Por: Osvaldo Nemirovsci*
Queremos aportar una mirada sobre el escenario infocomunicacional argentino y la parte de las industrias culturales vinculadas a lo audiovisual. Tenemos, al respecto, muchas observaciones que hacen a la pérdida de capacidad ciudadana para ejercer derechos vinculados al mundo de la comunicación y, básicamente, de la radiodifusión desde diciembre de 2015 y en virtud de “acelerados” cambios efectuados en las normativas que reglamentaban el sector.
Y destacamos la pérdida de calidad institucional en virtud de apreciar la forma gubernamental de establecer nuevas disposiciones en la materia, invirtiendo la pirámide jurídica al colocar resoluciones y decretos por sobre leyes sancionadas por el Congreso Nacional.
Esto desde la juridicidad elegida, a todas luces inconveniente y estimable de ser impugnada en sede judicial. Y desde lo institucional y político observamos una degradación de la contribución sectorial, popular y participativa a la construcción de normas que regulen los espacios de comunicación, telecomunicaciones, TIC y radiodifusión en nuestro país.
Tiene sentido debatir sobre la forma en que se fue “demoliendo” la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, pues eso nos pondrá ante la historia las responsabilidades que les compete a los distintos estamentos políticos. Pero también creemos necesario revelar las inquietudes que nos llevan, con responsabilidad, a requerir se cumplan pasos para una redemocratización de las comunicaciones.
En este sentido queremos afirmar que se hace necesario no dejar de lado una atenta contemplación sobre lo inconveniente que resulta la concentración de medios en pocas manos y que es causa de ejercicio abusivo de dominación de mercado y fortalecimiento de improntas sesgadas, dato no propicio para una buena relación entre medios y comunidad.
Es imprescindible que el Estado Nacional concilie marcos regulatorios que aseguren el democrático y saludable pluralismo, base de una sociedad apta y madura.
Anhelamos para que el modelo de convergencia tenga un fuerte componente social y de defensa de los espacios más débiles de la cadena de la industria comunicacional argentina y brinde las herramientas legales y los tiempos adecuados para un equilibrado nuevo mercado de protagonistas, en especial PyME, empresas de capital social y sector comunitarios y privado sin fin de lucro.
Apostamos a una inteligente utilización con sentido nacional, cultural, democrático, inclusivo y social de las nuevas tecnologías sobre todo en esta etapa de conversión digital y podamos aprovechar en beneficio de las mayorías y con sentido federal el modelo productivo de la digitalización de medios como la televisión, el cine y las radios.
*Diputado Nacional M.C. Ex presidente Comisión de Comunicaciones e Informática. Cámara de Diputados de la Nación
Fuente: El Cordillerano