Por Leónidas Ceruti
Anarquistas y socialistas se reunían en el café "La Vieja Bastilla" o "La Bastilla" en calle Rioja entre Libertad (Sarmiento) y Progreso (Mitre), en donde funcionaba un ateneo de internacionalistas franceses, italianos, alemanes, austríacos y españoles. Por otra parte, se había conocido y discutido en la ciudad el "Manifiesto de Constitución de la Primera Internacional", redactado por Carlos Marx, entre el 21 y el 27 de octubre de 1864.
Además, distintos militantes gremiales y políticos, se congregaban en un local de calle Santa Fe, y el 23 de abril de 1890 resolvieron crear una Sección de la Asociación Internacional de Trabajadores, y enviar una nota adhiriendo al Congreso Obrero y Socialista de París.
Conocidas las actividades que se desarrollaban en Buenos Aires, y una vez recibida la invitación para concurrir a la convocatoria del Club Worwarts, para la organización de la jornada internacional de protesta, los activistas internacionalistas que se habían agrupado en la denominada Asamblea Internacional de Rosario, reunidos en el café "La Bastilla" designaron a Virginia Bolten y Rómulo Ovidi, para representarlos. Por otra parte, el periódico editado en la ciudad, El Obrero Panadero, publicó el llamado del Comité Internacional de Buenos Aires para la difusión de los actos programados para el 1º de mayo de 1890.
Las reuniones se sucedían, concurriendo entre otros Rómulo Ovidi, Virginia Bolten, Francisco Berri, Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen, Rafael Torrent, Teresa Marchisio, María Calvia, Paulino Pallas. La policía que vigilaba a quienes asistían a las tertulias, en uno de sus informes advirtió al gobierno provincial que "se habían incrementado las reuniones de los gringos extravagantes que usan corbata negra y moño volador".
El día previo al gran acto fue detenida Virginia Bolten por distribuir el manifiesto del Comité Internacional de Buenos Aires, y el sumario policial destacó "que fue demorada por distribuir propaganda anarquista ante los trabajadores de la Refinería Argentina, atentando contra el orden social existente". El gobernador dio instrucciones de no molestar a los obreros.
La plaza López fue el lugar elegido para la concentración, y ese día desde las 11 los manifestantes se fueron acercando al lugar, portando carteles "negros con letras rojas", uno de ellos con esta inscripción: "1º de Mayo de 1890 - Fraternidad Obrera Universal".
La columna de 1.000 manifestantes, partió "custodiada por seis bomberos a caballo con sus flamantes Remington", y debió cambiar el recorrido original debido a la lluvia y lo hizo "por la calle Comercio (Laprida) hasta Mendoza, luego tomaron por la calle Buenos Aires y desde allí hasta la plaza 25 de Mayo, cuyos contornos recorrieron siguiendo por Córdoba, San Martín, San Luis, Entre Ríos, hasta Urquiza", y se congregaron en la quinta Hutteirnan (que era usada por los circos que visitaban la ciudad, las crónicas destacan que el último fue el Frank Brow).
En ese sitio diversos oradores expresaron las demandas proletarias en varios idiomas. Para algunos investigadores fueron siete los disertantes, entre ellos Domingo Lodi, Juan Ibaldi, Guillermo Schutlze, Alfonso Jullen, Rafael Torrent, Paulino Pallas y Virginia Bolten.
Distintas crónicas periodísticas, destacaron que luego del mencionado recorrido, "tres oradores hacen uso de la palabra (dos de ellos en italiano). La responsabilidad y el buen criterio de los mismos llamando al orden y la moderación permiten que el acto transcurra en un ambiente pacífico".
Rafael Torrent entre otros conceptos dijo: "Siendo la Argentina un país democrático por excelencia, debe apoyar el progreso y el desarrollo de cuanto tienda al mejoramiento de la clase obrera, y en ese concepto debía solicitarse a los representantes de la Patria, la sanción de los acuerdos del Congreso Obrero de París" (...).
Posteriormente, la columna se dirigió al café "La Bastilla", para celebrar y brindar por el acontecimiento. Se resolvió conformar un Comité Provisorio, quedando constituido en dicho bar para recibir adhesiones y que se organizaran comités por nacionalidades enviándose a Buenos Aires el siguiente telegrama: "Al Comité Internacional de Buenos Aires, Comercio 880: los obreros de Rosario reunidos en números de 1.000 festejamos el 1º de Mayo. Orden del día: Solidaridad con el Congreso Internacional Obrero. Tiempo malo. Demostración imponente. Orden, tranquilidad y animación. Comité provisorio".
Fragmento de "Historia del 1º de Mayo en Rosario, 1890-2000", Ediciones La Comuna, de Leónidas Ceruti.
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