domingo, 12 de abril de 2020

Somos corresponsales de una guerra sin fusiles, contra un virus que amenaza a la humanidad

Jorge Rivera es el responsable de comunicación del Hospital Severo Ochoa de Leganés, analiza en esta carta abierta la función de la actividad periodística en los hospitales durante la lucha contra el coronavirus
El autor, Jorge Rivera, en una entrevista con un medio
Quienes estudiamos la carrera de Periodismo imaginamos alguna vez que podríamos ser corresponsales de guerra, como Robert Capa, Manu Leguineche, Arturo Pérez-Reverte, Javier Espinosa o Marie Colvin, entre otros grandes de esta profesión. Todos ellos, en el ejercicio de su vocación, fueron testigos directos de algunas de las escenas más atroces que ha vivido la humanidad; fueron los ojos, las palabras y las imágenes de muchos acontecimientos bélicos de nuestra historia más reciente.

Hoy la humanidad entera se enfrenta a un enemigo invisible que mantiene confinada en sus casas a prácticamente la mitad de la población mundial. Más de 3.000 millones de personas atrincheradas en sus hogares con la mirada puesta en un futuro incierto; más de 3.000 millones de hombres y mujeres, niñas y niños, que aguardan, con angustia y terrible esperanza, que la Ciencia y la Medicina resuelvan esta pesadilla viral sin fronteras, sin distinciones.

Y en medio de esta locura, de esta guerra sin descanso contra el coronavirus, me encuentro yo, situado en la primera línea de batalla, casi como un corresponsal de guerra que a diario informa de lo que sucede en mi hospital, en el Hospital Severo Ochoa de Leganés. Y como yo, todos mis compañeros de gabinetes de comunicación de hospitales que, de la noche a la mañana, también se han convertido en transmisores de noticias, las buenas, las menos buenas y las malas.
"Tratamos de generar orden informativo dentro del caos que generan las fake news, los bulos, las voces discordantes o esas opiniones alarmantes que a todos os llegan por los diferentes canales de comunicación"
Somos la fuente oficial de los hospitales, la referencia directa de gran parte de esta lucha, quienes te acercamos la voz del médico especialista, de la enfermera o el enfermero… y también de otras muchas personas que trabajan en un hospital, profesionales de varios ámbitos que en esta dura guerra combaten como soldados, cuerpo a cuerpo, contra el maldito virus.

Nosotros, los periodistas de los hospitales, con el apoyo y la fuerza de la Consejería de Sanidad, ayudamos a nuestros héroes, los que se están dejando la piel en la UCI o en una planta COVID de hospitalización, a contar lo que sucede dentro, a poner voz y ojos a esa realidad que cada día llega, transformada en noticia, crónica, reportaje o entrevista, a tu televisión, a la radio, al periódico o a la prensa digital.

Disculpadnos los posibles fallos y errores; perdonad si en ocasiones no podemos traspasar esa barrera que nos impone la lógica, el sentido común, la responsabilidad social y la ética que siempre han de imperar en nuestra profesión. Nadie estaba preparado para algo así.

Tratamos de generar orden informativo dentro del caos que generan las fake news, los bulos, las voces discordantes o esas opiniones alarmantes que a todos os llegan por los diferentes canales de comunicación que cada uno de nosotros ‘devoramos’ a diario, redes sociales incluidas.

Estamos en la primera línea de batalla, como el doctor, la enfermera o el auxiliar de enfermería, como el personal de limpieza y de seguridad de un hospital o el de mantenimiento, como el farmacéutico o el técnico de laboratorio, como los celadores, como el personal administrativo que tiene que gestionar todo el trabajo que hay detrás de un hospital para que la maquinaria funcione correctamente.
"Nos hemos convertido en corresponsales de una guerra sin fusiles, sin tanques ni bombas, de una guerra contra un virus que atenaza y amenaza a la humanidad y que desgraciadamente ya ha dejado una estela de fallecidos muy triste y dolorosa"
De alguna manera, y sin pretender compararnos con quienes antes cité al comienzo de mi reflexión, nos hemos convertido en corresponsales de una guerra sin fusiles, sin tanques ni bombas, de una guerra contra un virus que atenaza y amenaza a la humanidad y que desgraciadamente ya ha dejado una estela de fallecidos muy triste y dolorosa. Estamos cerca de los héroes, de nuestros héroes, aunque alguno, como Esteban Peñarrubia, el enfermero héroe de quirófano del Hospital Severo Ochoa que ayer nos dejó, no haya logrado vencer la enfermedad en esta cruenta batalla.

Continuamos trabajando para seguir informándoos desde dentro de nuestros hospitales. Que nuestra labor, ejercida con ética y responsabilidad, sirva de faro y de guía para toda la sociedad, siempre en unión perfecta con el testimonio de nuestros héroes y el importante servicio que ahora desempeñan los medios de comunicación. Juntos… lo conseguiremos.
Fuente: Noticias para municipios

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