150 pesos por mes, son sus verdaderos clientes en cada elección bajo la extorsión de perder esa oprobiosa dádiva, que reemplaza el alegre despertar de madrugada para subirse a los camiones para cosechar o embalar frutas de todo tipo para la venta en el mercado interno y en el mejor de los casos para exportar.
La presidenta debería saber que en la geografía argentina, nada se mide en barriles de petróleo y que con su política de aliento al clientelismo político, sigue abonando al desprecio por el trabajo. Esta ciudad que se indigna ante la falta de controles sobre una de las plantas, que por lo confirmado en las muestras es una de las más contaminantes del país y que ve por televisión cómo se cortan los pasos a Uruguay, siente mucha vergüenza cuando se habla de cuidado de medio ambiente. San Pedro, ha reclamado desde el municipio los controles correspondientes sobre todas las plantas que funcionan en la ciudad. Es curioso, solo ahora que empezó la batalla del gobierno con los medios, todo se pone en marcha.
Alguien deberá sentarse en las mesas de negociaciones para explicarle al poder de turno, cuánto tiempo tarda un duraznero en empezar a arrojar sus frutos y qué linda es la brevedad con la que se obtienen los resultados alquilando el campo para que se siembre soja. Con seguridad, debe haber muchas ciudades minifundistas y trabajadoras, chacareros de los que no pierden el tiempo en un piquete y que salieron a las rutas a enfrentarse con 600 efectivos de la Prefectura monitoreados directamente por el otro de los “hermanos Dalton”, Aníbal Fernández. Para muchos era la primera vez que veían al grupo Albatros preparado para “disuadir” a los manifestantes y casi como una anécdota, los observaban con cierta admiración y respeto, porque eran las “fuerzas de seguridad” mas afines las que ocuparon los laterales de la autopista más importante del país.
Todo tiene que ver con todo. El origen del enojo presidencial comenzó mucho antes que los chacareros cortaran en 56 piquetes las rutas. La respuesta parece ser callar a todos los medios y pretender una estrategia como la que se usa con las tradicionales agrupaciones de piqueteros que trabajan a diario de caminantes de protesta, sin saber qué reclaman. Estos “piquetes de la abundancia” no saben negociar y tienen a sus dirigentes contra las cuerdas, les importa un bledo el porcentaje de las retenciones y quién gana la pulseada; sólo quieren volver a sus trabajos y saber que al final del mismo obtendrán su renta, como corresponde a quien se sacrifica de lunes a lunes con la única tregua de una lluvia o un granizo.
Del mismo modo en que se está engendrando la mordaza y el descrédito de los medios, se apuñala el corazón productivo de la provincia, dejando que las tierras queden en manos de los que vienen con las mejores semillas de soja a multiplicar ganancias.
Esta semana, Papel Prensa, estará gracias al informe de Crítica de la Argentina, en la primer fila de los expedientes a tratar en el Juzgado de Villafuerte Ruso. El resultado de las muestras es más que evidente y ahora, el Fiscal Juan Patricio Murray, el mismo que busca a los desaparecidos con la comisión de antropólogos; el mismo de las causas de la leche de los planes sociales que se vendía en los supermercados de la zona; el mismo que arremetió sin piedad en las causas que comprometían al semi diputado Luis Abelardo Patti, tendrá en sus manos la investigación del INA. Si es positiva y tan contaminante como lo adelantó Jorge Lanata en su diario, no dudará en elevarla a juicio de manera inmediata y otra vez, Villafuerte Ruso tendrá en sus manos, un expediente escandaloso que deberá resolver a la brevedad para obligar a la planta a cumplir con los protocolos de tratamientos de efluentes y pagar las multas por los daños ocasionados a la población de San Pedro y Baradero.
Por el momento sólo un profesional de la medicina se arriesgó a insinuar a La Opinión que estos resultados pueden estar demasiado vinculados al creciente porcentaje de casos de cáncer que están siendo prolijamente registrados desde hace dos años. “Pensábamos que podía ser la central de Atucha, pero después de ver el informe, puede ser Papel Prensa la que impulse tantas enfermedades a la población, aunque habría que esperar a ver que dicen los técnicos” afirmó.
Que dijo Crítica de la Argentina
Desde su edición del domingo, el diario “Crítica de la Argentina”, de Jorge Lanata, viene publicando todos los días distintos tipos de notas relacionadas con la contaminación en Papel Prensa. El primero de esos informes, y quizás el único relevante, se tituló “Botnia en San Pedro”, y causó verdadero revuelo a nivel local y nacional.
Mas allá de la brillante síntesis de Jorge Lanata en esa edición sobre la historia de Papel Prensa, y de como el control de esta poderosa empresa influye notablemente sobre la libertad de expresión en los medios gráficos de nuestro país, el dato más novedoso que quizás haya aportado este diario, haya sido el haber tomado muestras de agua que ya han sido analizadas, con las que revelaron, hasta ahora, que la empresa radicada en San Pedro contamina las aguas del río, en una proporción 10 veces mayor de lo tolerado por la legislación.
Recordemos además, que el 7 de septiembre de 2007, ya había sido abierta una causa en ese sentido por el fiscal de San Nicolás Juan Patricio Murray, y que el pasado 12 de marzo se produjo un allanamiento en la planta, del que todavía, no se conocen los resultados oficialmente.
Al cierre de esta edición se esperaban los últimos peritajes sobre las muestras que deben realizar los organismos ya citados. Fuentes indiscutibles confirmaron a “La Opinión” que si bien no están terminados aún, los análisis arrojarían diferentes resultados a los que han sido publicados en medios nacionales. Sin embargo, persisten las dudas, puesto que los análisis privados del diario fueron tomados en el lugar exacto donde desembocan los efluentes de Papel Prensa.
En cuanto a una movilización impulsada por Quique Sierra, al cierre de esta edición, no había novedades al respecto. Ante una consulta de La Radio, el conocido ambientalista local comentó que “los costos ambientales, los pagamos todos”, para llamar la atención luego de que no solo deben ser tenidos en cuenta los efluentes, sino también la proliferación de “algas cianógenas” en las aguas del río, aludiendo tanto a Papel Prensa como a otras plantas fabriles que se encuentran en nuestra ciudad.
En Crítica de la Argentina y en otros medios, la investigación continuará hasta el final y se espera que las muestras recogidas por los periodistas y especialistas de la UBA “coincidan” con las del juzgado federal.
Fuente: La Opinión Semanal