La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual representa un orgullo de la vida democrática. No sólo porque su sanción fue fruto de más de 25 años de discusión, ni por los múltiples foros que nutrieron el proyecto, ni siquiera por la abrumadora mayoría con la que fue robustecida en las Cámaras sino, y fundamentalmente, por su vigencia reflejada en toda la extensión del país
Por: Santiago Aragón
La concepción federal de la norma justifica la apertura de 687 licencias de FM, en 381 municipios de diez provincias, aportando capacitación para facilitar la apertura de los concursos.
El derecho a la información y la libertad de expresión son elementos que garantizan ciudadanía y vectorizan la voluntad del Estado. El imperativo categórico que hermana libertad de expresión con libertad de mercado dio paso a una mirada que encuentra en la multiplicidad de voces el verdadero registro de una Argentina que se transforma día a día en una Patria Grande y para todos.
A contramano del discurso hegemónico, que se desentiende de las experiencias territoriales y del espíritu colectivo, nuestra ley aporta voz en cada lugar y en cada sector social que ha revitalizado sus formas en el proyecto nacional. Porque la posibilidad de multiplicar las voces sólo puede concebirse en un Estado que garantiza los derechos de todos. Esas voces son las de nuestros pibes, alcanzados por la netbook y protegidos por la Asignación Universal por Hijo. Son el decir de nuestras organizaciones intermedias, unidas y solidarias. Son nuestros viejos y sus jubilaciones. La recuperación de un aparato productivo que pone un trabajador en cada hogar argentino. Es la distribución inédita de un presupuesto que asigna un valor central a la educación y promueve la movilidad social por la formación y el empleo.
Para multiplicar las voces es necesario promoverlas.
Las autorizaciones de emisión para cooperativas, las radios para escuelas y pueblos originarios, reflejan el espíritu de una norma pensada para escucharnos entre todos.
Por eso este proyecto nacional garantiza el cumplimiento de la ley, porque es la evidencia de una Argentina en la que cada realidad ofrece una nueva narrativa y los múltiples discursos que nacen en cada sector renovado son la alternativa ante la letanía del desánimo que impulsan los sectores concentrados.
El incumplimiento manifiesto de estos grupos con esta norma que beneficia a todos los argentinos, no hace más que ratificar la vigencia. Porque en ese incumplimiento se esconde, y no tanto, la nostalgia de impunidad, los métodos ilegales y arbitrarios, y el evidente desprecio por las instituciones con el que el monopolio pretende seguir desarrollando sus actividades. La añoranza de ese tiempo es la evidencia de que ese tiempo ya no existe.
Por eso hemos iniciado los procesos de adecuación para que el 7 de diciembre, tal cual lo ha estipulado la Corte, aquellos grupos de medios que infringen la Ley 26.522 tengan la posibilidad de operar acorde a lo establecido y eviten las sanciones previstas.
Nuestra única estrategia es garantizar el cumplimiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, promoviendo el derecho a la información entre todos los argentinos.
Fuente: Tiempo Argentino
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