En el marco de la visita de Estado de Cristina Fernández de Kirchner a Brasil, se incorporó en la agenda el debate sobre la norma digital. Luiz Inácio Lula da Silva adoptó el sistema japonés en el 2006. La Argentina se definiría también por los nipones.
Por Nora Veiras
“Esto no es sarasa.” La informalidad de la frase apunta, en realidad, a mostrar la formalidad de las negociaciones con Brasil. Cristina Fernández de Kirchner llegará hoy a Brasilia en el marco de su segunda visita de Estado. Antes, desembarcará en Recife para inaugurar una planta de energía eólica instalada por el empresario argentino Enrique Pescarmona. La agenda con Luiz Inácio Lula da Silva está centrada en la formación de una empresa conjunta para el desarrollo de energía nuclear, en la posibilidad de reactivar la industria aeronáutica y en dar impulso a acuerdos económicos. La política de integración con una de las economías más poderosas del mundo afianzó en las últimas semanas conversaciones que, en principio, no estaban contempladas para este encuentro, como la definición de la norma que adoptará la Argentina para la televisión digital. “Brasil decidió a fines del 2006 adoptar la norma japonesa y nosotros estamos muy cerca de tomar la misma decisión justamente para compatibilizar con ellos”, dijo a PáginaI12 un funcionario argentino.
Hay tres normas de TV digital en danza: la norteamericana ATSC –Advanced Television Systems Comité–, la europea DVB-T –Digital Video Broadcasting y Terrestrial– y la japonesa ISDB –Integrated Services Digital Broadcasting–. En 1998 el gobierno de Carlos Menem, durante la gestión de Germán Kammerath en la Secretaría de Comunicaciones, había dado el acuerdo para la adopción de la norma estadounidense. Durante el gobierno de la Alianza se dejó en suspenso esa resolución y al asumir Néstor Kirchner se formó una comisión para analizar el tema. Hace dos años, Lula le envió una carta al entonces presidente argentino manifestándole las bondades de la norma japonesa. En la última de sus catorce visitas a la Argentina, el pasado 4 de agosto, Lula incorporó el tema en las charlas con la Presidenta. A la semana siguiente, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el titular del Comfer, Gabriel Mariotto, estuvieron en Brasil y el tema volvió a analizarse. Producto de esos encuentros se incorporó en la agenda de la visita de Estado. Este diario pudo saber que, además, la semana próxima el secretario de Medios, Enrique Albistur, recibirá al viceministro de Interior y Comunicaciones de Japón, que llegará al país al frente de una nutrida comitiva de empresarios de telecomunicaciones.
El lobby de cada uno de los sectores es incansable y no ahorra esfuerzos. El Grupo Clarín-Canal 13 se identifica con la norma ATSC y la embajada de EE.UU. se esmera en destacar la calidad de definición de la norma que en América latina ya adoptaron México y Colombia. Telefé –por su vinculación con las empresas telefónicas– se juega por la norma europea, que logró imponerse en una gran cantidad de países, Uruguay, entre ellos. El resto observa. Brasil pone las fichas a la japonesa y, especialmente, a las prestaciones tecnológicas que puede facilitar a partir de las reformas introducidas por ellos a través de la norma nipo-brasileña.
“La europea tiene como ventaja un mercado enorme, lo cual permite ofrecer los decodificadores del sistema analógico al digital a un bajo costo, que oscila entre los 30 y 50 dólares. La nipo-brasileña permitiría articular políticas conjuntas de fabricación de productos electrónicos y esto redunda en puestos de trabajo”, analizaba ayer un funcionario expectante por la definición.
La tecnología digital permite la diversificación de la cantidad de canales de transmisión usando el mismo ancho de banda. Ahí se abren discusiones técnico-políticas que pasan por habilitar menos canales con más definición o dar la posibilidad de diversificar con una calidad standard. Otro tema central es la modalidad de transmisión simultánea para la televisión fija y móvil, es decir básicamente los teléfonos celulares que reciben TV. “El punto es si la señal que recibe la televisión móvil es por frecuencia de radiodifusión o de telefonía; si son señales diferentes permite mayor diversificación, de lo contrario se estaría frente a la convergencia total entre la telefonía y la TV, lo cual implica una definición política en el modelo de negocios”, destacó un especialista.
Según las explicaciones que circulan por Gobierno, tanto la norma japonesa como la europea permiten diferenciar las señales de TV y telefonía en el mismo aparato, mientras que la norma norteamericana no da tanta flexibilidad.
En febrero de 2009, Estados Unidos le puso fecha al “apagón analógico”: la era digital se transformará en absoluta y ya no se transmitirá en el sistema analógico. La tecnología vive y se desarrolla en función del avance de las compatibilidades, los decodificadores y su costo son una variable entonces decisiva para expandir la masificación del mercado audiovisual. La producción de artefactos electrónicos, el desarrollo de la televisión móvil y el recambio de equipos están condicionados por el tipo de norma que se elija. A fines del 2006, Brasil hizo su elección. La Argentina viene posponiendo la decisión pero todo indica que el encuentro cara a cara entre Lula y CFK sería clave para clausurar la duda.
Fuente: PáginaI12