Una empresa con un retiro voluntario que lleva casi una década y que sólo en los últimos 4 meses se desprendió de 250 trabajadores. Cuya única meta es el ajuste. El problema es que ese objetivo tiene consecuencias: equipos diezmados, pérdida de calidad de productos, falta de control y chequeo. Los pasantes están para aprender y ser corregidos. Lo peor es que éste caso es sólo uno más de una larga seguidilla a la que con tristeza nos vamos acostumbrando, nosotros y nuestros lectores.
Comisión Interna Trabajadores Agea/Clarín