Por: Facundo Matos Peychaux
La compra de Telefe por US$ 345 M por parte de Viacom modificará el tablero del mercado de los medios de comunicación, aunque no es seguro que vaya a tener un impacto significativo para la economía en su conjunto o para el Gobierno, en particular y más allá del enfoque con que buscará presentar la noticia. Así lo sostiene el analista de medios Martín Becerra, que analizó los alcances de la operación ante la consulta de El Economista.
¿Qué implicancias tendrá una operación de esta magnitud en el mercado audiovisual?
Significa la aparición de un nuevo actor, muy potente, que evidentemente va a tener impacto en el mercado, tanto en el tipo de contenidos que se producen como la lógica con que se hace. Hace muchos años que no había un gran grupo estadounidense operando canales de televisión abierta –y de un canal líder, como es Telefe–, y lo que ocurre siempre con Telefe y Canal 13 es que disciplinan al resto del mercado. Pero también dependerá de las decisiones que se tomen. Si, como dicen los principales ejecutivos de Viacom, la idea es convertir a Buenos Aires en una suerte de polo productor de contenidos para toda América Latina, eso le puede introducir al sector de televisión abierta algunas variantes productivas que si bien la propia Telefe ya tenía (porque tenía una política de producción y exportación bastante consolidada), aparentemente, se van a acentuar. Eso puede ser interesante.
¿Para la economía argentina en general puede ser significativo o es marginal?
En principio, se trata del reemplazo de un grupo internacional por otro, no sabemos todavía cuáles son los planes de inversión real. El Gobierno y los predicadores mediáticos que tiene hablan de esto como una inversión, pero yo sería más cauto. Para Viacom es una inversión, pero en todo caso es una desinversión para Telefónica.
¿Qué representa para Clarín, el otro gran actor del sector?
Para Clarín es un desafío. En principio, si bien Telefe funcionaba muy bien y le ganaba en rating, aunque disputando palmo a palmo con Canal 13, hay que señalar también que no era prioritario para Telefónica como unidad de negocios. Creo que Viacom va a ser más agresivo en todo sentido. No veo que Telefe, para Viacom, vaya a tener un lugar tan secundario dentro de su estrategia corporativa como lo tuvo para Telefónica, porque es el corazón de su actividad. En ese sentido, es interesante porque le agrega una posibilidad de mayor competitividad a la TV abierta, y en el segmento líder. Para Clarín va a ser todo un desafío ver cómo responde a las estrategias que desarrolle Viacom.
¿La aparición de Viacom puede poner fin o al menos un paréntesis a ese escenario ideal que había logrado el Grupo?
No lo creo. Por lo menos por ahora, a nivel regulatorio, el Grupo Clarín está de parabienes, no tiene ninguna nube en el horizonte. Veremos qué pasa en los próximos meses. Con Viacom aparece alguna competencia, pero hasta ahora la posición que logró Clarín en términos de beneficios regulatorios que obtuvo del gobierno de Mauricio Macri no la logró ningún otro. Así que hasta ahora, al menos, parte de una pole position a la hora de pensar una competencia.
¿Para el Gobierno es una buena noticia?
En primer lugar, representa la llegada de un grupo estadounidense, lo que en TV abierta en Argentina es súper novedoso. El Gobierno y los medios difunden esto como el inicio de la llegada de la lluvia de inversiones, por lo que para el Gobierno ha sido una gran noticia. Pero en política comunicacional es el reemplazo de un grupo por otro. El marco regulatorio argentino actual lo permite porque tenemos un tratado de reciprocidad comercial con Estados Unidos; así que al revés, diría que es más cómoda la posición legal para justificar la presencia de Viacom que la que había para justificar lo injustificable, que era que Telefónica tuviera Telefe en el marco regulatorio vigente.
Pasando a otro tema, ¿qué evaluación hace del proyecto de ley de regulación de la pauta pública que se trata en el Senado?
Me parece que representa un avance. Se trata de regular para todos los poderes del Estado la publicidad oficial, con criterios de inclusión bastantes manifiestos, con el impedimento de que se haga proselitismo explícito con los recursos públicos de publicidad oficial y es un avance también que disponga que un porcentaje del total de la pauta tenga un criterio de ayuda o asistencia a medios de menor tamaño, pensando en la obligación que tiene el Gobierno de promover la diversidad informativa y que eso sea universal; es decir, que no sea penalizado con un sistema de precios y castigos en función de si el medio es oficialista u opositor, lo que viene sucediendo sistemáticamente en todos los gobiernos pasados y presentes.
¿Y desde el punto de vista del sector, teniendo en cuenta que muchos medios en Argentina deben gran parte de su financiamiento a la pauta pública?
También. Lo que pasa es que el proyecto establece como uno de los criterios de distribución de la pauta, entre otros, la cuota de mercado. Y eso en Argentina es muy problemático. En primer lugar, porque los sistemas de auditoría de ventas en diarios, radios y televisión solo funcionan en las grandes ciudades argentinas, no son un sistema federal; en segundo lugar, no son universales porque no todos los medios están incluidos en ese sistema; y en tercer lugar, suelen ser bastante objetados en su metodología, por lo que a la hora de pensar cuál es el porcentaje de ingresos que debe tener un medio en materia de publicidad oficial según su cuota en el mercado, hay que tener precaución, porque no es fácil auditar eso.
Fuente: El Economista