Este 3 de mayo se celebra un aniversario más del Día Internacional de la Libertad de Prensa, establecido por Unesco, en el cual, además, se concede el premio Guillermo Cano a algún o alguna periodista en el mundo que ha sacrificado su vida y la ha puesto en riesgo por defender la profesión del periodismo y la libertad con que se debe ejercer. Guillermo Cano fue un periodista colombiano asesinado por sus investigaciones relacionadas con el crimen organizado y el narcotráfico, y de ahí que se decidió dar su nombre a este premio, al cual regularmente se invita a la viuda o familiares de él para acompañar los actos
Por: Frank La Rue Lewy
Este año me ha tocado asistir a la celebración de este día en la ciudad de Túnez, donde Unesco consideró que efectuar esta actividad puede contribuir al reconocimiento y al impulso que necesita la transición política en este país al derrocar la dictadura de más de 30 años de Ben Alí, así como la de Mubarak en Egipto y las luchas en otros países árabes.
Túnez se convirtió en un símbolo del uso y poder del internet en manos de los jóvenes para manifestar su descontento con un régimen dictatorial y movilizar a toda la población hasta derrocarlo. Todo empezó con un joven tunecino que, en protesta contra la persecución del régimen, decidió inmolarse ante sus propias cámaras y subirlo a internet, lo cual provocó la indignación generalizada de toda la población.
Es claro también que el tema de libertad de prensa y protección de periodistas se vuelve uno de los más urgentes en el mundo, pues la existencia del internet y sus efectos ha hecho también que se incremente la agresión contra periodistas y medios en el mundo entero.
Esta agresión toma dos formas fundamentales: 1) los ataques físicos y asesinatos, siendo México y Honduras los dos países más graves de nuestro continente; y 2) la criminalización de la Libertad de Expresión y del trabajo de la Prensa, utilizando delitos como difamación, calumnia e injuria, como en el caso de Ecuador, o creando delitos nuevos como pánico financiero, en Guatemala, o pánico bancario, en otros países del continente, cuando en realidad el sistema bancario y las bolsas de valores deberían ser los más vigilados, investigados y criticados por la Prensa, pues fue la ausencia de esa investigación y crítica la que nos llevó a la crisis financiera que afecta al mundo entero en este momento.
En mi informe de junio de este año al Consejo de Derechos Humanos planteo la obligación de todo Estado de proteger a los periodistas, comunicadores sociales y medios, precisamente por la función de servicio social que tienen, pues la libertad de prensa no solo es el derecho de las y los periodistas de investigar y tener acceso a toda información y de difundir su análisis y conclusiones libremente, sino también es el ejercicio del derecho de la sociedad a estar informada con diversidad de medios y pluralismo de puntos de vista para formar sus propias conclusiones y opiniones, que es esencial para su participación democrática.
Las medidas de protección de todo Estado deben dividirse en medidas físicas legales, como la despenalización, y medidas políticas, como la expresión de la voluntad política de los líderes de las instituciones del Estado.
Fuente: Prensa Libre