El director nacional de inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, pidió al Departamento de Justicia que abra una investigación penal sobre el origen de las filtraciones de prensa sobre los programas de vigilancia electrónica, y denunció "el enorme daño" causado por las revelaciones.
"Para mí es literalmente desgarrador ver lo que está sucediendo por el enorme daño que le hace a nuestras capacidades de inteligencia", dijo Clapper durante una entrevista con la cadena de televisión NBC.
"La NSA ya presentó un informe criminal sobre esto", agregó.
Filtraciones publicadas por el estadounidense The Washington Post y el británico The Guardian esta semana revelaron la existencia del PRISM, un programa para recopilar rastros dejados en internet por personas fuera de Estados Unidos.
Los diarios también revelaron que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ha accedido desde 2006 a registros de las horas y la duración de las llamadas realizadas en Estados Unidos a través de Verizon y otras empresas, como parte de una operación de monitoreo y recolección de datos para anticipar planes terroristas.
La vigilancia electrónica "es una herramienta clave para seguir garantizando la seguridad de la nación", añadió.
Agente de inteligencia
The Washington Post citó entre sus fuentes a un agente de inteligencia descontento. "Todos nos sentimos profundamente ofendidos por esto. Se trata de alguien que, por una u otra razón, decidió violar la confianza de su país", respondió Clapper a NBC News: "Espero que seamos capaces de dar con quien hizo esto, porque causa un gran daño a la seguridad de nuestro país".
Clapper fustigó el sábado a medios de comunicación por sus "imprudentes revelaciones" sobre los amplios programas de vigilancia desarrollados por el gobierno, sobre los que reveló algunos detalles.
El alto funcionario hizo una férrea defensa de los programas por su eficacia en la lucha antiterrorista y aseguró que las actividades eran legales y estaban sometidas a una amplia supervisión de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Y aunque dijo entender las preocupaciones de la opinión pública respecto de la invasión de la privacidad y las libertades civiles, aseguró que "mucho de lo que la gente está viendo y leyendo en los medios está bastante exagerado".
El debate sobre los programas "es un arma de doble filo porque nuestros adversarios (...) se benefician de esa misma transparencia", agregó.
"Así que mientras nosotros hablamos, ellos van a la escuela y aprenden cómo se hace. Es por eso por lo que puede hacer un gran daño a nuestras capacidades de inteligencia".
"Intimidar a los periodistas"
Entrevistado ayer por la mañana en la cadena ABC, el periodista de The Guardian Gleen Greenwald, uno de los que están detrás de las revelaciones de los programas masivos de espionaje electrónico, denunció por su parte la intención de "intimidar a los periodistas y sus fuentes".
"Cada vez que un periódico menciona algo que el gobierno oculta, que los responsables políticos no quieren que la gente sepa (...), hacen lo mismo: atacan a los medios de comunicación", estimó Greenwald.
"Cada vez que (...) alguien revela malas acciones del gobierno, la táctica consiste en demonizarlo y presentarlo como traidor", dijo el periodista.
Muy severo en su lucha contra la filtración de información confidencial, el gobierno de Obama tuvo que hacer frente a las críticas a mediados de mayo después de que se supiera de las actividades sin precedentes de rastreo de los registros telefónicos de la agencia de noticias estadounidense AP.
Un veterano de la CIA, John Kiriakou, fue condenado en enero a dos años y medio de cárcel por revelar el nombre de un agente secreto implicado en interrogatorios sensibles con presuntos miembros de Al Qaida.
Y el lunes se inició el juicio por una corte militar del soldado Bradley Manning, quien se enfrenta a cadena perpetua por entregar decenas de miles de documentos secretos a WikiLeaks.
El británico The Guardian reveló la identidad de la fuente
Un empleado de 29 años de una subcontratista estadounidense de Defensa es la fuente que reveló a The Guardian las informaciones confidenciales sobre los programas de vigilancia de las comunicaciones implementados por Estados Unidos, dijo ayer el diario británico
"No tengo ninguna intención de ocultarme porque sé que no hice nada malo", dijo Edward Snowden, que está en Hong Kong desde el 20 de mayo, en una entrevista por video publicada en el sitio web del periódico.
Ex técnico de la CIA, Snowden trabajó durante cuatro años en la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) -de la que reveló documentos confidenciales- como empleado de varias subcontratistas, incluyendo Dell y Booz Allen Hamilton, su último empleador.
"Mi único objetivo es informar a la gente sobre lo que se está haciendo en su nombre y lo que se hace en su contra", declara a The Guardian.
Hace tres semanas, tuvo que dejar a su pareja, con la que disfrutaba de una vida cómoda en Hawai, para volar a Hong Kong antes de la divulgación de las filtraciones, dijo el diario.
"Estoy dispuesto a sacrificar todo esto porque no puedo, en mi alma y mi conciencia, permitir al gobierno de Estados Unidos que destruya la vida privada, la libertad de internet y las libertades fundamentales de todo el mundo con este enorme sistema de monitoreo que se está llevado a cabo secretamente", dijo.
Mientras las autoridades estadounidenses anunciaron haber abierto una investigación para descubrir quién estaba detrás de las filtraciones, publicadas por The Guardian y The Washington Post la semana pasada, este ex empleado de la CIA reconocía: "No creo que vuelva a ver mi hogar".
El diario británico publicó en su sitio web una entrevista con Edward Snowden en video
Los servicios de inteligencia del Reino Unido también recopilaron millones de correos electrónicos, fotos y videos privados de las principales compañías de internet del mundo, en una operación encubierta dirigida por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA). Así lo publicó el diario británico The Guardian, lo que motivó pedidos de explicaciones del Parlamento británico sobre el espinoso asunto.
Según The Guardian, el centro de escuchas y decodificación de los servicios secretos británicos en Cheltenham (oeste de Inglaterra), conocido como GCHQ, tuvo acceso desde junio de 2010 al llamado sistema de vigilancia Prism de la NSA, de acuerdo con documentos secretos obtenidos por ese diario.
El programa Prism permitió al GCHQ sortear el proceso legal que se requiere oficialmente para obtener material personal como correos electrónicos, fotografías y videos de las compañías de Internet, como Facebook y Google, cuya sede está fuera del Reino Unido.
The Guardian dijo que la agencia británica generó 197 informes secretos a través del sistema Prism durante un año hasta mayo de 2012, lo que representa un aumento del 137 % con respecto a 2011. El opositor Partido Laborista pidió ayer al gobierno de David Cameron aclaraciones sobre el uso por parte de espías británicos del controvertido programa estadounidense de vigilancia de comunicaciones.
"Las agencias de inteligencia tienen que ser capaces de conseguir información del extranjero, especialmente para llevar a cabo su fundamental trabajo contra las amenazas terroristas", indicó la vocera laborista Yvette Cooper.
"Pero se debe hacer dentro de un marco legal aprobado por el parlamento para que haya garantías apropiadas", agregó. Los diarios The Washington Post y The Guardian informaron que los servicios de inteligencia estadounidense utilizaban dos programas secretos: uno que permite monitorear las comunicaciones telefónicas a través del operador Verizon.
Por otro sistema, que lleva el nombre de Prism, se apunta a interceptar datos, videos, e-mails, archivos y teleconferencias de nueve enormes proveedores de Internet, tanto en el país como en el extranjero, tales como Facebook, Google, Yahoo, Apple, entre otros.
Fuente: Agencia AFP