El canciller uruguayo Reinaldo Gargano dijo este lunes que "se acabó el tiempo de toda la buena voluntad" en la disputa que enfrenta a Uruguay y Argentina, en torno a la instalación de la planta de celulosa de la finlandesa Botnia sobre un río limítrofe, y el bloqueo de puentes binacionales.
"Se acabó el tiempo de toda la buena voluntad. La postergación (de la habilitación de la fábrica), habría significado 15 días más de relajo, de insultos y agravios, todo lo que se ha escuchado en este tiempo", subrayó Gargano en declaraciones a radio Sarandí.
Tras fracasar en la XVII Cumbre Iberoamericana de Santiago un acuerdo entre los gobiernos de Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner, Uruguay otorgó el jueves la autorización a Botnia para iniciar sus operaciones en la usina de Fray Bentos (300 km al noroeste de Montevideo), a orillas del río Uruguay, frente a Argentina.
A menos de veinticuatro horas de concedido el permiso y en medio de una creciente tensión entre ambos países, el gobierno uruguayo decretó el cierre por tiempo indeterminado de uno de los tres pasos fronterizos y estableció la prohibición de invadir el espacio aéreo en las inmediaciones de la planta.
Las medidas se tomaron para impedir el cruce de activistas argentinos, ante el anuncio de una masiva manifestación fluvial, aérea y terrestre de los pobladores de Gualeguaychú, quienes desde hace un año mantienen bloqueado el puente que une a esa ciudad argentina con Fray Bentos, en protesta del emprendimiento industrial que consideran contaminante.
Uruguay y la empresa finlandesa descartan la posibilidad de contaminación.
El jefe de la diplomacia uruguaya estimó que la escenografía no hubiera diferido demasiado si Uruguay aplazaba el visto bueno a Botnia luego de finalizada la Cumbre de Chile.
"Uruguay actuó con una moderación extraordinaria. Postergar la habilitación hubiera sido seguir dejando que nos insulten", recalcó.
Fuente: AFP