Por: Carlos Burgueño
La Argentina decidió adoptar el sistema de TV digital japonés, que tiene como principal socio y referente a Brasil, con lo que se descartaron las opciones europea y norteamericana. La presión que desde comienzos de 2008 vendría haciendo Luiz Inácio Lula da Silva, que necesita mercados latinoamericanos para vender televisores y aparatos con esta tecnología fabricados en Manaos, con financiamiento de Japón, la elección de ese sistema la negoció Brasil con ese país a cambio de una inversión en planta para la fabricación de equipos que se venderán a los países de la región que adopten la norma. A ellos se agrega ahora la Argentina. El anuncio oficial se dará el viernes en Bariloche, cuando Lula y Cristina de Kirchner se encuentren en la cumbre regional de la UNASUR en esa ciudad, organizada para discutir sobre las bases norteamericanas en Colombia.
La confirmación de la elección se la hizo ayer el secretario de Comunicaciones de la Argentina, Lisandro Salas a su colega brasileño, el ministro de Comunicaciones, Helio Costa; y éste a su vez lo informó a la cámara de fabricantes de electrodomésticos radicados en Manaos, en el centro del Amazonas.
La Argentina se convertirá en el segundo país, fuera de Brasil, en adoptar este sistema de TV digital, luego que en abril pasado (también por presión directa de Lula da Silva), Perú escogiera esta opción. Se especulaba ayer con que el próximo estado regional en avalar el esquema japonés sea la Venezuela de Hugo Chávez.
Encuentro crucial
En el caso local, la decisión había sido ya tomada en setiembre de 2008, cuando Cristina de Kirchner viajó a Brasilia para su primera cumbre bilateral con Luiz Inácio Lula da Silva. En esos momentos, el encuentro en el país vecino se consideró crucial para la política exterior del país, ya que el Gobierno argentino aún sufría las consecuencias de la crisis por la batalla del campo. El presidente del país vecino le dio un amplio apoyo a la presidente argentina y la consideró en esa oportunidad como la aliada más importante de su país en la región. En el último día de esa gira, Cristina de Kirchner deslizó que la Argentina podría adoptar el esquema japonés.
Cuando la delegación volvió a Buenos Aires, inmediatamente se organizó una reunión entre el ministro de Planificación, Julio de Vido, y el viceministro de Comunicaciones de Japón, Akira Terasaki, que voló en tiempo récord desde Tokio a Buenos Aires para cerrar el negocio. (Ver nota aparte.)
Hubo un freno al impulso, derivado de otro problema político del Gobierno. Cristina de Kirchner organizaba en esos días su viaje a España, por el conflicto con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por la situación de Aerolíneas Argentinas (en medio de su proceso de estatización) y la falta de definiciones para las tarifas de electricidad y gas donde los empresarios de ese estado europeo tienen grandes intereses en ese país. El sistema europeo de TV digital tiene como principal impulsor a Telefónica de España. Finalmente, la Presidente luego pudo viajar a España en febrero de este año, con el proceso de Aerolíneas en vías de solución, las tarifas en parte reactualizadas y la adopción del sistema televisivo en suspenso teórico. Hace pocos días Cristina de Kirchner había recibido a los representantes regionales de la empresa alemana Siemens, compañía que anunció su renuncia al juicio millonario en dólares que le iba a realizar al país y uno de los principales referentes de la TV digital europea.
El esquema japonés era, en el comienzo de la gestión de los Kirchner, el único sistema que era rechazado por cuestiones eminentemente políticas. Ese país era uno de los principales estados militantes, junto con Holanda, en contra de la propuesta argentina para salir del default. El Gobierno de Japón votó siempre en contra del país cada vez que tuvo la oportunidad en el board del FMI y en el Club de París; llevando incluso la voz más negativa en contra de la Argentina, proponiendo incluso castigos ejemplares para que otros estados no imiten la salida kirchnerista. Funcionarios japoneses además evitaron cualquier acercamiento diplomático y visitas oficiales con el país desde el default hasta la fecha, salvo la de Terasaki.
Fuente: Ámbito Financiero