Ocurrió en en Misión Nueva Pompeya
La periodista Marisa Pizzi informó que el pasado domingo el comisario Marcelo Torales huyó de la comisaría cuando un grupo de aborígenes y criollos se presentó para denunciarlo por romper la veda política y repartir dádivas.
Luego de la clausura del acto eleccionario, el comisario Marcelo Torales debió huir con sus pertenencias escapándose por una ventana trasera de la comisaría de Misión Nueva Pompeya cuando un nutrido grupo de simpatizantes justicialistas aborígenes y criollos indignados se presentaron a radicar una denuncia en su contra. El motivo que ofició de detonante fue que en el momento de cierre de los comicios del pasado domingo, pasadas las 22 horas, Torales pasó con el patrullero cerca de los simpatizantes justicialistas que aguardaban los resultados en la esquina de la escuela Nº 526, a quienes gritó “indios de mierda, ahora van a ver como se cagan de hambre”. Esto generó que los simpatizantes justicialistas se dirigieran a la comisaría para solicitar se tome medidas contra el comisario, aclarando que el malestar era con un minúsculo grupo de policías que violaron la veda política el patrullero para la repartición de dádivas con fines electorales a beneficio del actual intendente Vicente González. La policía tampoco hizo efectivo la exigencia de depositar los vehículos municipales, del Consorcio Caminero y otros vehículos públicos, los cuales fueron utilizados para la campaña proselitista hasta el día 15. Además en la denuncia agregaron que el Centro del Menor, manejado por una cuñada del intendente reelecto, “Chula” Effemberger, fue utilizado como bunker político de la Alianza, donde se alojaba a los simpatizantes de la Alianza Frente de Todos, pero también para realizar reuniones de las que participaba también el comisario. En la denuncia agregan que Torales también utilizaba el personal a su cargo como albañiles para las obras que realizaba el municipio, de las cuales él tenía su beneficio, como la llamada Plaza de la Juventud. Entre otras irregularidades, la denuncia indica que Torales presionaba a su personal para que sus familiares no participaran de los actos políticos del justicialismo, amenazando con su traslado, así como el uso del patrullero a la noche y hasta altas horas de la madrugada, en el cual el comisario en persona realizaba la entrega de alimentos a cambio de votos. El comisario había dicho al Dr. Pardo, candidato a intendente por el justicialismo, en la puerta de la comisaría que “iban a comprar a todos porque tenían mucha plata”. Un hecho de gravedad que consta en la denuncia es que durante la campaña política, el comisario arrestaba a personas de familias donde había muchos votantes, inventándoles alguna causa, y después se resolvía el problema en el juzgado de paz, con la complicidad del Juez, Héctor Giménez, quien le otorgaba el perdón a cambio de que se vote a la Alianza oficialista. Por otra parte resulta extraño que el mismo comisario festeje a los gritos el triunfo de la Alianza en la sede partidaria, mientras porta el uniforme oficial.
La denuncia, radicada por el concejal electo por el justicialismo, el maestro bilingüe Francisco González, fue recibida por el Comisario Inspector Policía Roberto D. Ibáñez, quien se comprometió a investigar los hechos denunciados.
El lunes a las 18 horas tuvo lugar una multitudinaria reunión en el local de la ex-cooperativa Misión Nueva Pompeya, donde el concejal anunció públicamente que no iban a permitir el regreso de Marcelo Torales a la localidad, debido a éstos y muchos otros hechos abusivos sufridos especialmente por los aborígenes. El candidato a intendente del justicialismo, Dr. Raúl Pardo, aseguró que tenía el compromiso explícito de parte del gobernador electo, J. M. Capitanich, al tanto de los hechos ocurridos, de apoyar la seguridad jurídica de la población frente a los atropellos continuos del poder político local.
Informe: Marisa Pizzi
Fuente: Chaco día por día