El periodista y reportero gráfico Armando Álvarez, de Tartagal, fue detenido el lunes al mediodía en la localidad boliviana de San José de Pocitos luego de que una conocida puntera política del municipio de Salvador Mazza, de nacionalidad boliviana, y que reside en Pocitos boliviano lo denunciara ante la policía de ese país. Álvarez estuvo detenido durante 7 horas y fue víctima de empujones e insultos por parte del comandante de frontera quien intentaba hacerlo confesar sus datos personales a las dos punteras quienes, junto a otros sujetos, le exigían al comunicador que confiese 'quién te mandó a investigarnos'.
Álvarez fue puesto en libertad 7 horas más tarde -alrededor de las 20 hora de Bolivia- y durante todo ese tiempo periodistas argentinos tanto de Salvador Mazza como de Tartagal intentaron conocer que había sucedido con él . El Tribuno se comunicó con efectivos de la Policía Federal Argentina de Salvador Mazza pero ningún ciudadano argentino figuraba como detenido en Bolivia, situación que generó aún más preocupación entre sus colegas norteños conocedores de la falta total de garantías que existen en ese país. Horas más tarde Álvarez fue 'deportado' según le dijeron los policías bolivianos que no hicieron ni un acta referida ni a su detención ni a su libertad.
Por pedido de Luna y "Teté" Ugarte
Según relató Armando Álvarez, periodista radial, quien tiene una página en Internet y reporta información, material fílmico y fotográfico para varios medios de la zona, él había llegado el lunes a media mañana hasta la municipalidad de Salvador Mazza 'para conocer acerca de una mujer, Luna Ugarte quien sería una de las punteras que maneja los votos de los bolivianos de Yacuiba y de San José de Pocitos y la distribución de planes sociales en esas dos localidades'.
Efectivamente y como Álvarez lo mencionaba, Luna Ugarte - hermana de un médico que presta servicios en el hospital Juan Domingo Perón de Tartagal - es mencionada como la persona que en las últimas elecciones en que el FPV se impuso ampliamente, manejó alrededor de 2.500 votos de ciudadanos de San José de Pocitos y de Yacuiba, a un promedio de $250 cada uno. ‘Cuando llegué a la municipalidad de Salvador Mazza, pregunté por ella en la oficina de personal y si esta mujer era empleada municipal; una de las empleadas me respondió 'si y no; trabaja y no trabaja' pero igual me dieron su dirección.
Álvarez se dirigió entonces hacia la localidad boliviana de San José de Pocitos, a la casa de la mujer donde fue atendido por una hermana (se trataría de otra mujer apodada Teté). ‘Me dijo que Luna estaba durmiendo -era cerca del mediodía- y que vuelva más tarde. Regresé media hora después y la actitud de esta mujer ya era diferente. Estaba muy nerviosa, comenzó a preguntarme para qué la buscaba a su hermana y quien me había mandando‘ recordó el reportero.
A los pocos minutos arribaron al lugar varios efectivos de la policía de Bolivia quienes, a pedido de las dos mujeres lo detuvieron y lo llevaron hasta la comisaría de San José de Pocitos. Álvarez permaneció allí por espacio de una hora luego de lo cual fue trasladado al edificio de la FELC (Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen) en Yacuiba. 'Los efectivos no sabían decirme porqué estaba detenido al punto que uno de ellos llegó a decirme ‘amigo, no sé porqué ni para qué te tenemos aquí'”.
Luego de dos horas de permanecer en una celda ‘llegó el comandante de frontera, ordenó que me saquen de la celda para que en su presencia hable con Luna Ugarte, su hermana y otro hombre que me pareció podría ser otro hermano de las dos mujeres. Luna me exigía que le dijera mi nombre, mi número de documento y mi domicilio y como le respondí que ella no era nadie para exigirme eso, el comandante de frontera me dio un golpe y un empujón y me dijo que yo debía ‘colaborar con la investigación’. Tuve que decirle lo que esta mujer quería pero ella me seguía interrogando, preguntándome quien me había mandando, porque esa era su preocupación. Luego de esto volvieron a meterme en la celda y allí me dejaron. Cerca de las 7 de la tarde vino un efectivo, me dijo que Luna Ugarte ‘ya me había investigado’ en Argentina, que yo efectivamente era periodista en Tartagal y que era muy querido y respetado por todos mis colegas y que solo por ese motivo me daban la libertad. Cuando le pregunté si debía firmar algún acta por mi liberación me dijeron que no había nada para que firme'.
Álvarez, quien tiene un hermano de profesión periodista que trabaja en dos medios de comunicación de Yacuiba, explicó que formalizará la denuncia 'en los organismos que correspondan; quise hacerla en la fiscalía penal de Tartagal pero me dijeron que esa denuncia la tengo que hacer en Bolivia. Con esto quedó demostrado que los periodistas no tenemos ninguna garantía en un país hermano como Bolivia pero tampoco en nuestro país'.
Sin información desde la municipalidad
El Tribuno trató de contactarse en varias oportunidades al teléfono personal de la interventora de Salvador Mazza Mercedes Junco pero la funcionaria -que reemplazó al ex intendente Carlos Villalba- nunca respondió. La inquietud de este medio era saber si efectivamente Luna Ugarte figura como empleada municipal, si cumple horario como todo el personal, qué relación tendría la mujer con el destituido intendente Villalba y con el manejo de los votos de ciudadanos bolivianos -en especial bagayeros- pero también comerciantes y vecinos comunes que votan en Argentina toda vez que hay elecciones a cambio de dinero. Se comenta en la frontera que en las PASO, los punteros de Villalba sumaron votos para el candidato Rodolfo Urtubey y se pagaban un promedio de $250 cada uno.
'Hay muchos negocios demasiado raros; deudas millonarias que tiene Villaba con gente muy pesada del otro lado pero nadie te hablará de frente de esas cosas porque son mafias que manejan todo incluida la policía' refirió un comunicador que pidió estricta reserva en su identidad por cuestiones de seguridad.
- Desde el mediodía varios periodistas de Tartagal y Salvador Mazza comenzaron a averiguar sobre el paradero de Álvarez quien no respondía su teléfono.
- El intendente de Tartagal Sergio Leavy realizó varias llamadas a la frontera para conocer la suerte del comunicador tartagalense.
- La detención en Bolivia del joven periodista de 30 años y estudiante de la carrera de comunicador social de la UNSA no quedó registrada en ningún organismo.
- Su detención causó gran preocupación en los periodistas argentinos, conocedores de la falta de garantías que existen en Bolivia en relación a la tarea periodística.