la continuidad de la actriz” en la publicidad Por: Ignacio Olivera Doll
La imagen de una madre ideal o “madraza”, amiga y compañera de sus hijos, apareció letal para los ejecutivos del área de marketing de Kimberly-Clark. “Un hijo hace que todo valga la pena”, decía Florencia Peña, entre risas, sobre el final de una serie de spots televisivos altamente conmovedores. Ahora, todo puede cambiar: la firma estadounidense de la marca de pañales Huggies confirmó ya a decenas de clientes que por estos días evalúa interrumpir el vínculo laboral de la ex Pechocha, por el efecto negativo que podría tener su imagen en la demanda de sus productos. La razón: las opiniones que la actriz vertió a favor del aborto, hace pocos días, en una columna de opinión del diario Tiempo Argentino, que fue haciéndose conocer masivamente en las redes sociales de internet, y que impulsó inmediatamente una campaña convocada por clientes a “no comprar más pañales Huggies”.
“Si bien los comentarios son puramente personales de Florencia Peña, estos no coinciden en nada con nuestra ideología como empresa. En este momento los directivos de la compañía están reunidos para evaluar la continuidad de la actriz en la publicidad”, se encargaron de contestar, desde la semana pasada hasta ayer, a los teléfonos de cada uno de los clientes que habían manifestado su malestar en la web de la empresa. El Cronista se comunicó con la oficina de atención al cliente: “¿Tienen una posición tomada sobre el aborto?”, preguntó. “Por supuesto, estamos en contra”, dijo una voz femenina.
La empresa teme que en sus ventas se sienta el reproche que le hacen cientos de clientes: una inconsistencia entre la imagen televisiva de Florencia Peña, a favor de la familia, y sus declaraciones ‘pro abortistas’ en el diario Tiempo Argentino. Algo de ese malestar ‘anti aborto’ se puede ver hoy en el blog oficial de la actriz, en donde se recopilan los artículos de su columna “Crónicas a flor de piel”. Las notas no suelen acumular de más de dos comentarios de lectores. Excepto una de ellas: “A llorar a la iglesia”, publicada el 19 de julio pasado, ya logró cosechar más de 250 mensajes con críticas. La mayoría, incluso, con excesos verbales.
En esa nota, la pluma de Florencia Peña se había ido envalentonando en la defensa de la nueva ley de matrimonio gay. Hasta dedicar, incluso, un enérgico reclamo a la cúpula de la Iglesia Católica argentina: “Llámense al silencio y déjense de joder. Son impresentables”. Habían pasado apenas 24 horas de la promulgación de la ley para personas del mismo sexo: “Me parece que con el pánico esta gente perdió la capacidad de pensar lo que decía”, agregaba. Y remataba, en la última línea, la frase que despertó el escándalo: “El proyecto de ley por el derecho al aborto está esperando”, sentenció.
La compañía Kimberley-Clark preparó un statement por escrito para la prensa. A la espera de una indicación de los directivos de la compañía en Estados Unidos, prefirió ser más prudente que en los llamados a sus clientes: “Frente a las recientes declaraciones de la Sra. Florencia Peña en relación con el aborto, Kimberly-Clark Argentina declara que la actriz emitió estas declaraciones como opiniones personales y no en representación de la compañía ni de ninguna de sus marcas”, comentó.
A través de Twitter, Florencia Peña hizo trascender estos días una larga defensa sobre sus dichos: “Muchas mujeres estamos convencidas de que debemos tener soberanía sobre nuestro cuerpo, libertad de decidir sobre nuestra salud física y mental”, citó el sitio llamado PuroShow.com. Aún así, la última palabra en el tema la tendrán, también esta vez, los clientes.
Fuente: Diario El Cronista
